En este poema, que el autor define como su poética y que se dirige a sí mismo para darse ánimos, Fermín Herrero defiende el uso de "las palabras viejas de Castilla" porque, como ha explicado el poeta, "decantadas durante siglos", encierran "el sabor de lo auténtico y lo verdadero". Esas palabras, añade, como la "sintaxis implícita y seca" de los habitantes de esa tierra, procede "de una civilización campesina a punto de finiquitarse, la que conservaba un castellano natural propio de la hermosura de la prosa de santa Teresa de Jesús".
Entradas relacionadas:
[Imagen: Meganicho]
Comparto su forma de entender la escritura. Pero yo, desde Aragón.
ResponderEliminar"Escribo como hablo", Juan de Valdés, siglo XVI, en su obra "El diálogo de la lengua". Un manual de estilo vivo desde el Renacimiento.
Y, además, lo comparto en Facebook.
Así es, Carmen.Ese es uno de los aspectos que me encantan de tus relatos y microrrelatos, que incorporas las palabras de nuestra tierra, esas que se han conservado sobre todo en el medio rural, un tesoro en trance de desaparición. Gracias por esa labor y por tu comentario.
ResponderEliminarAunque de tan claro como "habla" no me entero de la mitad, me ha encantado su filosofía de homenaje a la lengua de nuestros abuelos y aún de nuestros padres.
ResponderEliminarPensaba yo que ababol era aragonés, mira por dónde...
Quizá alguien no entienda lo del embozo del peine; se refiere al peine de cuchillas de la segadora o de la cosechadora, que si la mies está verde o es muy tupida, se amontona y no puede cortarla. Y aquí hablamos (o hablaban nuestros padres) de los "cabezos" refiriéndose a esos altos o lomas redondeados...¡Cómo duele que todo ese idioma sea sustituido por la sandez de un spanglish tecnificado y ridículo
Carlos San Miguel