Con La camisa de Machado, el bilbilitano Ángel Petisme ganó el Prix International de Littèrature Antonio Machado 2019, en el año en que se cumple el 80º aniversario de la muerte del poeta, acaecida en Collioure el 22 de febrero de 1939. Machado llevaba consigo una cajita con tierra de España que había recogido antes de cruzar la frontera y expresó su deseo de que si moría en Collioure lo enterrasen con ella.
El título del libro procede de una anécdota, a la que hace referencia también el poema seleccionado. En el camino al exilio, la familia Machado (el poeta, su hermano José, la esposa de este, Matea Monedero, y la madre de los Machado, Ana Ruiz) se vio obligada a abandonar su escaso equipaje, así como el maletín de Antonio, según cuenta su hermano José. Por tanto, llegaron a Collioure con lo puesto, de manera que, cuando Matea hacía colada y le lavaba la camisa a Antonio, los hermanos no podían bajar juntos al comedor de la pensión Bougnol-Quintana donde se alojaban, porque Antonio no tenía camisa. Cuando José terminaba de comer, Antonio bajaba al comedor con la camisa de su hermano.
El yo poético, identificado con el poeta, recuerda, de forma desordenada, distintos momentos de su salida de España (la llegada a Collioure, el traslado en ambulancia, la pérdida del equipaje, la noche en un vagón de tren) y de su estancia en el pueblecito francés; expresa su inquietud por la situación en Europa y por la suerte de sus sobrinas, así como su anhelo por escapar a otro mundo donde reunirse con Guiomar o con Leonor, mientras aguarda la muerte en la misma habitación donde agoniza su madre.
El título del libro procede de una anécdota, a la que hace referencia también el poema seleccionado. En el camino al exilio, la familia Machado (el poeta, su hermano José, la esposa de este, Matea Monedero, y la madre de los Machado, Ana Ruiz) se vio obligada a abandonar su escaso equipaje, así como el maletín de Antonio, según cuenta su hermano José. Por tanto, llegaron a Collioure con lo puesto, de manera que, cuando Matea hacía colada y le lavaba la camisa a Antonio, los hermanos no podían bajar juntos al comedor de la pensión Bougnol-Quintana donde se alojaban, porque Antonio no tenía camisa. Cuando José terminaba de comer, Antonio bajaba al comedor con la camisa de su hermano.
El yo poético, identificado con el poeta, recuerda, de forma desordenada, distintos momentos de su salida de España (la llegada a Collioure, el traslado en ambulancia, la pérdida del equipaje, la noche en un vagón de tren) y de su estancia en el pueblecito francés; expresa su inquietud por la situación en Europa y por la suerte de sus sobrinas, así como su anhelo por escapar a otro mundo donde reunirse con Guiomar o con Leonor, mientras aguarda la muerte en la misma habitación donde agoniza su madre.
Hotel Bougnol-Quintana (Revista Abel Martín) |
Muy hermoso el poema de Ángel Petisme del que tengo algún disco que pongo en momentos de melancolía.
ResponderEliminarHe estado tres veces en Collioure ante la tumba de Antonio y su madre y en las tres ocasiones, me he emocionado. Una vez fue con mis hijas que recitaron el final del Retrato, eran pequeñitas; otra con mis alumnos de tercero de ESO que leyeron poemas suyos en una atmósfera cargada de intensidad.
Efectivamente, un hermoso poema escrito por un poeta que quizá no goza de suficiente reconocimiento. Joselu, muchas gracias por compartir con nosotros unas vivencias tan emotivas. Su comentario también nos emociona, sobre todo al imaginar a sus hijas recitando aquellos versos premonitorios de Machado, y estoy segura de que para alumnos aquella visita fue una experiencia inolvidable.
EliminarUn poema y un post realmente emotivos. Me alegra que el premiado sea el aragonés Ángel Pestisme, de recia voz y fina sensibilidad. En estos versos sintetiza todo el espíritu de Machado, y le da un nuevo sentido a la tumba en Collioure. Petisme, como Machado, también llega a la ética por la estética.
ResponderEliminarNada puedo añadir a tus certeras palabras, salvo agradecerte que hayas querido compartir tu opinión con los lectores. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Pero esto es una genialidad! ¡Y emotivo hasta la lágrima!
ResponderEliminarQuiero insistir en la analogía con la huída de Afganistán en estos mismos momentos: aquí naciinalcatólicos, allí extremistas islámicos; ateos en la Rusia soviética; budistas o hinduístas en Sri Lanka...¡lo que da de sí el fanatismo ideológico!
Carlos San Miguel