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Mariluz Escribano en 2014. Foto: Ramón L. Pérez/ Ideal de Granada |
Su padre, Agustín Escribano, fue catedrático y Director de la Escuela Normal de Maestros de Granada de 1931 a 1936. Fue fusilado en septiembre de 1936. Su madre, Luisa Pueo Costa, huérfana desde muy niña, quedó al cuidado de su tío Joaquín Costa, padre del regeneracionismo, y llegó a Granada como Inspectora de Enseñanza Primaria. Allí conoció a quien sería su marido; durante el periodo republicano fue profesora de la Escuela Normal y Secretaria de la Residencia de Señoritas Normalistas. Como les ocurrió a otras maestras republicanas, perdió su plaza como profesora, que recuperaría muchos años después, y se vio obligada a abandonar Granada con su hija.
Mariluz Escribano pasó sus primeros años entre Palencia y Burgos. Más tarde se le permitió regresar a Granada, donde cursó estudios de Filosofía y Letras y Magisterio y se doctoró en Filología Hispánica. Después de dos años como docente en el Antioch College de Ohio, ejerció como catedrática de Didáctica de Lengua y Literatura de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada. Estudiosa de la oralidad y del folclore, ha sido columnista del diario Ideal de Granada, estuvo al frente de la revista Extramuros durante cinco años y dirigió la revista EntreRíos desde su fundación, además de desarrollar una carrera como pintora.
Su obra se ha considerado ejemplo de la llamada "literatura sumergida" ya que, a pesar de la indudable calidad de sus trece poemarios, ha gozado de escasa presencia en publicaciones culturales nacionales. Ha publicado Sonetos del alba (1991), Desde un mar de silencio (1994), Canciones de la tarde (1995), Cartas de Praga (1999), Sopas de ajo (2001), Memoria de Azúcar (2002), Ventanas al jardín (2002), El ojo de cristal (2004), Sonetos del alba (2005), Jardines pájaros (2007), Los caballos ciegos (2008), Umbrales de otoño (2013) y El corazón de la gacela (2015). Entre los reconocimientos recibidos están la Medalla de Oro de la ciudad de Granada y el Premio Andalucía de la Crítica.
En esta entrevista la autora habla de "Los ojos de mi padre":
Mariluz Escribano pasó sus primeros años entre Palencia y Burgos. Más tarde se le permitió regresar a Granada, donde cursó estudios de Filosofía y Letras y Magisterio y se doctoró en Filología Hispánica. Después de dos años como docente en el Antioch College de Ohio, ejerció como catedrática de Didáctica de Lengua y Literatura de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada. Estudiosa de la oralidad y del folclore, ha sido columnista del diario Ideal de Granada, estuvo al frente de la revista Extramuros durante cinco años y dirigió la revista EntreRíos desde su fundación, además de desarrollar una carrera como pintora.
Su obra se ha considerado ejemplo de la llamada "literatura sumergida" ya que, a pesar de la indudable calidad de sus trece poemarios, ha gozado de escasa presencia en publicaciones culturales nacionales. Ha publicado Sonetos del alba (1991), Desde un mar de silencio (1994), Canciones de la tarde (1995), Cartas de Praga (1999), Sopas de ajo (2001), Memoria de Azúcar (2002), Ventanas al jardín (2002), El ojo de cristal (2004), Sonetos del alba (2005), Jardines pájaros (2007), Los caballos ciegos (2008), Umbrales de otoño (2013) y El corazón de la gacela (2015). Entre los reconocimientos recibidos están la Medalla de Oro de la ciudad de Granada y el Premio Andalucía de la Crítica.
En esta entrevista la autora habla de "Los ojos de mi padre":
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