EL BLOG DE LA BIBLIOTECA DEL IES "GOYA" DE ZARAGOZA


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domingo, 27 de octubre de 2013

"Confesión del fugitivo", de Juan Vicente Piqueras

Claude Monet, 'La gare Saint-Lazare' (1877)


Confesión del fugitivo

Sólo soy feliz yéndome.

No entre cuatro paredes, con sus sendas espadas,
sino entre aquí y allí, una casa y otra,
ajenas ambas preferiblemente.

No puedo ya, ni quiero, estarme quieto.
Ni ahora ni después. Ni aquí ni allí.
En todo caso, ahí, donde estás tú,
seas quien seas tú, ponme tu nombre
en los labios sedientos, insaciables.

Yo no soy yo ni puedo tener casa.
No digo ya porque nunca lo fui,
nunca la tuve, siempre fui extranjero
dentro y fuera de mí. Soy lo que no:
el mendigo que duerme bajo el puente
que une las dos orillas y yo cruzo
sin poder, día y noche, detenerme.

Escribo porque busco, porque espero.
Pero ya no sé qué, se me ha olvidado.
Espero que escribiendo
llegue a acordarme. Insisto en la intemperie.

Sinvivo entre paréntesis,
entre el espacio vivo y tiempo muerto
de la espera de qué, entre dos aquíes.

Nunca en sino entre. Sal de mí,
seas quien seas tú, déjame en paz 
o acaba ya conmigo y con la miel 
amarga de estar solo hablando solo.

He decidido que mi patria sea 
no decidir, no estar en ningún sitio
sino de paso, puentes, naves, trenes,
donde yo sea sólo el pasajero
que sé que soy, sintiendo
que me inquieta la paz,
que la quietud me asusta,
que la seguridad no me interesa,
y sólo soy feliz cuando me sé fugaz.

                   (De Adverbios de lugar, 2004)

El poeta, profesor y traductor Juan Vicente Piqueras nació en 1960 en una pequeña aldea de Requena (Valencia), de donde se marchó a los 16 años. Licenciado en Filología Hispánica, ha trabajado como locutor de radio, actor, guionista, traductor y profesor de español para extranjeros. Vive fuera de España desde la década de los 80. Estuvo en el Instituto Cervantes de Roma, más tarde en el de Atenas y actualmente, en Argel. Ha publicado, entre otras, las siguientes obras: La palabra cuando (premio José Hierro de poesía 1991), La latitud de los caballos (1999, premio Antonio Machado en Baeza), Adverbios de lugar (2004), Aldea (2006, premio Valencia de poesía, premio de la Crítica valenciana y premio del Festival Internacional de Medellín),  Palmeras (2007), La hora de irse (premio Jaén de poesía 2010) y Atenas (premio Loewe de poesía 2012).

Escucha el poema recitado por su autor:

jueves, 24 de octubre de 2013

"El héroe discreto", de Mario Vargas Llosa

Mario VARGAS LLOSA: El héroe discreto, Alfaguara, 2013, 383 páginas. 
 

    Para un lector familiarizado con las obras de Vargas Llosa, El héroe discreto parece una novela discreta, en la que la inventiva y la fuerza de la denuncia política han perdido fuste. Es una narración realista- con algún trazo esperpéntico- que regresa al ambiente de la clase media peruana desde la perspectiva de un escritor que ha agotado algunos temas, que mantiene su compromiso ético y que desde la edad madura se acerca a congéneres en sus mismas circunstancias para reflexionar sobre la lucha por la vida y sobre el destino. 
 

     La actual sociedad peruana representada en las ciudades de Piura y Lima se refleja en la novela como un entramado tupido y laberíntico de razas, culturas y clases sociales, en el que las arañas del espíritu maligno del ser humano y de las convenciones sociales van tejiendo la trampa viscosa donde el individuo puede caer atrapado. De acuerdo con la cita de Borges que abre el libro, es deber hermoso de cada hombre creer en el hilo que le permitirá orientarse en el laberinto y no perecer en él. Así pues, y desde la primera línea del libro, el lector tiene la sospecha –luego confirmada- de que está ante una optimista novela de tesis.


     Interesa siempre sobremanera a Vargas Llosa el reflejo de la clase media en sus conflictos individuales y colectivos, aquí encarnada en tres hombres que llegan al arrabal de la vejez y se aferran a sus sólidos principios para defender su proyecto de vida y acercarse a la felicidad, a pesar de las adversas circunstancias que se confabulan en su contra:


     Felícito Yanaqué, un empresario hijo de un aparcero criollo, ha dedicado, infatigable, sus desvelos a cimentar su vida en su próspera empresa de transportes, en su familia (esposa e hijos), en sus anhelos de ser aceptado por la buena sociedad blanca de Piura. Guiado por el consejo de su padre de no doblegarse ante nadie y por su consecuente férrea actitud ética, además de por el amor que siente hacia su amante Mabelita, avanza por el proceloso mundo de los negocios y por la atonía de la vida matrimonial, y consigue encontrar la salida del laberinto vital en que se sume tras la infidelidad de sus seres más queridos.


     En Lima, Ismael Carreras, propietario de una boyante aseguradora, ha sobrevivido a la viudedad y a los disgustos que le dan sus hijos (unos “cachorros” en toda regla) gracias a la entrega a su empresa y al impulso de un justiciero afán de venganza en el que implica –dulce sorpresa de la vida- a un amor otoñal. Rigoberto, su fiel empleado, ve peligrar, tras más de treinta años de servicio, la jubilación y los planes de disfrute junto a su esposa Lucrecia, con la que mantiene los divertimentos eróticos que conocimos en Los cuadernos de don Rigoberto. Para él, la música clásica y la pintura continúan siendo alimento de su espíritu sofisticado y válvula de escape de preocupaciones, como las que le siguen dando las alucinaciones (o fantasías) de su hijo Fonchito.


      A su alrededor se observa una sociedad que ha prosperado económicamente desde los años de La casa verde, como declaran los primos León, dos de aquellos ”inconquistables” que frecuentaban el prostíbulo, y como demuestran con su propia andadura. Sin embargo, Lituma sigue siendo un gris sargento, un pobre hombre, paralizado quizá por su mezquindad y por su falta de impulso vital, mientras pasea desorientado por sus días y por el transformado barrio de sus francachelas juveniles. Pero también es una sociedad que abona la desculturización, la violencia, la injusticia, la pérdida de valores éticos…, especialmente entre los jóvenes. Son los viejos temas de las obras primerizas de Vargas Llosa.


     Pero El héroe discreto es también un compendio magistral de las técnicas estilísticas del escritor, quien consigue que el lector olvide la voz del narrador y sólo sienta el pulso de historias que afloran espontáneamente y oiga las voces nítidas de los personajes. Diálogos narrativos simultáneos de acciones pertenecientes a momentos temporales diferentes, estilo indirecto, dos líneas argumentales alternas durante dieciséis capítulos que se funden al final de la obra, datos escondidos que incrementan el suspenso, cierre efectista del capítulo, ausencia casi total de tiempos muertos, narración dentro de la narración, riqueza léxica, sonoridad vibrante [oígase el comienzo de la obra :”Felícito Yanaqué, dueño de la Empresa de Transportes Narihualá, salió de su casa aquella mañana, como todos los días de lunes a sábado, a las siete y media en punto, luego de hacer media hora de Qi Gong (…)”]. Es la voz embaucadora de un buen contador de historias.




                                                                         Concha Botaya Zumeta, profesora del IES Goya


miércoles, 23 de octubre de 2013

Libros para pasarlo de miedo: guía de lectura



Se aproxima la celebración de nuestra Semana de la literatura de misterio y terror, por ello  hemos seleccionado para vosotros una serie de lecturas adecuadas para la ocasión, con las que, con toda seguridad, lo vais a pasar de miedo. 

PARA SECUNDARIA OBLIGATORIA

Primer ciclo

Planeta miedo
Ana María Shua, Anaya, 2004, 88 páginas

Ocho historias fantásticas basadas en relatos  de distintas partes del mundo, que reúnen el tema del terror con los cuentos populares. Muestran cómo la mente de los seres humanos ha imaginado seres espantosos que sirven para explicar el miedo sin razón. En cada lugar de la tierra hay una forma diferente de convocar el terror, de explicarlo y de mantenerlo bajo control.
La sombra del gato y otros relatos de terror
Concha López Narváez, Alfaguara, 2002, 152 páginas

El libro nos conduce por cuatro inquietantes historias cuyos finales nos sorprenden por su carácter inesperado. Sus protagonistas poseen una característica común: su desmedida ambición. El  destino trastocará los planes de todos ellos con inesperados acontecimientos que darán un vuelco a sus vidas. Con esta obra, Concha López Narváez consigue que al lector se le corte la respiración.

¡Socorro! (12 cuentos para caerse de miedo)
Elsa Bonermann,  Alfaguara, 2002, 176 páginas

Una malvada abuela que odia a sus nietos; unas misteriosas manos que te agarran en la noche;  una gigantesca tela de araña; niños que desaparecen; un cuadro que cobra vida para denunciar un crimen... Doce sobrecogedoras historias de miedo que ponen los pelos de punta. ¡Cuidado, no las leas antes de irte a la cama! No podrás dormir...


Drácula, el vampiro de Transilvania
    Jorge Martínez Juárez, Akal, 2011, 144 páginas

Cuando Jonathan Parker recibe el encargo de viajar a Transilvania, no  sabe que allí se enfrentará al conde Drácula. Para combatir su poderoso influjo un grupo de valientes hombres y mujeres deberá hacer uso de toda su fuerza e inteligencia para proteger sus vidas. Con ellos viajeremos   a través de este relato de terror adaptado ahora para jóvenes lectores.


El bosque de los árboles muertos
Ana Alcolea, Anaya, 2010, 216 páginas

Beatriz va a pasar sus vacaciones veraniegas en un castillo de Escocia. Lo que parece un aburrido verano en una isla casi deshabitada se transformará  en una aventura llena de misterio porque, a veces, los fantasmas del pasado regresan para poner orden en el mundo de los vivos.


Segundo ciclo

Los mejores relatos de terror
VV. AA. , Alfaguara, Serie Roja, 1999, 184 páginas

Una selección de autores que atrapan y mantienen en vilo al lector. Los maestros del género: Poe, Gautier, Bierce, Jacobs, H. G. Wells, Machen, Quiroga, Lovecraft.




Cuentos españoles de terror
VV. AA., Oxford, El árbol de la lectura, 2010, 202 páginas

Obra que recopila una serie de cuentos dentro de la tradición del género, en la que están presentes los autores españoles más representativos. Alarcón, Bécquer, Pardo Bazán, Palacio Valdés o Blasco Ibáñez son algunos de los escritores presentes en esta antología.




 El violín negro
Sandra Andrés Belenguer, Laberinto, 2009, 448 páginas

Hace cien años unos obreros encontraron en los sótanos de la Ópera Garnier de París partituras e instrumentos del legendario Fantasma de la Ópera. Ahora, la joven Christelle debe averiguar cuál es el secreto del violín que llega a sus manos, el porqué de la música esotérica que engendran sus cuerdas y cómo puede devolverlo a su dueño original antes de que su influjo la destruya. Para ello cuenta con la ayuda de Kryel, un misterioso joven.


Retrum. Cuando estuvimos muertos
Francesc Mirallles, La Galera, 2010, 352 páginas

"¿Has dormido alguna vez en un cementerio?" Dos chicas y un chico forasteros hacen esta pregunta a Christian, un joven de dieciséis años que ha perdido todo aquello que amaba. Los chicos visten de negro y llevan las caras pintadas de blanco, con los labios morados. Han creado RETRUM, una orden secreta que se comunica con los muertos y practica extraños rituales. Una historia de amor y misterio que te helará la sangre.


PARA BACHILLERATO


¿Quién anda ahí? Los mejores relatos de fantasmas aparecidos en Valdemar
VV. AA., Valdemar, 2010, 456 páginas 

Es sin duda a partir del Romanticismo y su fascinación por todo lo sobrenatural cuando se establece la visión moderna del fantasma. La antología recopila los mejores relatos de fantasmas publicados por la editorial Valdemar a lo largo de más de veinte años.



  
Casa de muñecas
Patricia Esteban Erlés, Páginas de Espuma, 2012, 182 páginas

La autora ha reunido una extraordinaria colección de microrrelatos en la cual, a lo largo de diez habitaciones y cien textos, se pasean miedos infantiles, ecos literarios, cinematográficos y fotográficos. Una muestra de género fantástico repleto de niñas que no crecen, de muñecas con vida propia, de fantasmas y lugares secretos.




Los mitos de Cthulhu: Narraciones de horror cósmico
H.P. Lovecraft, Alianza, 2010, 360 páginas

Anticipada por notables precedentes y enriquecida posteriormente por otros escritores, corresponde sin embargo a H. P. Lovecraft (1890-1937) el papel más importante en la invención de LOS MITOS DE CTHULHU, ciclo de narraciones de horror cósmico ambientadas en mundos primigenios de caos y espanto. Este volumen reúne las piezas fundamentales en la configuración de ese singular e inquietante universo que remueve en el interior del lector profundos terrores atávicos


Frankenstein o el moderno Prometeo
Mary W. Shelley, Siruela, 2009, 368 páginas

La noche del 16 de julio de 1816, después de que Lord Byron y Percy B. Shelley discutieran largamente sobre la posibilidad de descubrir el principio vital de la naturaleza y de transferirlo a un cuerpo inerte,  la joven Mary W. Shelley tuvo una memorable pesadilla sobre la visión de un monstruo creado por la ciencia humana. Este sería el punto de partida de una de las obras más proféticas de la literatura: 'Frankenstein o el moderno Prometeo'.


El cuervo y otros poemas góticos
Luis Alberto de Cuenca, Reino de Cordelia, 2010, 88 páginas

Apasionado por la literatura y el cine góticos, Luis Alberto de Cuenca ha ido recogiendo en cada uno de sus libros publicados hasta el momento un importante número de poemas centrados en los grandes mitos del terror. Entre ellos, "El cuervo", un homenaje al gran poema de Edgar Allan Poe. Muchos de ellos los ha reunido en esta antología ilustrada cómplicemente por Miguel Ángel Martín.



PARA MEJORAR TU INGLÉS



Akron house mystery
Gina D. B. Clemen, Vicens Vives, 2012, 79 páginas

Carol and Steve Taylor move into an old, mysterious house which hides many secrets. Carol hears footsteps at night, Steve finds and old love letter from the American Civil War and the people in town hear a woman crying in the night. Who is trying to give them a message and why? Carol, Steve and their friend Halim solve an incredibly difficult and touching mystery.
                                 
                                                                                                     

Project Vampire
 Victoria Heward, Vicens Vives, 2012, 79 páginas

Max and Laura are again involved in another mysterious case. This time a phantom thief seems to be able to get in and out of important museums in London easily, stealing valuable paintings. It's Halloween and Max and Laura with their friends decide to explore the area around one of the museums. It's dark and very foggy that night and something very spooky is going to happen...

      

   PARA APRENDER CASTELLANO            


LEE NIVEL 2. La corza blanca
Santillana-Universidad de Salamanca, 2010, 32 páginas

Adaptación de la célebre leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer, donde encontrarás animales que ríen de noche en el bosque e increíbles historias oídas una tarde de caza. Solo el joven Garcés busca la verdad, una verdad que le romperá el corazón.
                          

domingo, 20 de octubre de 2013

"¡Si me llamaras, sí...!", de Pedro Salinas


Pintura de Jack Vettriano

[4]

¡Si me llamaras, sí;
si me llamaras!

Lo dejaría todo,
todo lo tiraría;
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú que no eres mi amor,
¡si me llamaras!

Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
-¡si me llamaras, sí; si me llamaras!-
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: "No te vayas."

          (Pedro Salinas, de La voz a ti debida, 1933)

[Selección del profesor  Arturo Ansón Navarro]

La voz a ti debida pertenece a la segunda etapa de la producción poética de Pedro Salinas (1891-1951). Con Razón de amor y Largo lamento, constituye una especie de "cancionero sentimental", una trilogía sobre el amor, entendido este como proceso de autoconocimiento del yo a partir del tú. La voz a ti debida, que toma el título de Garcilaso de la Vega, está concebido como un largo poema dividido en setenta secuencias, sin título ni orden numérico, que refleja las distintas fases de una relación amorosa y la reflexión sobre el amor efectuada por el yo poético. Para Monserrat Escartín,  el verdadero protagonista  del libro es "la etopeya de la amada, su ser íntimo desvelado para que ella lo reconozca. Ayudarla en su autoconocimiento es casi una pedagogía amorosa por parte del enamorado, cual socrático partero que ha rechazado su ser aparente y se esfuerza en asistirla en el alumbramiento de su identidad" para intentar "sacar/ de ti tu mejor yo./ Ese que no te viste y que yo veo / nadador por tu fondo". 
   Durante algún tiempo la crítica ha dudado de la existencia real de esa amada, pero hoy se sabe con certeza que estos poemas se basan en un amor real, el que el poeta vivió con la profesora estadounidense Katherine Whitmore, a quien conoció en Madrid en 1932, durante un curso sobre la Generación del 98 impartido por el poeta. La relación, extramatrimonial (Salinas estaba casado), fue corta pero intensa, con largos periodos de ausencia.
   El poema seleccionado pertenece  a la primera parte del libro (poemas 1-18), que corresponde a la fase del nacimiento del amor: la búsqueda, los primeros encuentros, proposiciones y dudas. El yo poético expresa su anhelo de profundizar en la relación amorosa existente, buscando ir "más allá", en una exigencia de plenitud y de absoluto. La crítica destaca el extraordinario efecto expresivo de la enumeración caótica (versos 5-9), en la que el poeta mezcla todos los elementos de la vida cotidiana que dejan de tener sentido e importancia ante el hallazgo de un amor excepcional.

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sábado, 19 de octubre de 2013

Tertulia con el escritor Carlos Castán



      POLVO EN EL NEÓN

            Hay ocasiones en que la tertulia literaria del programa “Leer juntos” se complementa con actividades que la enriquecen notablemente y que aumentan el habitual goce de compartir las diversas impresiones, interpretaciones o las emociones que nos han suscitado las lecturas a quienes asistimos a tales encuentros. Grato recuerdo conservamos de la sesión dedicada, en el pasado mes de febrero, a Alexis Zorba el griego con las lecciones dictadas por el profesor Manuel Giatsidis y nuestra compañera Mercedes Ortiz, aderezadas con unos dulces y unos vinos griegos. Pues bien, el pasado 14 de octubre, volvimos a disfrutar de otra sesión memorable, en este caso en torno a la novela corta Polvo en el neón, al contar con la presencia del propio autor y sus esclarecedoras palabras.
            Nuestro compañero de Filosofía en el IES Goya, Carlos Castán, nos dio a conocer, de un modo cercano, directo, casi íntimo, su faceta de escritor, desde sus colecciones de cuentos (Frío de vivir, 1997; Museo de la soledad, 2000, y Sólo de lo perdido, 2008), pasando por su libro miscelánea Papeles dispersos (2009), hasta sus últimas obras: su primera novela larga, a punto de publicarse, y el relato que nos ocupaba, Polvo en el neón, en el que ya pasó a centrarse en exclusiva para desvelarnos algunas de sus claves interpretativas.
            El relato surge de la propuesta de Oscar Sipán, uno de los editores –además de escritor amigo–, de construir una narración a partir de una colección de fotografías de Dominique Leyva, estadounidense de Alburquerque afincado en Huesca, que muestran imágenes de los exteriores e interiores de los moteles situados al borde de las interminables carreteras norteamericanas. Estas fotografías al principio no entusiasmaron tanto al autor, ya que en ellas no aparecen figuras humanas; no obstante, enseguida advirtió que, pese a ello, era bien palpable la huella del hombre en aquellos inhóspitos lugares captados por el ojo de la cámara. Por otra parte, se percató de que la sucesiva contemplación de las fotos, una tras otra, producía el efecto de sugerir una o mil narraciones. Y así fue la génesis de este relato, “sencillo” –en palabras del autor–, que cuenta una historia de carretera por la mítica Ruta 66, con su legendario mundo de moteles polvorientos, luces de neón, gasolineras y caravanas por viviendas.
            Las fuentes de inspiración y las influencias son múltiples y de tipo cultural: para empezar, el libro de Sam Shepard Crónicas de motel, al que se rinde homenaje con una cita suya al principio del relato, y todo un género cinematográfico como es el de las “road -movies” con títulos como Bonny and Clyde, Thelma y Louise, París, Texas sin excluir otras evocaciones, como ese final de Los cuatrocientos golpes en el que el mar se presenta, igual que en este relato, como una salida: se abre un horizonte de esperanza, aunque no sabemos qué va a pasar… Y, desde luego, no faltan las referencias musicales: Willy DeVille, John Lee Hooker y Bobby Trop, entre otros.
            La novela parte de la antigua metáfora que figura la vida como un viaje. La vida como algo realmente en movimiento, como algo en fuga, yéndose a toda prisa, de la que tenemos parte del control, porque, ante las encrucijadas que continuamente se nos van presentando, elegimos el camino que tomar. Vivir es una permanente elección. ¿Qué habría sido de nosotros si aquel día, en aquel momento, hubiéramos tomado otro camino? La vida es un río (de nuevo Jorge Manrique) que nos lleva (como decía José Luis Sampedro), pero no es un mero dejarse llevar por la corriente porque el agua te arrastra pero, sobre todo, te va conformando poco a poco.
            Polvo en el neón nos ofrece la historia de una huida, en la que la carretera aparece como símbolo de la libertad. Nos habla del placer del viaje en solitario, de conducir sin rumbo, de experimentar los miedos y las inseguridades que acarrean esos largos viajes pero, al mismo tiempo, de gozar de la sensación plena de libertad ante una nueva vida que se abre. “Irse era para Quinn el pánico y a la vez el nombre de la felicidad”. Y es que Quinn, el protagonista, sale hacia una nueva vida, a la búsqueda de un destino, ansía empezar desde cero. El tema de la fantasía imposible de empezar de cero es una de las constantes en los relatos de Castán, como lo es otro con el que se entrelaza, el cernudiano conflicto de la realidad y el deseo.
            Al hilo de las reflexiones y preguntas formuladas por los asistentes a la tertulia, el escritor fue comentando otros aspectos filosóficos, pero también estilísticos, literarios en general, de su novela. Sus relatos –reconoce– no son muy narrativos; en ellos no prevalece la historia, la peripecia, sino que le interesan como cauce expresivo para plasmar, para transmitir estados de ánimo. Por eso se recrea a veces en los detalles, porque estos contribuyen a crear una atmósfera o una escena.
            Ante el comentario de que las huellas que van dejando los personajes en su relato son huellas más bien dramáticas, el autor trae a colación la observación hecha por el fotógrafo sobre su propia obra en el sentido de que muestra un marcado contraste entre las luces fluorescentes, los alegres reclamos publicitarios de los clubes de carretera, los llamativos carteles de colores de los moteles… con unos interiores de habitaciones que rezuman asepsia, aburrimiento, frialdad, tristeza. Los hoteles interesan al escritor como “enjambres de historias”, y esas historias no suelen ser precisamente felices cuando transcurren en hoteles en tanto que lugares de paso y no de destino.
            Otros aspectos relevantes del relato fueron ampliamente comentados en la tertulia como el planteamiento de la tesis de llegar a la libertad a través de la soledad, el tema del viaje interior que realiza el protagonista esperando encontrar respuestas para poner orden en su vida y en sus sentimientos, para clarificar sus relaciones con las mujeres (su esposa, su amante, su cuñada) y con el mundo en que vive, el tema del “amor que pudre el deseo”…
            En el plano estilístico, se caracterizó su prosa como limpia, bella, exquisita, y que acoge sin estridencias expresiones coloquiales, que le confieren dinamismo y agilidad.
            Entre los lectores también se destacó positivamente la conexión entre el trabajo fotográfico de Leyva y el relato de Castán, y, en especial, se puso de relieve la feliz conjunción de determinadas fotografías con los breves textos que las acompañan, que no son fragmentos de la novela aunque beben de ella, y que constituyen, en algunos casos, auténticos microrrelatos y, en otros, textos autónomos dotados de cierta densidad conceptual o de una fuerte capacidad sugeridora.
            Por último, el autor nos confió algunos de los entresijos o de los secretos guardados en la recámara, de los cuales solo desvelaré uno, que no fue él quien puso el título Polvo en el neón, título provisional que acabaría imponiéndose como definitivo, a pesar de no ser de su total agrado al principio, pero que podría funcionar como juego con la ambigüedad de sus diversas connotaciones.
            La experiencia de poder charlar libre y ampliamente con el escritor sobre su obra –se nos fueron sin sentir dos horas y media– resultó muy enriquecedora a la par que amena, por lo que esperamos poder repetirla con otros autores en lo sucesivo.
                                                                   
                                                                              FCO. JAVIER AZNAR, profesor del IES Goya

  



miércoles, 16 de octubre de 2013

César Mallorquí, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil


El escritor César Mallorquí (Barcelona, 1953) ha ganado el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil  por su novela La isla de Bowen. El jurado del premio -concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte- premia la obra de Mallorquí por ser "un canto a la aventura y homenaje a la literatura clásica, escrita con pasión, amenidad, humor e inteligencia y por la excelente construcción de sus personajes y tramas".

La isla de Bowen, que ya fue galardonada con el premio Edebé de Literatura Juvenil 2012,  es un libro de aventuras al estilo de los de Julio Verne o Arthur Conan Doyle, con islas misteriosas, asesinatos, minerales preciosos, héroes y manuscritos medievales. La historia comienza en 1920 con el asesinato del marinero Jeremiah Perkins en un pequeño puerto noruego situado en el Ártico y con el misterioso paquete que Perkins envía a Lady Faraday antes de morir. Por otra parte, el profesor Ulises Zarco, director de la sociedad geográfica SIGMA, se embarca en una increíble aventura a causa de una extraña reliquia descubierta en una cripta medieval. Tanto Zarco como su ayudante, Adrián Cairo, han recorrido el mundo enfrentándose a toda clase de peligros, igual que el capitán Verne y su tripulación, o el fotógrafo Samuel Durango, e incluso las dos damas inglesas que les han pedido ayuda; pero ninguno de ellos se encuentra preparado para enfrentarse al terrible misterio que envuelve a la isla de Bowen, más allá del Círculo Polar Ártico.

César Mallorquí es hijo del novelista José Mallorquí (1913-1973), creador del popular personaje de El Coyote. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y trabajó en la revista de humor gráfico 'La Codorniz' ( 1941-1978) y en la Cadena SER. En la década de los ochenta fue creativo publicitario en distintas agencias, tarea que abandonó para dedicarse exclusivamente a la literatura a partir de 1991. Además de la obra premiada,  ha publicado las siguientes novelas: La vara de hierro (1993), El círculo de Jericó (1995), El coleccionista de sellos (1996), El último trabajo del Sr. Luna (1997), La Fraternidad de Eihnwaz (1998), La cruz de El Dorado (1999), El maestro oscuro (1999), La catedral (2000), La mansión Dax (2001), El hombre de arena (2001) y La estrategia del parásito (2012), por las que ha recibido numerosos galardones. Mallorquí no cree que exista una literatura juvenil, él se considera un autor para todos los públicos que gusta a los jóvenes.

domingo, 13 de octubre de 2013

"Un llanto...", de Álvaro Mutis


                                                                     CIUDAD

                                             Un llanto,
                                             un llanto de mujer,
                                             interminable,
                                            sosegado,
                                            casi tranquilo.
                                             En la noche, un llanto de mujer me ha despertado.
                                             Primero un ruido de cerradura,
                                             después unos pies que vacilan
                                             y luego, de pronto, el llanto.
                                             Suspiros intermitentes
                                             como caídas de un agua interior,
                                             densa,
                                             imperiosa,
                                             inagotable,
                                             como esclusa que acumula y libera sus aguas
                                             o como hélice secreta
                                             que detiene y reanuda su trabajo
                                             trasegando el blanco tiempo de la noche.
                                             Toda la ciudad se ha ido llenando de ese llanto,
                                             hasta los solares donde se amontonan las basuras,
                                             bajo las cúpulas de los hospitales,
                                             sobre las terrazas del verano,
                                             en las discretas celdas de la prostitución,
                                             en los papeles que se deslizan por solitarias avenidas,
                                             con el tibio vaho de ciertas cocinas militares,
                                             en las medallas que reposan en joyeros de teca,
                                             un llanto de mujer que ha llorado largamente
                                             en el cuarto  vecino,
                                           por todos los que cavan su tumba en el sueño,
                                             por los que vigilan la mina del tiempo,
                                             por mí que lo escucho,
                                             sin conocer otra cosa
                                             que su frágil rodar por la intemperie
                                             persiguiendo las calladas arenas del alba.

                                                      (Álvaro Mutis, de Summa de Maqroll el Gaviero, 1973)


El pasado 22 de septiembre fallecía en México, a los 90 años,  el poeta y novelista colombiano Álvaro Mutis. Descendiente del célebre médico y naturalista gaditano Celestino Mutis, había nacido en Bogotá en 1923. Hijo de diplomático, cursó sus primeros estudios en internados de París y Bruselas. Pasaba largas temporadas en una finca cafetalera fundada por su abuelo materno en la provincia colombiana de Tolima, un lugar paradisiaco del  que añorará siempre el olor de los naranjos y el rumor  de los dos ríos que lo atravesaban. Tras la muerte de su padre, regresa a Colombia, donde recibió clases de literatura del insigne escritor Eduardo Carranza*, pero abandonó los estudios por su afición a la poesía y al billar. A partir de entonces, desempeñó distintos trabajos, entre ellos, publicista y relaciones públicas  en algunas multinacionales. En 1956, acusado de malversación de fondos por la petrolera Esso, abandona su país y se establece en México, donde conoció a Octavio Paz y Carlos Fuentes, que se convertirán en dos de sus grandes amigos. No obstante, tres años después es detenido por la Interpol y encarcelado en el Palacio Negro de Lecumberri donde pasará dieciséis meses temiendo ser extraditado a su país. Esta dura experiencia vital se plasmó en Diario de Lecumberri (1960), su primer libro en prosa. Hasta entonces, había escrito solamente poesía. Fue un gran amigo de Gabriel García Márquez, quien, tras viajar a México para visitar a Mutis, decidió fijar su residencia en este país.

Sus inicios como poeta están vinculados  a la revista Mito. En su producción poética, que ahonda en los sentimientos humanos con un lenguaje muy depurado, destacan: Los elementos del desastre (1953), Reseña de los hospitales de ultramar (1959), Los trabajos perdidos (1961) y la recopilación Summa de Maqroll el Gaviero (1973). En el primero  hace su aparición el enigmático personaje de Maqroll el Gaviero, protagonista también de siete de sus libros de narrativa. Nacido de sus lecturas de Melville - en especial de Moby Dick, como reconoció Mutis-, "es el tipo que está allá arriba, en la gavia, que es el trabajo más bello del barco, entre las gaviotas, frente a la inmensidad y la soledad más absoluta", ha dicho de él su creador. En su narrativa, que se suele adscribir al realismo mágico, se incluyen títulos como La nieve del Almirante (1986), Ilona llega con la lluvia (1988), Un bel morir (1989), La última escala del Tramp Steamer (1989), Amirbar (1990), Abdul Bashur, soñador de navíos (1991), y Tríptico de mar y tierra (1993). Dos de sus novelas han sido adaptadas al cine por directores colombianos.

Su obra ha sido reconocida  con galardones tan prestigiosos como el Premio Nacional de Letras de Colombia, 1974; el Nacional de Poesía, 1983; Orden  de las Artes y las Letras, del Gobierno de Francia, en el grado de caballero, 1989; Premio Médicis Étranger de Francia, 1989; Premio Nonino de Italia, 1990; Premio Príncipe de Asturias de las Letras, 1997; Premio  Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana, 1997,  y el Premio Cervantes, 2001.

Otro poema de Álvaro Mutis en:

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