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domingo, 8 de noviembre de 2020

"Excelencia de la vida solitaria", de Antonio Moreno





Excelencia de la vida solitaria


Llega el frío temprano de noviembre.
Lejos, detrás del monte, queda el mar
y la clemencia de la luz dorada.
Las nubes marchan con el viento
y vienen otras
sobre los girasoles fallecidos.
De cuando en cuando llueve y cantan pájaros
todavía en los chopos del arroyo.
Huele a manzanas el portal vecino.
Al fondo, por la línea angosta, vuelan
las aves el camino del ejido.

Es la primera edad del hombre: ver
las rosas en la niebla,
porque con sólo ver ya hiciste el pensamiento.

De  Libro del yermo, 1993

Antonio Moreno ha confesado sentirse más en sintonía con la tradición, con los clásicos, que con muchos de sus contemporáneos. El poema seleccionado toma su título de la traducción que se hizo al castellano del tratado de Petrarca De vita solitaria. Sin embargo, su paisaje -como ocurre en toda la poesía del autor- no es un paisaje libresco sino vivido, pues los paisajes sobrios y solitarios de su producción poética forman parte de su infancia, de su formación vital, ha explicado el autor. En sus poemas, la naturaleza es vista como una totalidad armónica con la que el yo poético se siente en comunión.

domingo, 7 de julio de 2019

"Canción del emperador", de Antonio Moreno

Carl Holsoe, Interior con cello



CANCIÓN DEL EMPERADOR


De Carlos V dicen que a menudo
halló consuelo en esta misma música.
Hacía repetirla: mil tristezas,
mil penas -mille regrets- de abandonaros,
pues dejo atrás vuestro amoroso rostro.

Entras, sol de la tarde, al interior
de la casa y enciendes las paredes,
rozas la partitura del amigo
y el humo de las tazas y este día.

Hay tanta calma aquí, tanta belleza,
que ninguno diría ya si existe
salvo en la luz de ahora y en la música
donde un emperador halló sosiego.

           De Nombres del árbol, Tusquets, 2010



"Canción del emperador" ilustra a la perfección lo que leemos en la solapa del libro: 
Pocas veces en la poesía española última, la naturaleza, el paisaje, la luz y el tiempo detenido en un momento del día han sido un correlato objetivo tan depurado, tan cargado de resonancias, de enseñanzas y de sabiduría. 
A la luz de la tarde  se suma  la música. La  intertextualidad, tan presente en la poesía actual, es otra de las características de este poema.

"Mille regretz" ("Mil pesares", en francés antiguo) es una canción polifónica muy popular en el siglo XVI. Se desconoce la fecha de composición y, en cuanto a su autoría, se atribuye al músico flamenco Josquin des Prez (1440-1521) en una tablatura* de 1538 del español Luis de Narváez (ca. 1500-1552). Se trata de la transcripción para vihuela de la canción a cuatro voces "Mille regretz", a la que se refiere Narváez como "Canción del emperador", por ser la favorita de Carlos V. El texto de la canción está formado por cuatro versos endecasílabos con rima ABBA. Su temática entronca con el comiat o canción de despedida trovadoresca.


Texto original en francés antiguo: 

Mille regretz de vous abandonner / et d'eslongier votre fache amoureuse. /J'ay si grant doeul et peine doloreuse / qu'on me verra brief mes your deffiner.

Texto en francés moderno:

Mille regrets de vous abandonner /et d'être éloigner de votre visage amoreux./J'ai si grand deuil et peine douloureuse /qu'on me verra vite mourir.

En español:

Mil pesares [siento]por abandonaros / por alejar de mí vuestro amoroso rostro. /Tengo un dolor tan grande y una pena tan dolorosa /que en breve verán todos acabar mis días.

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*Notación musical especial y simplificada para ciertos instrumentos que se basa en la representación de la posición de la nota en la cuerda o tecla del instrumento con que esta se toca.


Otro poema del autor en este blog:


domingo, 6 de mayo de 2018

"Canción del caminante" y otro poema de Antonio Moreno





Canción del caminante

Bien lo sabéis: sin nada aquí vinimos,
sin nada un día incierto nos iremos.

Vivir es aprender a andar descalzos,
yendo con gratitud hacia el misterio.

Bien lo sabéis: jamás tuvimos nada,
ni la casa ni el nombre que nos dieron.

Mas crece nuestro amor por esta nada
en la que somos más de lo que vemos,

tan poblada de luz y oscuridad,
tan copiosa de música y silencio.


Uno

Uno, para vivir, precisa sólo
amar, o bien saber que ha sido amado.

Uno, para escribir, ha de tener
sus cuentas con los vivos y los muertos.

Uno tiene el deber de amar el mundo
por los que están, por quienes han estado.


      De El caudal, Rialp, Madrid, 2014


El poeta Antonio Moreno
Antonio Moreno es un poeta español nacido en Alicante en 1964 y residente en Elche. Ha publicado los siguientes libros de poemas: Libro del yermo (1993), Solar antiguo (1996), Visión del humo (1998), Metafísicas (2000), Polvareda (2003), La tierra alta (2006), Tabla rasa (2007), todos ellos recogidos en el volumen de poesía reunida  titulado Intervalo (2007), Nombres del árbol (2010), El caudal (2014),  El viaje de la luz: Antología poética: 1990-2012 (2014), Cuaderno de Kurtná Hora (2015) y Unos días de invierno (2016). También es autor de los cuadernos de diarios Mundo menor (2004), El laberinto y el sueño (2009) y En otra casa (2012), volúmenes de prosas  como Alrededores (1995) y Partes de un todo (1999), y una compilación de textos de crítica literaria, Los espejos del domingo (2004).


Sobre la poesía de Antonio Moreno, una poesía de extrema sobriedad y desnudez que, como observa Vicente Gallego, huye del alarde verbal y de la oscuridad innecesaria, ha escrito el también poeta Carlos Marzal  (El Mundo, Suplemento Campus 514, 2 de abril de 2008):

La poesía de Antonio Moreno, como la mejor poesía desde finales del siglo XIX, nos habla con sordina, con las palabras justas, con la minilocuencia de las voces amigas, acerca de los asuntos eternos que han preocupado al hombre desde siempre: el asombro terrible de estar vivo, el amor a las cosas y a las criaturas, el disfrute del pensamiento, la devoción hacia la naturaleza, el paso de los días. Nos habla una voz sabia -es decir, reflexiva de su vida, conocedora de su intimidad- acerca de su aventura humana, y en esa sabiduría proyectamos también nuestra aventura. Nos habla una voz que se aparta para acompañarnos, que se aleja de los brillos para darnos luz.
En El caudal -libro que reúne poemas compuestos entre 2009 y 2012, publicados en el blog del autor antes de aparecer en la colección Adonáis- la mirada reflexiva y lúcida del poeta parte de la contemplación de lo pequeño (unos pétalos de rosas esparcidos por la mesa, por ejemplo) para mostrar su interés por lo cotidiano o indagar en sus inquietudes metafísicas, en el misterio del ser.

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