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domingo, 5 de marzo de 2017

"Libre te quiero", de Agustín García Calvo




LIBRE TE QUIERO


Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.

Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.

Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.

Alta te quiero,
como chopo que al cielo
se despereza.
Pero no mía.

Blanca te quiero
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

               De Canciones y soliloquios, 1976


Agustín García Calvo
(Zamora, 1926-Ibídem, 2012) fue ensayista, poeta, dramaturgo,

traductor y profesor. Se doctoró en Filología Clásica  por la Universidad de Salamanca con la tesis "Prosodia y métrica antigua". Fue catedrático de instituto y profesor de latín en la universidad salmantina, en la que ingresó como profesor adjunto en 1953. Posteriormente obtuvo la cátedra de Filología Latina en la Universidad de Sevilla, donde ejerció la docencia durante cinco años, hasta su traslado a la  Complutense de Madrid en 1964. Debido a  su participación en las revueltas estudiantiles a favor de la democracia en febrero de 1965, fue apartado de su cátedra junto a los profesores Enrique Tierno Galván y José Luis López Aranguren. En 1969 comenzó en París un exilio voluntario de siete años, durante los cuales compaginó la escritura con la docencia en la universidad de Lille y en el Collège de France. En la capital francesa colaboró como traductor con la editorial Ruedo Ibérico y coordinó una tertulia política en el café La bole d'or, en el barrio Latino. En 1976 se reincorporó a su cátedra, en la que permaneció hasta su jubilación en 1992. Después fue nombrado profesor emérito de UCM. Formó  parte del Círculo Lingüístico de Madrid junto con Rafael Sánchez Ferlosio y Carlos Piera. En 1988 lanzó el proyecto de una Escuela de Lingüística, Lógica y Artes del Lenguaje, una apuesta educativa antisistema y multidisciplinar que continuó hasta 1991. Participó en coloquios, conferencias y tertulias, como las del Ateneo o el Círculo de Bellas Artes, y colaboró con el teatro madrileño de La Abadía. Por encargo del entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, escribió la letra del Himno de la Comunidad, por el precio simbólico de una peseta.

Fue galardonado tres veces con un Premio Nacional: de Ensayo 1990 (por Hablando de lo que habla. Estudios de lenguaje, recopilación de artículos),  de Literatura Dramática 1999 (por La baraja del rey don Pedro) y de Traducción 2006, por el conjunto de su obra.
Como filólogo, hizo importantes aportaciones a la lingüística. Expuso su teoría general en la trilogía Del lenguaje -formada por Del lenguaje (1983), De la construcción (1983) y Del aparato (1993)-,  así como en el volumen reconocido con el Premio Nacional de Ensayo. En el ámbito del pensamiento, destacan los ensayos  ¿Qué es el estado? (1977), Lecturas presocráticas I y II (1981 y 1985), Contra el tiempo (1993), De Dios (1996) y Contra la realidad (1997). 
    De sus obras teatrales, sobresalen también Rey de una hora, Tres farsas trágicas y una danza titánica, Pasión. Farsa trágica, La rana y el alacrán  o Loco de amor. Su producción poética se recoge en  Sermón del ser y no ser (1972), Canciones y soliloquios (1976), Libro de conjuros (1979), Relatos de amor (1980), Valorio 42 veces (1984) o Ramo de romances y baladas (1992), entre otras. Sus poemas han inspirado versiones musicales como las de Amancio Prada o Chicho Sánchez Ferlosio. La crítica ha señalado su influencia en parte de la obra poética de Miguel Ángel Velasco*. 
    Tradujo, entre otros, textos de Shakespeare (Sonetos de amorSueño de una noche de verano, Macbetth), de autores clásicos (Virgilio; Edipo Rey, de Sófocles;  Los Carboneros, de Aristófanes, o la Ilíada), así como de Brassens y P. Valéry.

El poema elegido fue musicado por Amancio Prada, quien lo incluyó en su disco Canciones de amor y celda (1979),  y dio título al documental de 2012 realizado por Basilio Martín Patino sobre el movimiento de indignados del 15-M, de cuya banda sonora forma parte esta canción interpretada por Amancio Prada.




*Entrada relacionada:

[La imagen inicial, de autor desconocido, ha sido publicada por Megab Abell.]

1 comentario:

  1. ¡Qué salada! tiene la gracia de lo popular pero cargada de ideología libertaria
    Carlos San Miguel

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