Supuesto retrato de Safo. Busto del siglo V a. C. hallado en la Villa de los Papiros de Herculano. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles |
Su vida está rodeada de misterio e incertidumbre, pues lo que sabemos de ella procede de sus propias composiciones o de testimonios de escritores posteriores, que no la conocieron. Se cree que nació en Erebos, una aldea de la isla de Lesbos, entre los años 650 y 610 a. C. Procedía de una familia noble y adinerada. Su padre era un próspero comerciante de vinos de nombre Escamandrónimo, su madre se llamaba Cleis. Tenía tres hermanos, menores que ella, por los que sentía gran afecto. Se casó con Cércilas, un rico comerciante de Andros que murió pronto, con el que tuvo una hija llamada Cleis, como su madre. Al parecer, sufrió la hostilidad de otras familias nobles, y por el mármol de Paros sabemos que fue desterrada a la ciudad siciliana de Siracusa, probablemente entre 605 y 591 a. C.
Cuando regresó a Lesbos, se estableció en Mitilene, la capital, y dirigió una especie de academia denominada la Casa de las servidoras de las Musas -quizá una de las asociaciones de carácter religioso llamadas thiasoi, donde vivían las jóvenes de la nobleza hasta el momento del casamiento-, dedicada a la educación de las muchachas nobles de Lesbos y otras regiones próximas como Jonia. En esta sociedad proporcionaba a las jóvenes una educación completa y refinada, que incluía la música, el canto y el arte del adorno personal, además de modales y urbanidad. El culto a Afrodita, la diosa del amor, a las Musas y a las Gracias presidía la vida y las actividades de estas jóvenes educadas por Safo.
Ernest Stuckelberg, Safo, 1897 |
Sobre su muerte, acaecida en 580 a. C., Ovidio extendió la leyenda del suicidio por amor que se encuentra ya en Menandro. Según el mito, Safo se quitó la vida arrojándose al mar desde la roca de Léucade al no ser correspondida por Faón, un bello joven del que se enamoró. Sin embargo, sus últimos poemas, en los que se muestra como una mujer en paz consigo misma aquejada por los achaques de la vejez, contradicen esta versión.
De su obra, de la que nos ha llegado fragmentariamente una parte mínima, aunque sabemos que fue recopilada en nueve libros de odas, epitalamios, elegías e himnos, cabe destacar la "Oda a Afrodita". En su lengua vernácula (una variante del griego eólico) compuso una poesía lírica (por tanto, destinada al canto) caracterizada por su sencillez expresiva, su intimismo y su profundo sentimiento. Rosa de Diego ("El mito de Safo en el relato decadente", en Anales de Filología Francesa, nº 15, 2007, pág. 81) destaca la novedad que representa la obra de Safo:
La obra sáfica es original porque describe el mundo desde un punto de vista nuevo, femenino, sensible e íntimo, opuesto a la tradición épica, que narra un mundo masculino, heroico y enérgico. Los versos de Safo buscan la belleza y la perfección con intensidad y sentimiento. Su gran conocimiento de la música y la danza le permitieron crear ritmos y metros nuevos, que se conocen como la estrofa sáfica.Los temas de sus composiciones provenían de sus experiencias personales. En sus versos, con frecuencia dedicados a las jóvenes de su grupo, Safo cantó abiertamente el amor a las mujeres (alabanzas a su belleza, reproches por su alejamiento, celos), lo que la ha convertido en un referente del amor entre mujeres. Su nombre dio origen al término 'sáfico', y su lugar de origen a 'lésbico' y 'lesbiana'.
Lawrence Alma-Tadema, Alceo y Safo |
El texto elegido, conservado en un pedazo de cerámica datada en el siglo III a. C., no está completo. Es una llamada o invitación a la diosa Afrodita para que desde Creta (isla donde había nacido y en la que se encontraba su más importante santuario) acuda al templo consagrado a su culto en Lesbos, donde Safo y sus compañeras se disponen a celebrar una fiesta. La descripción del lugar sagrado, que tiene mucho de locus amoenus, sirve de invocación a la diosa, y el poema culmina con la epifanía de Afrodita para escanciar el néctar de los dioses.
Para Manuel Sanz Morales ("Safo, poemas y fragmentos", en La literatura griega y su tradición, Akal, 2008, pp. 47-84), el detenimiento en la descripción del paraje constituye la principal rareza de la invocación y el principal encanto de la poesía:
Se trata ciertamente de un lugar que parece apartado del mundo real, en el que la infalibilidad de las leyes físicas es sustituida por la preeminencia de lo sensorial, en forma de aromas, de murmullos gratos al oído y de naturaleza que sugiere formas y colores que acarician la vista. Existe una gradación espacial, una descripción paulatina que tiene mucho de pictórico. La primera estrofa describe la arboleda, donde están colocados los altares, situándola como centro de todo el paisaje. A partir del núcleo formado por éstos, la descripción de la arboleda, con los elementos sensoriales del agua y de la sombra que dan lugar a un grato sopor, se completa en la segunda estrofa. Por último, unas breves pinceladas dibujan el prado que rodea la arboleda, introduciendo de forma alusiva la vida animal.Observa Sanz Morales cómo toda esa naturaleza representa la presencia de Afrodita -incluso antes de su aparición física- o la presencia del amor: la manzana, aludida dos veces en el poema, es símbolo del amor y el sopor que destila el follaje "confirma el carácter sobrenatural y erótico del jardín y contribuye a preparar la epifanía de Afrodita". Y concluye que se puede concebir el poema como "la plasmación de un estado de ánimo siempre presto a acoger y albergar el amor":
Naturaleza y amor, por lo tanto, se encuentran formando un todo inseparable: la naturaleza, en su belleza portentosa, expresa el amor que embriaga a la poetisa y, a su vez, el amor es lo único que da sentido a la naturaleza.Otro poema de la autora en este blog:
[Imagen inicial: Dreasmstime]
Con las explicaciones el valor del poema aumenta el triple jeje.
ResponderEliminarPero sin referirme a las morbosidades, los dos poemas que has publicado saben a poco, teniendo en cuenta la fama de siglos de Safo. ¿Habrá mejores y más sustanciosos
Carlos San Miguel