Fotografía: Ferdinando Sccianna, Sicilia, 1987
Del regreso imposible
Años de soledad, años de prisa.
La pirámide, el ala y el desgaste,
después de aquellos años regresaste,
iguales la belleza y la sonrisa.
Algo sentí, no sé por qué, desierto,
y era por eso, al fin, que había llorado.
Algo en tu corazón había cambiado,
imperceptible casi, pero cierto.
Algo dejaba aquella dicha trunca:
tu amor, el que se fue, no volvió nunca,
por él tiembla la boca que te besa.
Alguien llegó con cosas del pasado,
alguien que habla de ayer ha regresado,
pero aquel que se fue jamás regresa.
El amor de los hijos del águila
En la punta de la flecha ya está, invisible, el corazón del pájaro.
En la hoja del remo ya está, invisible, el agua.
En torno del hocico del venado ya tiemblan, invisibles, las ondas del estanque.
En mis labios ya están, invisibles, tus labios.
(En William Ospina, Una sonrisa en la oscuridad, Poesía 28, Colección
Un libro por centavos,Universidad Externado de Colombia, Facultad de
Comunicación Social-Periodismo, 2007)
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¿No hay posibilidad de retomar los amores con mayores aciertos, pues? Comprender los errores y evitarlos en segundas oportunidades mejorando lo precedente? Bien,es verdad que ya no cabe la magia del conocimiento del otro, ya que el "reconocimiento" ya no puede ser tan emocionante pero es posible la sorpresa, supongo.
ResponderEliminarCarlos San Miguel