Juan Gris, The Chessboard (1917) |
Declaración de amor
Buen día, mi reina. Aquí tienes a tu peón eternamente enamorado, dispuesto a jugarse la vida ante un rey ocioso, a caballo o a pie, a riesgo de ser visto desde la torre por esos alcahuetes llamados alfiles, incapaces de ir de frente, siempre zigzagueando, siempre escondiéndose.
Toda letra es la primera
Cuando la letra A dejó de ser una casita con techo a dos aguas y un tirante en el medio, cuando la letra C ya no fue una boca que todo lo devora, cuando la E abandonó su condición de peine, y de un palito la I, y de dos montañitas la M, y de una pelota la O, y de una viborita la S, la enseñanza se tornó aburrida (con B de burro, con D de dedo). Algunos huyeron hacia ese silencio del que ya no se vuelve, y otros manufacturamos este revoltijo de letras llamado palabras, y las encastramos en frases laboriosas, muchas veces promiscuas, y las aprisionamos en libros pensando que así resguardaríamos la historia, sin renunciar a las dos montañitas, con la ayuda de peines, y de casitas con techos a dos aguas, con Q de queso, con B de burro y con D de dedo.
(Publicados en infoLibre, el 22 de julio de 2022)
Rogelio Ramos Signes |
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