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miércoles, 29 de marzo de 2017

"El niño que se comía las palabras", un microrrelato de Manu Espada




 EL NIÑO QUE SE COMÍA LAS PALABRAS

A algunas personas les trasplantan los pulmones. A otras les realizan un trasplante de corazón o de córnea, pero siempre tiene que morir alguien. Mi caso fue distinto. Cuando era pequeño no podía hablar, al menos no como el resto de los niños. Cada sílaba requería el mayor de mis esfuerzos. Sin embargo, mi padre se ganaba la vida con las palabras. Paradójico. Aún recuerdo el domingo que llegó con una máquina de escribir antigua. Yo entré en su despacho mientras él ponía la vieja Olivetti sobre la mesa. Colocó un folio de papel cebolla en el rodillo, me cogió el dedo índice, y escribimos mi nombre. Mi padre lo recortó con unas tijeras, lo hizo una bolita y me dijo: "Rica". En cuanto el papel rodó por la garganta dije mi nombre en voz alta. Desde ese día, mi padre no pudo volver a pronunciarlo. Luego vinieron muchas palabras más. Mi padre me cogía el dedo, me susurraba cosas al oído, las tecleábamos y luego me metía las palabras en la boca. Él nunca más volvía a usarlas. Primero se quedó sin sustantivos, luego sin verbos, más tarde me pasó los adjetivos, los artículos, las preposiciones, hasta que me trasplantó todas las palabras del mundo. Hasta que se quedó mudo.

Manu Espada, Personajes secundarios, Menoscuarto, 2015




Manu Espada es el  seudónimo de Manuel Sánchez Vicente (Salamanca, 1974). Licenciado en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca, Máster en Radio por RNE y la Universidad Complutense de Madrid, y Máster de Experto en Trastorno del Espectro Autista por la Universidad de Alcalá de Henares,  desde 2000 trabaja como guionista en programas de ficción y entretenimiento en varias cadenas de televisión. Ha
ganado el Premio "Relatos en Cadena de la SER", el certamen de microrrelatos de la revista Eñe, el concurso Minificciones, finalista del concurso "La Tormenta en un Vaso", o el Premio de la Editorial Grupobúho, gracias al que publicó su primer libro de relatos, El desguace (2007), al que siguió el titulado Fuera de temario (Talentura, 2010). Es autor también de los libros de microrrelatos Zoom. Ciento y pico novelas a escala (Paréntesis, 2011) y Personajes secundarios (Menoscuarto, 2015), además de coautor de Un poquito de por favor. Manual para sobrevivir en una comunidad de vecinos (Ed. Temas de Hoy). Cuentos suyos han sido incluidos en publicaciones colectivas como Mar de Pirañas (Menoscuarto, 2015), La radio es un cuento (Minor Network, 2004), Relatos en Cadena 2008-2009 (Alfaguara, 2009), Velas al viento (Cuadernos del Vigía, 2010), Perversiones (Traspiés, 2010), Antología del microrrelato español (1906-2011)El cuarto género narrativo (Cátedra, 2012) , Desahuciados. Crónicas de la crisis (Traspiés, 2013), y en las revistas 'Al otro lado del espejo', 'BCN Week' y 'Miniatura'. Ha coordinado, junto a Rosana Alonso, De Antología: la logia del microrrelato (Talentura, 2013), que recoge textos de la denominada "Generación Blogger". Ha estrenado una obra de teatro y un cortometraje titulados El tercer día.





Personajes secundarios es, en opinión de Manu Espada, su libro más personal, pues se inspira en episodios de su propia vida. El autor dedica la obra a su hijo Daniel, cuya superación del autismo inspira gran parte de las historias, como la de "El niño que se comía las palabras", y sirve de hilo conductor del libro. El título hace referencia a los personajes de reparto que, por un instante, logran convertirse en protagonistas.




EL 2 DE ABRIL SE CELEBRA EL DÍA MUNDIAL DEL AUTISMO.

La información sobre Manu Espada está tomada, fundamentalmente, del blog del autor: 
http://manuespada.blogspot.com.es/

Conocí el relato "El niño que se comía las palabras" por Belén Rueda, fisioterapeuta del hospital "Miguel Servet" de Zaragoza con quien he charlado mucho en las últimas semanas sobre libros y películas. 
                                                                                             Josefina López Granada

3 comentarios:

  1. ¡Qué bueno y también emotivo! Emotivo por es sacrificio del padre que simboliza el de todos los padres que cumplen con su deber.
    Su olvido me recuerda ese relato de Gabriel García Márquez que trajiste en su día, pero no sé si el orden de las palabras olvidadas era el mismo.
    Carlos San Miguel

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  2. Estupendo cortometraje. Excelente

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