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domingo, 24 de diciembre de 2023

"Villancico del niño caribe", de Leopoldo Panero




Villancico del niño caribe

                                A Gastón Baquero

¡Navidad del Caribe,
    lejos de España!
¡Navidad de las islas,
    vaivén de España!

... Navidad de otros niños,
    y de otras caras,
que esperan el milagro
    de hoy a mañana.

Mi errante Nochebuena
    no tiene escarcha;
sin cierzo está el pesebre
    y el chopo es palma.

¡Ay, corazón a solas,
    lumbre lejana!
... Movidas por los remos
    van mis palabras.

Con el son de la espuma
    la madrugada,
un niño entre los brazos
    mece mi alma.

Que a todos esta noche
    toque con alas
y con risa de niño,
    canta que canta.

Un solo nacimiento,
    solo una casa
de agrupada ternura
    la noche santa.

(Tomado de insulabaranaria.com)


Leopoldo Panero

Leopoldo Panero Torbado (Astorga, León,1909-Castrillo de las Piedras, León, 1962) fue un poeta español perteneciente a la generación del 36, una generación eclipsada por la grandeza de la del 27, su predecesora. La del 36 es conocida también como "generación escindida", pues sus miembros se vieron divididos en dos grupos según su adscripción ideológica: los partidarios de la legalidad republicana, que sufrieron la cárcel o el exilio, y los próximos al régimen franquista. Estos se agruparon en torno a las revistas Garcilaso (José García Nieto) o Escorial, promovida por Falange: Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Dionisio Ridruejo y Leopoldo Panero. Dámaso Alonso englobó la poesía del segundo grupo bajo el marbete de poesía arraigada, término que expresa la conformidad de sus autores con el mundo que les había tocado vivir. Estos poetas expresan, pues, una visión del mundo optimista y esperanzada, sin que la penosa realidad de posguerra tenga cabida en sus versos; prefieren los metros clásicos y los temas tradicionales (el amor, el paisaje, la religión).

Nacido en el seno de una familia burguesa, Leopoldo Panero compartía con su hermano mayor, Juan, la pasión por la poesía. Sus primeros poemas aparecieron en 1928 en Nueva Revista de Madrid, que él mismo fundó mientras estudiaba  Derecho, carrera que terminó en 1932. En 1931 conoció al poeta César Vallejo, a quien invitó a pasar las Navidades en la casa familiar de Astorga. Con la intención de dedicarse a la carrera diplomática, perfeccionó sus conocimientos de inglés en Cambridge (1932-1934) y de francés en Tours y Poitiers (1935). 

En 1931 los Panero habían celebrado la proclamación de la República. En los años siguientes se relacionaron activamente con republicanos, y tanto Leopoldo como su hermano Juan publicaron en Caballo verde para la poesía, revista dirigida por Pablo Neruda. Leopoldo había participado en el homenaje al poeta chileno y había escrito unos versos en honor a los capitanes republicanos sublevados en Jaca, Fermín Galán y García Hernández.  Por todo ello, el 19 de  octubre de 1936, pocos meses después del inicio de la guerra,  Leopoldo fue detenido, acusado de recaudar fondos para Socorro Rojo Internacional, e internado en la prisión de San Marcos, en León, con grave riesgo de ser fusilado.  Lo salvó la intercesión de su madre ante la esposa de Franco, de quien era prima lejana. Previamente, había buscado la mediación de Unamuno, pero el escritor, tras su enfrentamiento con Millán-Astray en el paraninfo de la universidad de Salamanca (el 12 de octubre), había perdido su influencia y se encontraba bajo arresto domiciliario. 

Una vez puesto en libertad, el 18 de noviembre, la familia decidió que se uniese al ejército sublevado. En 1937, la muerte de su hermano Juan en accidente de tráfico lo marcó tan profundamente que cambió radicalmente su ideario, volviéndose conservador, y se afilió a Falange Española. En 1939 fue nombrado agregado cultural de la Embajada Española en Londres y, a partir de entonces ocupará distintos cargos oficiales.  Acabada la guerra, parte de la familia Panero pasa largas temporadas en Madrid, donde Leopoldo participa en las tertulias literarias del Café Lyon, en las que entabló amistad con Gerardo Diego, Luis Felipe Vivanco y, sobre todo, con Luis Rosales. En 1941 contrajo matrimonio con Felicidad Blanc, una escritora republicana, autora de cuentos, muy bella y distinguida. Del matrimonio nacieron dos poetas, Juan Luis (1942-2013) y Leopoldo María (1948-2014), y un escritor sin obra, José Moisés "Michi" (1951-2004).

Panero ejerció como censor hasta 1946 y fue nombrado director del Instituto Español en Londres (1945-1947). En esta ciudad conoció a algunos ilustres exiliados, entre ellos, al poeta Luis Cernuda. Publicó una Antología de poesía hispanoamericana (1941) y fundó en León la revista Espadaña (1944-1950). Escribió en las revistas Escorial de Madrid,  Garcilaso, Juventud Creadora y Haz. Su libro Versos del Guadarrama (1945), inspirado en el amor perdido de Joaquina Márquez, enferma de tuberculosis ya fallecida, a quien había conocido en 1929 durante su estancia en un sanatorio de la sierra de Guadarrama, se publicó en Fantasía, el suplemento de la Estafeta Literaria.  
De izda. a dcha: A. de Foxá (1º), Panero (2º), Rosales (4º) y otros acompañantes
durante su "gira poética" latinoamericana, 1949. (Diversos, Rosales, AHN)

Entre diciembre de 1949 y marzo de 1950 participó en la "misión poética" que visitó los países del Caribe (Cuba Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Costa Rica, Honduras, México) y la ciudad de Nueva York. Esta "misión" o embajada poética -en la que estuvo acompañado por los escritores Antonio de Zubiaurre, Luis Rosales y Agustín de Foxá- formaba parte de la llamada "política de la Hispanidad", que pretendía estrechar lazos con los países hispanoamericanos con el fin de mejorar la imagen de España en el exterior y acabar con el aislamiento internacional. La visita a Cuba tuvo lugar del 25 al 30 de diciembre, coincidiendo con las fiestas navideñas. En La Habana fueron recibidos por la poeta Dulce María Loynaz, que años antes había abierto su casa a Federico García Lorca. En la década de los 50 Panero simultaneó la creación poética con la dirección de la revista Correo Literario, en cuyas páginas publicaron escritores de todas las tendencias, y organizó, con idéntico fin de proyección exterior,  las Bienales de Arte Hispanoamericano, donde acogió las tendencias más avanzadas de la plástica de aquellos años.

Felicidad Blanc junto a sus hijos, Juan Luis, Leopoldo María y Michi

El 27 de agosto de 1962 falleció de una angina de pecho en su casa de Castrillo de las Piedras. Catorce años después, Jaime Chávarri estrenaba su documental El desencanto (1976), en el que su viuda y sus hijos ajustaban cuentas con el escritor (presentado como una persona autoritaria y violenta que trataba con desdén a su esposa y de cuya cotidianidad formaban parte las fiestas y el alcohol) y sacaban a la luz las miserias de una familia disfuncional, cuya realidad distaba mucho de la imagen idílica que  el autor había querido presentar. Tras la película, Felicidad Blanc decidió dictar sus memorias, Espejo de sombras (1977),  en las que confiesa que, tras su matrimonio, no acababa de encontrar su sitio y acusa a su marido de haberla apartado de sus amigas y de la escritura para convertirla en "florero" y en máquina de parir. En 1994 vio la luz la segunda parte de esta saga familiar, el documental de Ricardo Franco Después de tantos años.

Felicidad Blanc, flanqueada por sus hijos Leopoldo María (izquierda) y Michi,
en una imagen de 'El desencanto'

Leopoldo Panero fue un importante poeta, a pesar de la brevedad de su obra, que incluye La estancia vacía (1944), Escrito a cada instante (Premio Fastenrath  de la RAE en 1949 y Premio Nacional de Literatura en 1950), Canto personal: carta perdida a Neruda (un largo poema en respuesta a la visión de América que Pablo Neruda expresa en su Canto General, 1950; Premio 18 de julio de 1953) y Cándida puerta (1960). Su poesía es un ejemplo eminente de poesía "arraigada", en la que lo más significativo es su intenso tono religioso, su tendencia al intimismo (sus temas centrales son la esposa y los hijos) y la sencillez formal, aunque no faltan en versos ocasionales acentos políticos en línea con su militancia.

"Villancico del niño caribe", incluido en Poemas sueltos, 2, 1950-1962, está formado por seguidillas simples o arromanzadas, estrofas de cuatro versos de arte menor, en que los impares (heptasílabos) quedan sueltos y los pares (pentasílabos) riman en asonante: 7- 5a 7- 5a. Está dedicado al poeta cubano Gastón Baquero (1918-1997), exiliado en España tras la revolución cubana.  

[Imagen: acrobatadel camino]

2 comentarios:

  1. Bueno... más me han interesado las explicaciones biográficas que el poema, desde luego. Lo extraño es el motivo de su conversión ideológica; tras una desgracia así, supongo que sería más lógico rebelarse contra Dios y todo su "aparato". Creo que hay un error en la fecha de la segunda parte de la crónica familiar que debería ser 1984 o 1994.
    Carlos San Miguel

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