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domingo, 25 de noviembre de 2012

"Un hombre pregunta", de Gloria Fuertes


"Que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros y en las llagas". Foto:
JLG



UN HOMBRE PREGUNTA…

¿Dónde está Dios? Se ve, o no se ve.
Si te tienen que decir donde está Dios, Dios se marcha.
De nada vale que te diga que vive en tu garganta.
Que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros y en las llagas,
en lo feo, en lo triste, en el aire, en el agua;
Dios está en el mar y a veces en el templo,
Dios está en el dolor que queda y en el viejo que pasa
en la madre que pare y en la garrapata,
en la mujer pública y en la torre de la mezquita blanca.
Dios está en la mina y en la plaza,
es verdad que está en todas partes, pero hay que verle,
sin preguntar que dónde está como si fuera mineral o planta.
Quédate en silencio,
mírate la cara.
el misterio de que veas y sientas,
¿no basta?
Pasa un niño cantando,
tú le amas,
ahí está Dios.
Le tienes en la lengua cuando cantas
en la voz cuando blasfemas,
y cuando preguntas que dónde está,
esa curiosidad es Dios, que camina por tu sangre amarga,
en los ojos le tienes cuando ríes,
en las venas cuando amas,
ahí está Dios, en ti,
pero tienes que verle tú,
de nada vale quién te le señale,
quién te diga que está en la ermita, de nada,
has de sentirle tú,
trepando, arañando, limpiando,
las paredes de tu casa:
de nada vale que te diga que está en las manos de todo el que trabaja,
que se va de las manos del guerrero,
aunque éste comulgue, practique cualquier religión, dogma o rama;
huye de las manos del que reza y no ama,
del que va a misa y no enciende a los pobres velas de esperanza;
suele estar en el suburbio a altas horas de la madrugada,
en el hospital, y en la casa enrejada.

Dios está en eso tan sin nombre
que te sucede cuando algo te encanta,
pero de nada vale que te diga que Dios está en cada ser que pasa.

Si te angustia ese hombre que compra alpargatas,
si te inquieta la vida del que sube y no baja,
si te olvidas de ti y de aquéllos, y te empeñas en nada,
si sin por qué una angustia se te enquista en la entraña,
si amaneces un día silbando a la mañana
y sonríes a todos y a todos das las gracias,
Dios está en ti, debajo mismo de tu corbata.

      (Gloria Fuertes, de Antología, incluida en  Obras completas
editorial Cátedra, 1984)

     [Selección de la profesora Begoña Alcubierre Villasol]


     Gloria Fuertes, poeta, nació en Madrid en 1917, en una familia humilde (su madre era costurera y sirvienta, y su padre bedel) por lo que no pudo recibir una formación académica.  En el Instituto Profesional de la Mujer obtuvo diplomas (de Taquigrafía y Mecanografía, de Gramática y Literatura, entre otros)  que la cualificaron para el desempeño de distintos trabajos (contable, secretaria; redactora de la revista infantil "Maravillas", suplemento del diario "Arriba", portavoz de Falange; redactora de la revista femenina "Chicas"), antes de cursar estudios de Biblioteconomía e Inglés  y empezar a trabajar como bibliotecaria del Instituto Internacional de Madrid. 
       Persona de un enorme dinamismo, creó la primera Biblioteca Infantil ambulante para acercar los libros a los pueblos pequeños; formó parte del grupo femenino "Versos con faldas", que organizaba lecturas poéticas por cafés y bares de la capital; colaboró en revistas literarias como Postismo y Cerbatana, Rumbos, Poesía Española y El pájaro de paja; fundó y dirigió la revista poética Arquero; impartió clases de Literatura española en algunas universidades estadounidenses (1961-1963) y a su regreso, de español para  norteamericanos en el Instituto Internacional. A mediados de los 70, colaboró en  programas infantiles de Televisión Española: Un globo, dos globos, tres globos, y La cometa blanca, que gozaron de enorme popularidad.
       Como poeta, alternó la producción dirigida a los adultos con la poesía y el teatro para niños (quizá su faceta más conocida), dependiendo -según ella misma confesó- de sus estados anímicos. La crítica ha relacionado su poesía para adultos con el Postismo (movimiento al que se unió en los años 40) y con la Generación de los 50 (con  cuyos integrantes  comparte la denuncia social y temas como la soledad, el dolor o la injusticia). Sin embargo, la autora no se sentía miembro de  ninguna generación, sino que se declaraba "yoísta" y "glorista", y se definía como "autodidacta y poéticamente desescolarizada".  Lo cierto es que es autora de una poesía muy personal, en la que, mediante el humor, los juegos verbales y un expresivo lenguaje de inspiración oral, aborda asuntos cotidianos desde una perspectiva social, sin olvidar las grandes cuestiones de la literatura: el amor, la muerte y la fe. Gloria Fuertes es también una de las voces iniciales de la poesía femenina de posguerra  con Carmen Conde y Ángela de la Figuera.
      De su abundante producción literaria, destacan los poemarios  Isla ignorada (1951), Antología y poemas del suburbio (Caracas, 1954); Aconsejo beber hilo (1954); Todo asusta (Caracas, 1958), con el que recibe la primera mención del Concurso Internacional de Poesía Lírica Hispana; Que estás en la tierra (1962); Ni tiro, ni veneno ni navaja (Premio Guipuzcoa de Poesía, 1965); Poeta de guardia (1972); Sola en la sala (1973); Cuando amas aprendes geografía; la antología  Obras incompletas (1975); Mujer de verso en pecho (1995), y Pecábamos como ángeles (1997), antología de su poesía amorosa.
       Gloria Fuertes falleció el 27 de noviembre de 1998 en el Hospital de la Princesa, en Madrid.


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3 comentarios:

  1. ¡Única, Gloria Fuertes! Me alegro mucho de, en parte, haber sido educado leyendo poemas suyos en mis libros de texto infantiles y de haberle escuchado recitarlos en La Cometa Blanca.
    Menos mal que "Martes y Trece" no pudieron con ella. Supongo que la mujer sufriría con sus imitaciones...
    Siendo tan independiente, original y rebelde, yo me figuraba que era atea (pese al poema de los Tres Reyes Magos jejeje)...a no ser que esté Dios sea un símbolo de la bondad, la alegría, la honestidad o la solidaridad.
    Carlos San Miguel

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