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domingo, 6 de mayo de 2018

"Canción del caminante" y otro poema de Antonio Moreno





Canción del caminante

Bien lo sabéis: sin nada aquí vinimos,
sin nada un día incierto nos iremos.

Vivir es aprender a andar descalzos,
yendo con gratitud hacia el misterio.

Bien lo sabéis: jamás tuvimos nada,
ni la casa ni el nombre que nos dieron.

Mas crece nuestro amor por esta nada
en la que somos más de lo que vemos,

tan poblada de luz y oscuridad,
tan copiosa de música y silencio.


Uno

Uno, para vivir, precisa sólo
amar, o bien saber que ha sido amado.

Uno, para escribir, ha de tener
sus cuentas con los vivos y los muertos.

Uno tiene el deber de amar el mundo
por los que están, por quienes han estado.


      De El caudal, Rialp, Madrid, 2014


El poeta Antonio Moreno
Antonio Moreno es un poeta español nacido en Alicante en 1964 y residente en Elche. Ha publicado los siguientes libros de poemas: Libro del yermo (1993), Solar antiguo (1996), Visión del humo (1998), Metafísicas (2000), Polvareda (2003), La tierra alta (2006), Tabla rasa (2007), todos ellos recogidos en el volumen de poesía reunida  titulado Intervalo (2007), Nombres del árbol (2010), El caudal (2014),  El viaje de la luz: Antología poética: 1990-2012 (2014), Cuaderno de Kurtná Hora (2015) y Unos días de invierno (2016). También es autor de los cuadernos de diarios Mundo menor (2004), El laberinto y el sueño (2009) y En otra casa (2012), volúmenes de prosas  como Alrededores (1995) y Partes de un todo (1999), y una compilación de textos de crítica literaria, Los espejos del domingo (2004).


Sobre la poesía de Antonio Moreno, una poesía de extrema sobriedad y desnudez que, como observa Vicente Gallego, huye del alarde verbal y de la oscuridad innecesaria, ha escrito el también poeta Carlos Marzal  (El Mundo, Suplemento Campus 514, 2 de abril de 2008):

La poesía de Antonio Moreno, como la mejor poesía desde finales del siglo XIX, nos habla con sordina, con las palabras justas, con la minilocuencia de las voces amigas, acerca de los asuntos eternos que han preocupado al hombre desde siempre: el asombro terrible de estar vivo, el amor a las cosas y a las criaturas, el disfrute del pensamiento, la devoción hacia la naturaleza, el paso de los días. Nos habla una voz sabia -es decir, reflexiva de su vida, conocedora de su intimidad- acerca de su aventura humana, y en esa sabiduría proyectamos también nuestra aventura. Nos habla una voz que se aparta para acompañarnos, que se aleja de los brillos para darnos luz.
En El caudal -libro que reúne poemas compuestos entre 2009 y 2012, publicados en el blog del autor antes de aparecer en la colección Adonáis- la mirada reflexiva y lúcida del poeta parte de la contemplación de lo pequeño (unos pétalos de rosas esparcidos por la mesa, por ejemplo) para mostrar su interés por lo cotidiano o indagar en sus inquietudes metafísicas, en el misterio del ser.

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3 comentarios:

  1. Los poemas estremecen y conmocionan. Y el estudio de Josefina es magnífico.
    Gracias, Josefina, por tu sensibilidad y tu esfuerzo por acercarnos la poesía. Este rincón es una bocanada de aire fresco. Un abrazo.

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    1. Amiga Carmen, es un lujo tener como seguidora y colaboradora del blog a una persona con tu formación y tu entusiasmo, y para mí una alegría saber que, con frecuencia, coincidimos en la valoración de los poemas seleccionados. Gracias.

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  2. ¡Me han gustado mucho! pero no estoy de acuerdo con el primero; no queremos creerlo y amamos todo lo que atesoramos en vida. Y esa es la fuente de nuestra desdicha porque sabemos que lo perderemos, tanto lo material como lo "espiritual" o mental.
    Estoy de acuerdo con el segundo pero añadiría que también por los que han de venir; por ellos también hay que armarlo y preservarlo. Y no sólo medioambientalmente; me refiero también a la cultura heredada.
    Carlos San Miguel

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