Distracciones con la amada
Por cimbreante ramita aromada,
absorbiendo en tinieblas su néctar,
de un cáliz a otro corría
la
humedad de alocada tormenta.
Deslizándose de uno a otro cáliz,
dejó en
ellos, muy nítida,
una gota, enorme, cual ágata,
reluciente,
colgante y tímida.
Nada importa que el viento,
que azota el arbusto,
esa gota
torture y aplaste.
Queda entera, no rompe,
y quedan dos más
que se besan
y beben.
Y se ríen, e intentan soltarse,
mas se yerguen, y quedan como antes.
No caerán esas gotas del cáliz,
no podrán separarse por nada.
(Borís Pasternak, de Mi
hermana es la vida, 1922.
Versión de César Astor)
|
No sabía que el autor de El doctor Zhivago fuera soviético y menos que viviera en la Rusia soviética hasta su muerte... suponía que era un exiliado. Pues así tiene mucho más mérito su valentía de publicar la obra en el extranjero. Un hombre muy valiente, sin ninguna duda.
ResponderEliminar¿El poema...? !muy simpático y delicado!
Carlos San Miguel
Carlos San