Foto: NACHO GALLEGO / EFE (20minutos.es) |
El fatídico número trece
Nací un día trece y esa circunstancia me ha marcado. Por eso fui siempre una niña flaca y medrosa. Una niña de ojos grandes sin apenas sangre corriéndole por las venas. Una pazguata que miraba fijamente a todo lo que no se movía.
A veces me quedaba tan absorta con un tocinillo de cielo entre las manos que finalmente me comían las moscas.
Mi madrina era una tía lejana un poco tacaña. Una solterona podrida de dinero que finalmente no me dejó un duro. Murió el día que yo cumplía trece.
Si multiplicamos trece por cuatro nos da una edad que pronunciar no quiero. Fue en ese momento cuando me detectaron una de esas enfermedades de diagnóstico y curación difícil. Ya por entonces huía de los trece, de los martes y de los hombres. Trece años menos que yo tenía el saxofonista que me rompió el corazón. El caradura que se las ingenió para imitar mi firma y dejarme en la calle.
Esta es mi historia. Sean generosos cuando les tienda la mano. Cuando me vean pedir una moneda, por caridad, una moneda, frente al convento de las dominicas.
Siempre allí. Justo en el número trece de la calle del Árbol Verde.
La casa de la playa
Había vivido tantos años tierra adentro que la nostalgia del mar se había convertido en uno de esos males de fácil diagnóstico. Cuando decidió comprarse aquella casa en la playa era la típica chica de ciudad, de sandalias y pantalones vaqueros.
Qué bien dormía con el ruido de las olas como si fueran una blanda almohada. Ven, parecían decirle aquellas voces de sal. Y las noches de marea alta, se revolvía inquieta en la cama. Ven, ven, ven, danzaban sus piernas.
Y después se despertaba siempre con aquel ruido de escamas y de viejos anzuelos.
(Dolores Campos-Herrero, Historias de Arcadia y otros cuentos, Ediciones La Palma, 2017)
Dolores Campos-Herrero. (labrujulaocioycultura.com |
Dolores Campos-Herrero (1954-2007), periodista y escritora, nació en Tenerife, pero durante gran parte de su vida residió en Las Palmas, donde trabajó en el diario Canarias 7 y como corresponsal de El País. Escribió teatro, poesía, literatura infantil, relatos y microrrelatos y guiones para televisión (trabajó en RTVE desde 1987 hasta su fallecimiento). Con Azalea (1993) ganó el Premio Atlántico de Literatura Infantil. Se inició como poeta con Chanel número 5 (1985) y como narradora con Daiquiri y otros cuentos (1988). Aunque varios de sus libros incluyen microrrelatos, es en Ficciones mínimas (2007) y en Breverías (2008) donde se centra más en el género. Historias de Arcadia y otros cuentos (2017) es una antología de su obra narrativa, y Otros domingos (2003), una recopilación de su poesía.
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