NO QUIERO
No quiero
que los
besos se paguen
ni la
sangre se venda
ni se
compre la brisa
ni se
alquile el aliento.
No quiero
que el
trigo se queme y el pan se escatime.
No quiero
que haya frío en las casas,
que haya
miedo en las calles,
que haya
rabia en los ojos.
No quiero
que en los
labios se encierren mentiras,
que en las
arcas se encierren millones,
que en la
cárcel se encierre a los buenos.
No quiero
que el
labriego trabaje sin agua,
que el
marino navegue sin brújula,
que en la
fábrica no haya azucenas,
que en la
mina no vean la aurora,
que en la
escuela no ría el maestro.
No quiero
que las
madres no tengan perfumes,
que las
mozas no tengan amores,
que los
padres no tengan tabaco,
que a los
niños les pongas los Reyes
camisetas
de punto y cuadernos.
No quiero
que la
tierra se parta en porciones,
que en el
mar se establezcan dominios,
que en el
aire se agiten banderas,
que en los
trajes se pongan señales.
No quiero
que mi
hijo desfile,
que los
hijos de madre desfilen
con fusil
y con muerte en el hombro;
que jamás
se disparen fusiles,
que jamás
se fabriquen fusiles.
No quiero
que me
manden Fulano y Mengano,
que me
fisgue el vecino de enfrente,
que me
pongan carteles y sellos,
que
decreten lo que es poesía.
No quiero
amar en
secreto,
llorar en
secreto,
cantar en
secreto.
No quiero
que me
tapen la boca
cuando
digo NO QUIERO...
De Mujer de barro, 1948
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Bueno... gracias a todo ello ha habido poema jeje
ResponderEliminarCarlos San Miguel