EL BLOG DE LA BIBLIOTECA "IRENE VALLEJO" DEL IES GOYA DE ZARAGOZA


biblioteca.ies.goya@gmail.com


Mostrando entradas con la etiqueta Bartolomé Leonardo de Argensola. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bartolomé Leonardo de Argensola. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de julio de 2012

"Yo os quiero confesar, don Juan, primero ", de Bartolomé Leonardo de Argensola

"Ni es cielo ni es azul"


A UNA MUJER QUE SE AFEITABA* Y ESTABA HERMOSA

Yo os quiero confesar, don Juan, primero,
que aquel blanco y color de doña Elvira
no tiene de ella más, si bien se mira,
que el haberle costado su dinero.

Pero tras eso confesaros quiero
que es tanta la beldad de su mentira,
que en vano a competir con ella aspira
belleza igual de rostro verdadero.

Mas ¿qué mucho que yo perdido ande
por un engaño tal, pues que sabemos
que nos engaña así Naturaleza?

Porque ese cielo azul que todos vemos,
ni es cielo ni es azul. ¡Lástima grande
que no sea verdad tanta belleza!

(Bartolomé Leonardo de Argensola)

[Selección de Marisa Mateo]

*Darse afeites o cosméticos, maquillarse.

Bartolomé Leonardo de Argensola (Barbastro, Huesca, 1562-Zaragoza, 1631), poeta aragonés, hermano del también poeta Lupercio*  (1559-1613). Estudió leyes, filosofía, griego, elocuencia e historia antigua. Se ordenó sacerdote, fue nombrado rector de Villahermosa, vivió durante una temporada en Madrid (donde conoció a escritores como Lope de Vega),   fue capellán del conde de Lemos en Nápoles y, al final de su vida, regresó a Zaragoza. Escribió la obra histórica Conquista de las islas Molucas (1609)  y, en su calidad de cronista de Aragón, continuó los Anales de Zurita. Como poeta, compuso canciones y sonetos, pero sobresale especialmente en la sátira y la epístola poética. En sus características generales, su obra poética guarda una extraordinaria semejanza con la de su hermano. Ambos representan el afán por la obra perfecta y el clasicismo opuesto al gongorismo de la época, pues sus modelos son los clásicos latinos, especialmente Horacio. No obstante, en las composiciones de Bartolomé, la influencia horaciana se conjuga con la soledad y el desengaño barroco, como ocurre en este soneto satírico donde aparecen varios motivos barrocos como la hermosura fingida de la mujer que se maquilla, el engaño a los ojos, la falibilidad de los sentidos, y las falsas apariencias de la naturaleza.

El soneto, de dudosa atribución, pues no puede saberse a ciencia cierta cuál de los dos hermanos Leonardo de Argensola fue su autor, apareció impreso por primera vez en 1789, en la segunda edición de la Poética de Luzán, ciento cincuenta y ocho años después de la muerte de Bartolomé.  La idea del último terceto ("ni es cielo ni es azul"), la ilusión óptica que produce esa apariencia de azul en el cielo,  era un tópico de la época de origen aristotélico: lo encontramos en Gracián, en Quevedo y en la comedia de Calderón Saber del mal y del bien. En 1922, un jovencísimo Jorge Luis Borges contradice esa idea en el artículo "El cielo azul, es cielo y es azul", incluido en Textos recobrados (1919-1929), como también lo hará el poeta español Miguel d'Ors en su poemario Es cielo y es azul (1984).


También puedes leer dos sonetos de su hermano Lupercio: "Si quiere Amor que siga sus antojos..." en 
-"Si quiere Amor que siga sus antojos...": AQUÍ.
-"Llevó tras sí sus pámpanos octubre...": AQUÍ.