Grupo de lectura "Leer juntos Hoy" del IES Goya
Sesión del 18 de marzo de 2019
Obra comentada: La vegetariana, :Rata_, Barcelona, 2017
Autora: Han Kang
Traducción: Sunme Yoom
1. La autora, Han Kang
Es poco conocida en nuestro país, ya que solo se han publicado dos obras suyas: La vegetariana y Actos
humanos. Kang nació en 1970 en Gwangju, una ciudad del sur de Corea, y a los once años se trasladó a Seúl. Comenzó a escribir en los 90 y en 1999 ganó el Premio de Novela Coreana con la novela corta El niño Buda, el Premio al Artista Joven del Año en 2000, y el Premio Yi Sang en el año 2005 por La mancha mongólica, la segunda parte de La vegetariana. En 2010 obtuvo el Premio Dong-in con Pelea de aliento. Bebé Buda y La vegetariana se han adaptado al cine.
La escritora surcoreana Han Kang |
En mayo de 2016 el jurado del Man Booker Prize International le otorgó el premio por La vegetariana, compartido con su traductora, Deborah Smith, de 28 años, que comenzó a aprender coreano cuando tenía 21 y acabó enfrentándose a la traducción de esta surrealista y oscura historia sobre la mujer que quería ser árbol. El premio se concede cada dos años a la mejor obra traducida al inglés. La unanimidad del jurado fue rotunda y ganó frente a aspirantes como el Nobel Orhan Pamuk; la autora de moda, Elena Ferrante, o el consagrado Philip Roth. Los cinco jueces del premio, encabezados por el crítico y autor Boyd Tonkin, consideraron que el libro de la surcoreana, el primero de la autora que se publica en inglés, es un texto "original, poderoso e inolvidable".
Sin embargo, cuando apareció la novela, en el año 2007, no tuvo ningún éxito en su país. Ahora, en cambio, es ya un fenómeno literario que para ella representa "el derecho que tiene la escritora para pelear con uñas y dientes a través de la escritura por expresar lo que quiere contar".
La autora de La vegetariana es profesora de escritura creativa en el Instituto de las Artes de Seúl.
2. La vegetariana
Antecedentes
Kafka, La metamorfosis
Lina Meruane, Fruta podrida
Concatenadas, las tres obras citadas tienen algo en común con la obra de Han Kang. El protagonista de El escribiente es una persona anodina, corriente, sin atributos. Es contratado por un abogado, pero ante una petición que él considera corrupción, prefiere no hacerla, suspende cualquier acción. Su negativa, llevada con firmeza, sorprende y desconcierta a quienes lo rodean. Estos van experimentando importantes cambios a raíz de su relación con él. Se le puede tachar, según los filósofos, de nihilista estoico. Para los políticos, sería un anarquista anti-sistema; para los psiquiatras, un paranoico esquizoide aquejado de mutismo.
Es una figura inquietante que desafía tanto a la lógica como a la psicología. Nos podría recordar a nuestra protagonista. ¿El diagnóstico que pudieran tener los otros dos protagonistas nos aclararía su comportamiento? Su negativa no es pasiva, es un "no" lleno de acción. Hoy lo llamarían resistencia pasiva. Nos recordaría esta postura a Gandhi o a Mandela. La actitud del personaje de El escribiente no provoca violencia, a diferencia de la de Yeonghye en La vegetariana, y en La metamorfosis de Kafka también hay violencia contra Gregorio Samsa. A juicio de varios críticos, El escribiente es el antecedente de La metamorfosis, y de ambas bebe La vegetariana. Hay también deseos de libertad en Zoila, la hermana diabética de Fruta podrida.
Son obras en que los protagonistas adoptan posturas de rebeldía, incomprendidas y perturbadoras para su entorno. Todos ellos tienen que pagar un precio por querer cambiar. La sociedad está dispuesta a rechazar y agredir a quien se enfrenta a ella.
Valores culturales coreanos
Breve pincelada para comprender mejor las actuaciones de nuestros personajes:
Son obras en que los protagonistas adoptan posturas de rebeldía, incomprendidas y perturbadoras para su entorno. Todos ellos tienen que pagar un precio por querer cambiar. La sociedad está dispuesta a rechazar y agredir a quien se enfrenta a ella.
Valores culturales coreanos
Breve pincelada para comprender mejor las actuaciones de nuestros personajes:
- Corea vive sus valores a través de la influencia del budismo, del confucionismo y, en menor medida, del cristianismo.
- Tienen un gran respeto a las personas mayores.
- Priorizan las relaciones familiares, luego las personales y, por último, las laborales o de negocios. Con la incorporación al capitalismo, la empresa se equipara a la familia.
- El confucionismo enseña que cada uno tiene un papel en el orden social y está obligado a adaptarse a él y a respetarlo.
- La armonía entre las personas. El hacer que se sientan bien.
- La gente que gira alrededor de una persona es más importante que uno mismo. La hermana de Yeonghye adopta esta actitud, olvidándose de sí misma.
- Durante la guerra civil (1950-1953) Corea fue devastada. La importancia de la subsistencia en este periodo queda reflejada en la novela. Importancia de comer carne, ahora que se puede.
- Llegados a los 90, ha pasado de ser una sociedad agraria a una posindustrial, con todo lo que conlleva esa transformación en cualquier sociedad.
- Corea se ha modernizado, pero no se ha occidentalizado.
Los temas
El título de la novela puede inducirnos a error. El vegetarianismo se toca solo de refilón, o como excusa. Aborda temas como la depresión, la violación, las enfermedades mentales, la soledad, la muerte, los malos tratos... Sin embargo, el leitmotiv sería la violencia en todas sus vertientes.
Reivindica la muerte como opción vital. Sobre todo, nos hace plantearnos, como la filosofía, preguntas, preguntas, preguntas.
Reivindica la muerte como opción vital. Sobre todo, nos hace plantearnos, como la filosofía, preguntas, preguntas, preguntas.
El filósofo y ensayista surcoreano Byung-Chul Han -que también ha vivido en Seúl, como nuestra autora, y ahora es profesor de la Universidad de las Artes de Berlín- ha tratado el tema de la violencia en el presente. Nos dice que la violencia, que es inmanente al sistema neoliberal, ya no destruye desde fuera del propio individuo, lo hace desde dentro y provoca depresión y cáncer. La interiorización del mal es consecuencia del sistema. Ya no necesita ejercer la represión, esta ha sido interiorizada. "El esclavo de hoy es el que ha optado por el sometimiento. Uno se ve libre y se explota a sí mismo hasta el colapso".
Y lo ha hecho a cambio de un modo de vida escasamente interesante. La exigencia a la que se han visto sometidos los escolares para alcanzar el máximo rendimiento con las mejores calificaciones ha hecho que, al no poder alcanzar esos niveles de excelencia, el índice de suicidios se haya disparado.
Han, en su libro La sociedad del cansancio (pág. 65), nos dice:
En el momento en que el sujeto se siente forzado a aportar rendimiento se percibe a sí mismo como un objeto funcional que hay que optimizar. No solo la autoexplotación resulta autodestructiva, también la autoalienación se expresa patológicamente como trastorno en la autoalienación neuropsicológica del organismo. La anorexia, la bulimia... Al final ya no siente su propio cuerpo.
La estructura
La novela está estructurada en tres partes. Cada una nos ofrece una visión distinta de la protagonista, Yeonghye. Primero, la del marido; la del cuñado, en segundo lugar, en "La mancha mongólica", y la de su hermana mayor en "Los árboles en llamas", última parte de la narración.
La voz de la protagonista solo nos llega a través de sus sueños, todos ellos violentos, llenos de sangre. No es casual que la portada y la contraportada, como nos hizo ver nuestra compañera Lola Gómez, sea de color rojo y no verde, que podría parecer más adecuado.
Yeonghye es una mujer corriente para un marido que se casa con ella porque no tiene contraindicaciones. Pero un día ésta muestra una actitud insólita que lo desconcierta, cuando toma la determinación de no comer carne. La decisión parece ir de lo corpóreo a lo etéreo. Ella es una rebelde que apuesta por alzarse contra lo que no la convence y llevará su lucha hasta el final. No quiere formar parte de la humanidad. La vida cotidiana se convierte entonces en una pesadilla para él. El alcohol está presente como salida a esta realidad. La violencia y la violación, también (pág. 48). El marido la siente como un objeto.
En "La mancha mongólica" se presenta el punto de vista de su cuñado artista. Este sabe de la mancha de Yeonghye de una forma casual, a través de su mujer. La mancha suele aparecer en bebés y tiende a desaparecer con el crecimiento. Puede tomarse aquí, en una persona adulta, como un estado de pureza. El cuñado se considera un fracasado, siente asco por su arte (pág. 90). Aspira a la belleza pura. Para alcanzarla pinta el cuerpo de Yeonghye como si fuera una planta cubierta de flores, así poseerá a la mujer imaginada.
"Los árboles en llamas" nos proporciona la versión de la hermana, la cuidadora de todos ellos, que se
olvida de sí misma y solo vive para su hijo (pág. 161). En su papel de fuerte acompaña a su hermana hasta el final porque se identifica con ella y le muestra su agradecimiento pues intuye que, cuando eran niñas, Yeonghye la salvó de esa cotidianidad cruel y llena de maltrato por parte del padre. Ambas han vivido oprimidas y violentadas en su infancia. Entonces Yeonghye era la fuerte. Es el único personaje que parece querer entender la postura de su hermana.
La novela bien pudiera ser un alegato contra la violencia. Han Kang se inspiró en un verso del poeta coreano Yi Sang: "Creo que las personas han de ser plantas".
Donde crecen las secoyas
No deja de ser curioso el preámbulo del libro: "Donde crecen las secoyas.
Árboles inmensos que pueden llevar en el planeta más de 144 millones de años. Conductores espirituales, resonadores y capacitadores de increíble energía. Seminadores de energía sobre la tierra, el agua y los minerales. De todo esto estamos compuestos. Son capaces de tener una conciencia individual. No hacen daño al ser humano, como los pechos de nuestra protagonista.
Un libro que busca provocar y nos hace tener los sentimientos a flor de piel. Un buen libro para una tertulia participativa, como así fue.
La novela está estructurada en tres partes. Cada una nos ofrece una visión distinta de la protagonista, Yeonghye. Primero, la del marido; la del cuñado, en segundo lugar, en "La mancha mongólica", y la de su hermana mayor en "Los árboles en llamas", última parte de la narración.
Yeonghye es una mujer corriente para un marido que se casa con ella porque no tiene contraindicaciones. Pero un día ésta muestra una actitud insólita que lo desconcierta, cuando toma la determinación de no comer carne. La decisión parece ir de lo corpóreo a lo etéreo. Ella es una rebelde que apuesta por alzarse contra lo que no la convence y llevará su lucha hasta el final. No quiere formar parte de la humanidad. La vida cotidiana se convierte entonces en una pesadilla para él. El alcohol está presente como salida a esta realidad. La violencia y la violación, también (pág. 48). El marido la siente como un objeto.
En "La mancha mongólica" se presenta el punto de vista de su cuñado artista. Este sabe de la mancha de Yeonghye de una forma casual, a través de su mujer. La mancha suele aparecer en bebés y tiende a desaparecer con el crecimiento. Puede tomarse aquí, en una persona adulta, como un estado de pureza. El cuñado se considera un fracasado, siente asco por su arte (pág. 90). Aspira a la belleza pura. Para alcanzarla pinta el cuerpo de Yeonghye como si fuera una planta cubierta de flores, así poseerá a la mujer imaginada.
"Los árboles en llamas" nos proporciona la versión de la hermana, la cuidadora de todos ellos, que se
olvida de sí misma y solo vive para su hijo (pág. 161). En su papel de fuerte acompaña a su hermana hasta el final porque se identifica con ella y le muestra su agradecimiento pues intuye que, cuando eran niñas, Yeonghye la salvó de esa cotidianidad cruel y llena de maltrato por parte del padre. Ambas han vivido oprimidas y violentadas en su infancia. Entonces Yeonghye era la fuerte. Es el único personaje que parece querer entender la postura de su hermana.
La novela bien pudiera ser un alegato contra la violencia. Han Kang se inspiró en un verso del poeta coreano Yi Sang: "Creo que las personas han de ser plantas".
Donde crecen las secoyas
No deja de ser curioso el preámbulo del libro: "Donde crecen las secoyas.
Árboles inmensos que pueden llevar en el planeta más de 144 millones de años. Conductores espirituales, resonadores y capacitadores de increíble energía. Seminadores de energía sobre la tierra, el agua y los minerales. De todo esto estamos compuestos. Son capaces de tener una conciencia individual. No hacen daño al ser humano, como los pechos de nuestra protagonista.
Un libro que busca provocar y nos hace tener los sentimientos a flor de piel. Un buen libro para una tertulia participativa, como así fue.
Llanos Collado Piqueras
[Imágenes: 1) Pinterest;2) Paparazzi México Kadri; 3) mirian per se. Blogs RTV.es]
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