Un llanto,
un llanto de mujer,
interminable,
sosegado,
casi tranquilo.
En la noche, un llanto de mujer me ha despertado.
Primero un ruido de cerradura,
después unos pies que vacilan
y luego, de pronto, el llanto.
Suspiros intermitentes
como caídas de un agua interior,
densa,
imperiosa,
inagotable,
como esclusa que acumula y libera sus aguas
o como hélice secreta
que detiene y reanuda su trabajo
trasegando el blanco tiempo de la noche.
Toda la ciudad se ha ido llenando de ese llanto,
hasta los solares donde se amontonan las basuras,
bajo las cúpulas de los hospitales,
sobre las terrazas del verano,
en las discretas celdas de la prostitución,
en los papeles que se deslizan por solitarias avenidas,
con el tibio vaho de ciertas cocinas militares,
en las medallas que reposan en joyeros de teca,
un llanto de mujer que ha llorado largamente
en el cuarto vecino,
por todos los que cavan su tumba en el sueño,
por los que vigilan la mina del tiempo,
por mí que lo escucho,
sin conocer otra cosa
que su frágil rodar por la intemperie
persiguiendo las calladas arenas del alba.
(Álvaro Mutis, de Summa de Maqroll el Gaviero, 1973)
El pasado 22 de septiembre fallecía en México, a los 90 años, el poeta y novelista colombiano Álvaro Mutis. Descendiente del célebre médico y naturalista gaditano Celestino Mutis, había nacido en Bogotá en 1923. Hijo de diplomático, cursó sus primeros estudios en internados de París y Bruselas. Pasaba largas temporadas en una finca cafetalera fundada por su abuelo materno en la provincia colombiana de Tolima, un lugar paradisiaco del que añorará siempre el olor de los naranjos y el rumor de los dos ríos que lo atravesaban. Tras la muerte de su padre, regresa a Colombia, donde recibió clases de literatura del insigne escritor Eduardo Carranza*, pero abandonó los estudios por su afición a la poesía y al billar. A partir de entonces, desempeñó distintos trabajos, entre ellos, publicista y relaciones públicas en algunas multinacionales. En 1956, acusado de malversación de fondos por la petrolera Esso, abandona su país y se establece en México, donde conoció a Octavio Paz y Carlos Fuentes, que se convertirán en dos de sus grandes amigos. No obstante, tres años después es detenido por la Interpol y encarcelado en el Palacio Negro de Lecumberri donde pasará dieciséis meses temiendo ser extraditado a su país. Esta dura experiencia vital se plasmó en Diario de Lecumberri (1960), su primer libro en prosa. Hasta entonces, había escrito solamente poesía. Fue un gran amigo de Gabriel García Márquez, quien, tras viajar a México para visitar a Mutis, decidió fijar su residencia en este país.
Sus inicios como poeta están vinculados a la revista Mito. En su producción poética, que ahonda en los sentimientos humanos con un lenguaje muy depurado, destacan: Los elementos del desastre (1953), Reseña de los hospitales de ultramar (1959), Los trabajos perdidos (1961) y la recopilación Summa de Maqroll el Gaviero (1973). En el primero hace su aparición el enigmático personaje de Maqroll el Gaviero, protagonista también de siete de sus libros de narrativa. Nacido de sus lecturas de Melville - en especial de Moby Dick, como reconoció Mutis-, "es el tipo que está allá arriba, en la gavia, que es el trabajo más bello del barco, entre las gaviotas, frente a la inmensidad y la soledad más absoluta", ha dicho de él su creador. En su narrativa, que se suele adscribir al realismo mágico, se incluyen títulos como La nieve del Almirante (1986), Ilona llega con la lluvia (1988), Un bel morir (1989), La última escala del Tramp Steamer (1989), Amirbar (1990), Abdul Bashur, soñador de navíos (1991), y Tríptico de mar y tierra (1993). Dos de sus novelas han sido adaptadas al cine por directores colombianos.
Su obra ha sido reconocida con galardones tan prestigiosos como el Premio Nacional de Letras de Colombia, 1974; el Nacional de Poesía, 1983; Orden de las Artes y las Letras, del Gobierno de Francia, en el grado de caballero, 1989; Premio Médicis Étranger de Francia, 1989; Premio Nonino de Italia, 1990; Premio Príncipe de Asturias de las Letras, 1997; Premio Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana, 1997, y el Premio Cervantes, 2001.
Otro poema de Álvaro Mutis en:
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Su obra ha sido reconocida con galardones tan prestigiosos como el Premio Nacional de Letras de Colombia, 1974; el Nacional de Poesía, 1983; Orden de las Artes y las Letras, del Gobierno de Francia, en el grado de caballero, 1989; Premio Médicis Étranger de Francia, 1989; Premio Nonino de Italia, 1990; Premio Príncipe de Asturias de las Letras, 1997; Premio Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana, 1997, y el Premio Cervantes, 2001.
Otro poema de Álvaro Mutis en:
Jo qué vida tan aventurera; lo del billar me ha matao jejeje. Un perfecto bohemio rico derrochador de fortunas familiares y de las ajenas.
ResponderEliminarIgnoramos la causa del llanto de la mujer pero parece anticiparse a la actual conciencia de denuncia.contra el maltrato de género, físico o psicológico, que se ha expandido por Occidente tal como en el poema, el llanto se hace audible en toda la ciudad.
Me ha gustado.
Carlos San Miguel