Jaime Sabines Gutiérrez (Tuxtla Gutiérrez, estado de Chiapas, 1926- Ciudad de México, 1999) fue un político, ensayista y poeta mexicano perteneciente a la Generación del Medio Siglo, de la que formó parte también su gran amiga Rosario Castellanos.
Su padre, Julio Sabines, había nacido en el Líbano, pero emigró a Cuba con su familia en 1902 y en 1914 se estableció en México, donde participó en la Revolución. En Chiapas contrajo matrimonio con Luz Gutiérrez Moguel, sobrina nieta de Joaquín Miguel Gutiérrez, militar que fue gobernador del estado de Chiapas, cuya capital, Tuxtla Gutiérrez, lleva su apellido. En 1945 Jaime Sabines inició la carrera de Medicina en Ciudad de México, pero la abandonó y regresó a Chiapas, donde estuvo trabajando en una tienda de telas propiedad de uno de sus hermanos y donde escribió Tarumba, uno de sus poemarios más célebres, que no publicaría hasta 1956. En 1949 regresa a Ciudad de México con una beca del gobierno de Chiapas para estudiar Lengua y Literatura españolas en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y al año siguiente publica el poemario Horal, que incluye su famoso poema "Los amorosos"; a este seguirá La señal (1951). En la UNAM conoció a otros miembros de su generación, y en la capital se unió a un círculo literario del que formaban parte figuras tan relevantes como Juan Rulfo o Juan José Arreola.
Debido al accidente sufrido por su padre, se ve obligado a regresar a Chiapas en 1952, sin poder concluir sus estudios. No obstante, ese mismo año publica Adán y Eva, su primer poemario en prosa. Tras varios años de noviazgo, contrajo matrimonio en 1953 con Josefa Rodríguez Zebadúa "Chepita". En Chiapas permaneció siete años, trabajando en el comercio de telas, pero en 1959, tras recibir un premio literario otorgado por el gobierno de Chiapas, decidió centrarse en el trabajo de creación literaria. Ese año regresa a la capital, donde escribe Diario semanario (1961).
Uno de los hechos que más profundamente marcó la vida de Sabines y su poesía fue la muerte de su padre, que le inspiró una de las mayores elegías escritas en castellano, Algo sobre la muerte del mayor Sabines (1973), dividida en dos partes y formada por veintidós poemas. Acabó la primera parte, escrita a lo largo de los meses de enfermedad de su padre, en diciembre de 1961 (su padre había muerto en octubre). En los tres años siguientes no fue capaz de escribir nada hasta que empezó componer una segunda parte, que no había previsto porque consideraba que la obra estaba completa y que terminó en veinte días. En 1966 muere su madre y en 1967 publica Yuria, escrito tras una visita a la Cuba revolucionaria. Postumamente apareció Los amorosos: Cartas a Chepita, libro que reúne las cartas escritas a Chepita durante sus años de noviazgo.
Fue diputado federal por el I Distrito Electoral Federal de Chiapas de 1976 a 1979, y fue elegido diputado, por el PRI, en el Congreso de la Unión en 1988 por un distrito de la capital federal.
Dentro del ámbito latinoamericano, su poesía formó parte de la vertiente poética denominada "coloquialista" por el tono conversacional. En ella podrían incluirse poetas como el argentino Juan Gelman, el nicaragüense Ernesto Cardenal o el uruguayo Mario Benedetti. Esta tendencia tuvo su mejor momento en las décadas de los 50 y 60 del siglo XX, coincidiendo con el triunfo de la revolución cubana. Dentro de su país, su poesía, de tono popular, se opone a la tendencia culta hegemónica impulsada por Octavio Paz, a pesar de lo cual, este opinaba que Sabines era uno de los mejores poetas contemporáneos en castellano.
Para Sabines, la poesía es un medio para comunicarse, para establecer contacto con los demás:
"Vivimos en una gran soledad, y la poesía, como un gesto amoroso, es un puente que tendemos entre una isla y otra isla".
Pero no cree en los poetas que juegan con las palabras. Él busca expresar sus emociones en un lenguaje directo y transparente y aspira a hacerlo de forma sintética: "Uno debe aspirar a tener las menos palabras posibles para comunicar las emociones más auténticas del hombre".
La soledad, el amor, la presencia de la muerte son los temas esenciales de su poesía, que aparecen reunidos ya en su poema "Los amorosos", escrito en 1949 .
Su poesía ha sido traducida a varias lenguas y galardonada con prestigiosos premios como el Xavier Villaurrutia (1972) y el Elías Sourasky (1982).
¡Qué simpático... Me ha gustado el poeta y sus poemas. Especial gracia me hace el último, en el que parece reírse de sí mismo. Y el emocionante poema dedicado al padre fallecido. También, desde luego, los dos primeros de amor; me ha gustado eso de "agradecer a la muerte, que no te ha visto..." (fútil agradecimiento por lo que tiene de implacable la Muerte) y las "palabras laterales" de amor: esa expresión subconsciente del amor en cada conversación cotidiana.
ResponderEliminarCarlos San Miguel