El poeta francés Paul Verlaine (Metz,1844-París,1896) es una de las más destacadas figuras del movimiento simbolista. Hijo de un oficial de ingenieros, pasó su infancia en diversas guarniciones antes de que su familia se instalara en París en 1851, tras el retiro de su padre. En la capital francesa cursó estudios en el liceo Bonaparte y a partir de 1963, atraído por la lectura de Baudelaire, comenzó a frecuentar a los poetas parnasianos, en cuya revista Le Parnasse contemporain aparecieron sus poemas de juventud. Sus primeras obras se caracterizan por el antirromanticismo propio de los parnasianos, en cuyas composiciones el interés por los aspectos formales del poema prima sobre la expresión de los sentimientos. Entre sus obras de esta etapa figuran Poemas saturnianos o saturnales (1866), muy influido por Baudelaire, y Fiestas galantes (1869) nostálgica evocación de un artificial mundo dieciochesco inspirado en la pintura de Watteau.
El compromiso con la joven Mathilde Mauté, a la que dedicará el libro La buena canción (1870) y su matrimonio con ella en plena guerra franco-prusiana, representan un paréntesis en su desordenada vida y un periodo de estabilidad. Pero los acontecimientos de la Comuna y su encuentro con el joven poeta Arthur Rimbaud* en 1871 vuelven a desequilibrar su vida: abandona esposa e hijo para iniciar con Rimbaud una relación que escandaliza a la sociedad francesa. Juntos viajan a Bélgica e Inglaterra, y cuando el 10 de julio de 1873 el joven decide abandonarlo, Verlaine, en uno de sus habituales ataques de violencia, lo hiere de bala en una mano, por lo que será condenado a dos años de prisión. Durante su estancia en la cárcel aparece Romanza sin palabras (1874), obra creada a partir de su relación con Rimbaud que marca el inicio de su etapa de madurez, con una nueva poética basada en la musicalidad del verso. Su arrepentimiento y su reconversión al catolicismo de su infancia le inspiraron el volumen de poemas religiosos Cordura (1881).
Tras su última riña con Rimbaud en 1875, su vida es un continuo deslizarse hacia la autodestrucción, entre recaídas en el alcohol y la miseria y periodos de arrepentimiento, a pesar de lo cual los jóvenes poetas comenzaron a interesarse por su obra. Durante algunos años se dedicó a la enseñanza de la lengua francesa en Inglaterra y del inglés en Francia, pero tras la muerte de L. Lentinois (su alumno favorito y amante, inspirador de muchos de los poemas de Amor [1883]), llevó una vida absolutamente escandalosa y disoluta. De esta época son Los poetas malditos (1884), libro en el que ensalza a poetas como Rimbaud o Mallarmé y se incluye a sí mismo, además de Antaño y ahora (1884). Después de una nueva estancia en la cárcel acusado de intentar estrangular a su madre bajo los efectos del alcohol, se instaló en París, donde fue hospitalizado en repetidas ocasiones. En sus últimos años gozó de un enorme prestigio literario y en 1894 fue elegido "Príncipe de los poetas".
Verlaine defendía el poder de sugerencia del símbolo así como la musicalidad del verso ("La música ante todo"), y se valió sobre todo de la correspondencia entre los estados de ánimo del poeta y el paso de las estaciones en la naturaleza. Su influencia es fundamental en el Modernismo hispánico: a través de Rubén Darío (quien le dedicó su célebre "Responso"), llega a Manuel y Antonio Machado, así como a Juan Ramón Jiménez.
El poema elegido pertenece a la sección "Paisajes tristes" de Poèmes saturniens, cuyo título hace referencia al planeta Saturno que, según la astrología renacentista, regía los temperamentos melancólicos propios de los artistas. Se trata de una de las más célebres composiciones de Verlaine, en la que expresa la fusión entre el paisaje y los sentimientos personales, la correspondencia entre el alma triste del yo poético, acosada por los recuerdos y la melancolía, y la tristeza del otoño. Las dos primeras estrofas fueron la contraseña elegida por los aliados para informar a la resistencia francesa del inicio del desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.
El poema elegido pertenece a la sección "Paisajes tristes" de Poèmes saturniens, cuyo título hace referencia al planeta Saturno que, según la astrología renacentista, regía los temperamentos melancólicos propios de los artistas. Se trata de una de las más célebres composiciones de Verlaine, en la que expresa la fusión entre el paisaje y los sentimientos personales, la correspondencia entre el alma triste del yo poético, acosada por los recuerdos y la melancolía, y la tristeza del otoño. Las dos primeras estrofas fueron la contraseña elegida por los aliados para informar a la resistencia francesa del inicio del desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.
Escucha el poema, interpretado por Georges Brassens: AQUÍ.
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Otoño y Tu Recuerdo
ResponderEliminarEl verano cansinamente se marcho
Con su fragua de ardiente de soles
Con el cantar de las olas del mar
Y el salitre en el viento al respirar
dorando la piel de un bronceado color
las gaviotas con sus hirientes graznidos
cantaron su canción de despedida
para recibir el nuevo Otoño
con su romántico abanicos de colores
con sus lluvias, sus viejos y nostálgicos Amores.
Porque será que te siento tan mía
Cuando llega el Otoño con sus hojas
Trayendo la lluvia y sus mañanas frías
Y al imaginarte tu recuerdo me destroza
Y me convierto en una hoja más
Que el viento arrastra
Para desintegrarme sobre el hormigón
De las calles desiertas y solitarias
Y morir en silencio repitiendo tu nombre
en mi memoria.
Porque me gusta el Otoño
Si me va matando lentamente
Mi corazón ya no late
Solo voy sobreviviendo a la deriva
Y mi alma me grita tu nombre
Que retumba en lo profundo de mi mente
camino solitario y aturdido entre la gente
Como un paria castigado por el destino
Para morir solitario y ya vencido
Quedara una solitaria cruz sin nombre
Y mis huellas al costado del camino.
Cada hoja del otoño me recuerda tu mirada
Y es para mi vida como una puñalada
Que atraviesa mi pecho
Lo necesito para sobrevivir
Sé que de ti no tengo el más mínimo derecho
Y al recordarlo me vuelvo viento y olvidos
Y como una sombra que vaga por las calles
Soy una patética y borrosa figura que se diluye
En la negra noche donde se funden
Los sueños perdidos.
El otoño seguirá gritando sin cordura
Por las vacías calles con su voz
de vientos, lluvias y locura
Yo seguiré por mi camino
Pensando en ti y soñando
ese será del Mendigo su destino
Ambos somos la doliente partitura
Que canta el viento en las noches Solitarias
en las copas de los árboles
con el fantasmal coro de las sombras
desde los rincones más profundos de la Noche.
Mezcla de viento, silencio, lluvia y soledad
Con su cruz acuesta
“El mendigo” por las calles va
Los charcos de agua como espejos
reflejan su lento y pausado andar
la luna lo mira pasar y al ver su dolor
llora con lágrimas de estrellas
al entender su penar por ese Amor
Corre por su negro abrigo la lluvia
Que va anidando en las huellas
Que van dejando sus rotos zapatos
Tan rotos y destrozados como sus sueños
Por la oscura Noche el Mendigo
Se va convirtiendo en una sombra más.
No siempre fue triste y Mendigo
Hace tiempo también reía
Pero Lo que él no sabía
Que la vida en Poeta lo convertiría
Ahora tiene llanto en la risa
Y al igual que el sol en cada atardecer
se va muriendo sin prisa.
Lleva una marca gravada a fuego en su piel
Por el Rojo hierro del destino que así lo quiso
Como una cicatriz llevo escrito tu nombre
En el medio de mi pecho Adéle
Y moriré con mis manos abrazo junto a él.
Mario Anónimo
"Todos los derechos reservados para el autor"
Gracias, Mario Anónimo.:)
EliminarLa verdad me dieron mucha información Y muchísimas gracias por eso, pero, me gustaría saber cuáles son esos aspectos que tenían la actitud parnasiana Y simbolismo que se reflejan en el poema canción de otoño
ResponderEliminarYo le tengo especial cariño a ese poemita introductorio a la Sonata se Primavera de Valle Inclán que le dedica Rubén Darío al Marqués de Bradomín y en el que cita a Verlaine, ya muerto: ...el chorro de agua de Verlaine estaba mudo..."
ResponderEliminarQué datos tan interesantes y anecdóticos cuentas siempre, como ese de que fue empleado por la Inteligencia de la Resistencia francesa cuando el Desembarco en Normandía.
Carlos San Miguel
La traducción es horrible!
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