EL BLOG DE LA BIBLIOTECA "IRENE VALLEJO" DEL IES GOYA DE ZARAGOZA


biblioteca.ies.goya@gmail.com


jueves, 16 de noviembre de 2017

Leer juntos Hoy 'Campos de Níjar', de Juan Goytisolo





Grupo de lectura "Leer juntos Hoy" del IES "Goya"
Sesión del 6 de noviembre de 2017
Obra comentada: Campos de Níjar, Galaxia Gutenberg, 2015
Autor: Juan Goytisolo




1. Acerca del autor 

Juan Goytisolo [elcomercio.com]
Juan Goytisolo  (Barcelona, 1931-Marrakech, Marruecos, 2017) fue un escritor español,  hermano del poeta José Agustín Goytisolo* (1928-1999) y del novelista Luis Goytisolo (1935). La prematura muerte de su madre, Julia Gay,  en marzo de 1938, durante un bombardeo de la aviación italiana en  Barcelona, marcó profundamente la vida de los hermanos. Tras cursar el bachillerato en colegios religiosos, se matriculó en Derecho, con la intención de seguir la carrera diplomática, pero desde principios de los cincuenta se dedicó a escribir y abandonó los estudios. En 1955 viaja a París, donde conoce a Monique Lange (con quien compartirá buena parte de su vida) y a Jean Genet, cuyo ejemplo en la ruptura de todo tipo de tabúes será decisivo en la existencia de Goytisolo. Instalado en la capital francesa, donde comienzan a traducirse sus libros, inicia su trabajo como asesor de la editorial Gallimard, puesto en el que contribuyó a divulgar la novela española en Francia. Desde París realizó frecuentes viajes a España y llevó a cabo diversas actividades relacionadas con su compromiso con la resistencia antifranquista. Sus obras estuvieron prohibidas en España desde 1963 hasta la muerte de Franco. Su posición crítica respecto a la evolución política en España cristalizará en un alejamiento, en un desapego hacia su país mientras estrecha relaciones con el mundo árabe e imparte conferencias y cursos en universidades de Estados Unidos (1969-1975) y de Europa.  En sus artículos, ensayos y novelas adopta una perspectiva crítica respecto a los valores de la civilización occidental  y defiende a escritores heterodoxos o poco valorados por la tradición crítica española. Tras la muerte de Monique en 1996, se trasladó  a Marrakech, donde residió hasta su muerte.

Sus primeras novelas se inscriben en el realismo social. Pertenecen a esta etapa obras como Juegos de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955). Pero su obra capital, que marca un giro fundamental en su trayectoria, tanto por el contenido como por sus técnicas innovadoras, es Señas de identidad (1966), visión crítica del exiliado voluntario Álvaro Mendiola (trasunto del propio autor) de los mitos de España y del período franquista, y expresión del rechazo de los privilegios sociales, el catolicismo intransigente, el orgullo infundado y el desprecio por la inteligencia. En esta línea continúa con las siguientes entregas de la llamada "trilogía del desarraigo y la ruptura": Reivindicación del conde don Julián (1970) y Juan sin Tierra (1975), largos monólogos en los que el protagonista rompe con su patria y sus mitos. En obras posteriores, como Paisaje después de la batalla (1982) o El sitio de los sitios (1995),  extiende la crítica a toda la sociedad occidental y expresa su compromiso ético con las comunidades y pueblos marginados o desposeídos. Recibió importantes premios y reconocimientos, entre ellos, el Premio Cervantes 2014.


2. Sobre Campos de Níjar


Foto: Vicente Aranda

Juan Goytisolo viajó varias veces por la provincia de Almería entre 1956 y 1960. A raíz de aquellos viajes escribió Campos de Níjar, que publicó en 1959, y La Chanca, en 1962. Su interés por el Sur, en concreto por Almería, se debe a que eran de allí muchos reclutas con los que el novelista coincidió haciendo la mili: "Me llamaba la atención el desamparo educativo y social en que vivían. La mayor parte eran analfabetos. Me interesaron mucho los giros idiomáticos que empleaban. Anotaba frases que me llamaban la atención. Me serví de ellas al redactar Campos de Níjar" ("Goytisolo por Goytisolo", El País, Babelia, 27 de abril de 2015).

La mirada del viajero y los diálogos con las gentes que va encontrando en su camino, aportan una frescura e inmediatez que, sin embargo, no dejan de ser un artificio literario; el viaje que se relata es, en realidad, la reconstrucción de varios viajes de Goytisolo por la zona. La rememoración de los viajes realizados se completa con una exhaustiva investigación que lleva a cabo el autor para incorporar expresiones locales y un riquísimo vocabulario de términos de vegetación autóctona, paisajes agrarios y faenas agrícolas: "Junto al henequén y al nopal, el viajero encuentra otra planta adaptada, como ellos, a la falta de agua: el guayule. Pequeño, de un verde descolorido, se alinea hasta desaparecer entre las lomas y las amelgas del arado, prisionera de un ondulado mar de arcilla" (pág. 14).

Uno de los aspectos más destacables de Campos de Níjar es la belleza de sus descripciones, auténticas metáforas visuales ("calina en espirales de celofán"). Goytisolo realiza magníficas descripciones del medio rural de esa zona, de la huella de las actividades económicas tradicionales y, también, de la situación social de sus habitantes. El paisaje natural y humano se va definiendo por sí mismo, con gran precisión y riqueza en el vocabulario, pero también haciendo uso de los contrastes, sobre todo los que establece entre Almería y Cataluña, que se presenta como una especie de Eldorado: "El chófer explica que vengo de Barcelona y siento sus ojillos fijos en mí. Los catalanes somos un poco los americanos de aquellas tierras. En Almería todo el mundo tiene algún conocido o pariente por Badalona o Tarrasa" (pág. 26).

Alquería con depósito de agua cubierto
Aurora Egido en su artículo "En los Campos de Níjar de Juan Goytisolo" (Cuadernos de Investigación Filológica, nº 5, 1979: 149-162) señala que en Goytisolo encontramos el reverso de otros libros de viaje (como Viaje a la Alcarria) que exaltan el costumbrismo y denotan cierta insensibilidad ante una realidad humana que se observa con mucho distanciamiento, de la misma forma que se diferencia de los libros de viajes del 98, donde la exposición de los estados anímicos del autor sustituye al paisaje en que los hombres y mujeres viven, trabajan, mueren... El objetivo no es tanto exaltar el paisaje y sus gentes sino conocerlas y entenderlas. La crítica a la pobreza, la desigualdad social o el caciquismo está presente en toda la obra, incluso en varios pasajes Goytisolo hace referencia, de manera indirecta, a los "usos" políticos de la España franquista: "Siento no poder llevarle más lejos, pero debo visitar a un amigo. Un salmantino que fue delegado provincial después de la Cruzada. Hace años que se retiró a los negocios y amasó gran fortuna. Ahora se dedica a comprar tierras" (pág. 102). Se trata de una literatura comprometida, pero consciente de sus límites: "En Almería comenzó un debate interno que me ha acompañado toda la vida: la admiración por la belleza de su paisaje contrastaba con la indignación ética y social por la miseria de la población", dice Goytisolo en "La vuelta a la tierra del esparto", El País, Babelia, 30 de octubre de 2010.

En la entrevista que Elena Adrián hizo a Juan  Goytisolo a propósito de la publicación de Memorias (Península, 2002) el autor se refiere a su obra Campos de Níjar en estos términos: "La composición de Campos de Níjar cierra un capítulo de mi narrativa en relación a España. Escrito con cuidado extremo, a fin de sortear los escollos de la censura, es un libro cuya técnica, estructura y enfoque se explican ante todo en función de aquélla: empleo de elipsis, asociaciones de ideas, deducciones implícitas que si resultan oscuras a un público habituado a manifestarse libremente no lo son para quienes, sometidos largo tiempo a los grillos de una censura férrea, adquieren, como observara agudamente Blanco White, la viveza de los mudos para entenderse por señas. Alumno aventajado en el arte de dirigirme a los sin voz, conseguí la proeza de redactar una obra llena de guiños y mensajes cifrados a los lectores despiertos sin que los probos funcionarios del Ministerio de Información y Turismo -de la información al servicio de la imagen grata del turismo- pudieran agarrarse a nada concreto ni me quitaran un párrafo del que entonces me sentí orgulloso, una reflexión subsiguiente me convenció de que se trataba de un arma de doble filo, si se quiere, de una victoria pírrica" (disponible en: http://www.pensamientocritico.org/eleadr0603.htm).


Algunos apuntes sobre el paisaje físico y humano del Campo de Níjar

Las duras condiciones climáticas del Campo de Níjar explican buena parte de los elementos visibles del paisaje. La comarca se localiza en un área extremadamente seca de la Península Ibérica, con un clima mediterráneo semiárido. Las  lluvias son muy escasas, el volumen de precipitaciones proporciona los mínimos peninsulares, menos de 50 mm en el Cabo de Gata y unos 250 en los lugares más elevados. Además el régimen de precipitaciones es irregular, las lluvias se producen esporádicamente, muchas veces de forma torrencial, pudiendo pasar largos periodos sin precipitación: "Aquí han pasado años y años sin caer una gota, y mi mujer y yo sembrando cebada como estúpidos, esperando algún milagro. Un verano se secó todo y tuvimos que sacrificar las bestias" (pág. 57).

Cárcavas o bad-lands del desierto de Tabernas, ejemplo de
zona afectada por erosión máxima
Los caracteres climáticos han propiciado la aparición de una vegetación natural escasa, xerófila. El arbolado supone un porcentaje insignificante en la vegetación de esta zona, frente a una presencia mayoritaria del matorral: "La vegetación se reduce a su expresión más mínima: chuberas, pitas, algún que otro olivo retorcido y enano. A la derecha la llanura se extiende hasta los médanos del golfo, difuminada por la calina. Los atajos rastrean el pedregal y se pierden entre las zarzas y matorrales chamuscados y espinosos" (pág. 13). Por la extrema sequía, no existen ríos con caudal regular y los acuíferos son escasos y de mala calidad. La red fluvial está representada por las ramblas y torrentes casi siempre secos: "Intento ir deprisa, pero las piedras me lo impiden. El cauce de la rambla está aprisionado entre dos muros. No se ve un solo arbusto, ni un nopal ni una pita" (pág. 60).

En este medio semiárido uno de los problemas más graves es la erosión con la destrucción del suelo fértil (proceso natural agravado por la acción humana), fruto de la escasez de precipitaciones y del régimen de lluvias torrenciales; a su vez, la escasa vegetación es un factor desencadenante del proceso puesto que las lluvias arrastran el suelo fértil cuando no hay una cubierta vegetal que lo proteja.

Campo de golf "Desert Spring", en Cuevas de
Almanzora. Ejemplo de derroche de un recurso
muy escaso
Otro de los grandes problemas ambientales de esta zona está siendo la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Intensificada con la nueva agricultura y las instalaciones turísticas, ha dado lugar a un descenso del nivel de muchos acuíferos y a la salinización de los más próximos a la costa debido a la intrusión del agua del mar.

En los años 50 del siglo XX el modo de vida de la población se basaba exclusivamente en actividades económicas tradicionales: una agricultura de subsistencia, una minería escasamente productiva y un aprovechamiento mínimo de los recursos del mar (salinas y pesca). Así se explica que estos territorios fuesen incesantes focos de emigración: "Según me dice, la región conoció un período de prosperidad antes de que él naciera. Entre Boca de los Frailes y San José había media docena de minas de plomo y manganeso y la gente no tenía que emigrar como ahora para buscar los garbanzos. Pero a primeros de siglo las minas cerraron una tras otra. Las compañías extranjeras licenciaron al personal y, desde entonces, los pueblos habían quedado desiertos" (pág. 77).

A partir de 1985 comenzó la radical transformación del paisaje agrícola y hoy los cultivos bajo plásticos ocupan grandes extensiones. Actualmente, la producción agrícola es de orientación comercial, y está destinada en más de un 90 % a la exportación a los mercados europeos. Aproximadamente 2/3 de los cultivos bajo plásticos existentes en España se concentran en esta provincia. Pero esta nueva agricultura genera graves impactos medioambientales como el agotamiento y salinización de acuíferos y la utilización masiva de fertilizantes que originan problemas de contaminación. Además los plásticos generan un significativo impacto visual.

Por otra parte, el crecimiento del turismo ha sido importante en las áreas de la costa accesibles por carretera, pero la existencia del Parque Natural, declarado en 1987 por la Junta de Andalucía, ha permitido todavía mantener algunos de los pocos paisajes vírgenes del Mediterráneo español.


                                                                                                       Pilar Cancer Pomar

Foto: Vicente Aranda


3. Ruta seguida por Juan Goytisolo en Campos de Níjar


Trazado por Lola Gómez


Goytisolo viene de Murcia por la nacional 340, pasa por Puerto Lumbreras y se interna en la provincia de Almería pasando por el valle del Almanzora, Huércal Overa, Vera, Tabernas, Rioja y Benahadux hasta Almería capital.

Primer día: De Almería a Níjar.

  • Almería-El Alquián (en autobús). Camino de El Alquián le hablan de los campos experimentales. Pasa cerca de Cuevas de los Úbedas y Cuevas de los Medinas (antiguos centros mineros cuyo mineral se exportaba a Inglaterra, Francia o Alemania). 
  • El Alquián-Rodalquilar (en camión con "el Sanlúcar"). Dos carreteras: comarcal y la ADARO, propiedad de las minas de oro. Come en la fonda de Rodalquilar.
  • Rodalquilar-Níjar: en camión, con un amigo del Sanlúcar, hasta Los Pipaces (a 4 km de Níjar); el resto, a pie, con tres nijareños. Camino de  Níjar charlan sobre la colonización de las tierras y sobre las tolvaneras, causantes de la enfermedad de la vista, por lo que la provincia es tristemente conocida. Níjar es pueblo de  ceramistas. Este pueblo ya fue mencionado por Ortega y Gasset en La rebelión de las masas por los sucesos del 13 de septiembre de 1759 (proclamación de Carlos III). Duerme en la posada de Níjar.


Segundo día: De Níjar a Cabo de Gata (andando).

  • Pasa por Torre Marcelo (impresión de riqueza).  Cabo de Gata: pueblo de espaldas al mar. Come en la fonda. Va andando a los poblados de  Las Salinas y La Fabriquilla. Sube al faro y vuelve a dormir al pueblo de Cabo de Gata.


Tercer día: De Cabo de Gata a Carboneras.

  • Cabo de Gata-Boca de los Frailes. Por las salinas va caminando al cortijo del Nazareno; su dueño, Argimiro (amigo de Gabriel, el de la fonda de Cabo de Gata), lo lleva en carro a Boca de los Frailes. Las tierras de toda la zona son propiedad de don José González Montoya. Minas de plomo y manganeso, abandonadas.
  • Boca de los Frailes-San José (andando, 6 horas). Pasa por Pozo de los Frailes.
  • San José-Los Escullos (Escuyos en el libro): en el coche de don Ambrosio (castellano de Valladolid que se dedica a comprar casas en el pueblo). Le enseña el castillo de San Felipe (con un pasado próspero, recuerdan la boda de doña Julia). Es un castillo igual que el de Garrucha.
  • Los Escullos-Isleta del Moro-Los Pipaces (con don Ambrosio). Comen en Isleta. Vuelven por la misma carretera del Pozo de los Frailes hasta los Nietos, continúan por la carretera hacia Níjar y en el cruce con la carretera a Las Negras se despide don Ambrosio porque tiene que hacer una visita.
  • Los Pipaces-Las Negras. Andando emprende el camino hacia Las Negras pasando por Fernán Pérez (1/2 h), sigue por Las Hortichuelas hasta el cruce de Rodalquilar con Las Negras, junto al mar. Allí se encuentra con Juan Gómez, con el que había coincidido en uno de los trayectos en camión; lo acompaña a un velatorio y más tarde al entierro de un joven.
  • Las Negras-cruce de Níjar con San José. Lo lleva en motocicleta un joven de Fernán Pérez. En el cruce espera al autobús.
  • Cruce de Níjar con San José-Carboneras (en autobús). El autobús (que sale de Almería a las 5:30 de la tarde) tarda más de una hora, cuando llega le hace señas para que pare. Pasa por Los Arejos, antes de llegar a Carboneras (el pueblo cuyo nombre suelen evitar mencionar en la zona). Vaga por el pueblo y contempla el faro de Mesaroldán y el camino de la Playa de los Muertos.

Cuarto día: Carboneras-Almería.



Playa del Parque Natural del Cabo de Gata. [secretOlivo.com]


4. Los colores de Almería

Al llegar a Almería, lo primero que llama la atención es la luz, y en el espectro tenemos la suma de todos los colores.

El cielo de Almería es de un azul intenso, casi primario, el cian; mientras que en el  mar aparecen  esos azules verdosos, esmeraldas. En el Cabo de Gata, sobre todo, como el fondo marino es muy rico, la superficie del agua refleja ese fondo y presenta muchos matices de  azul verdoso. En el Parque Nacional de Cabo de Gata, el colorido resulta  de una belleza extraordinaria: el blanco deslumbrante de las salinas se suma al hermoso color rosa de los flamencos y a las distintas tonalidades del agua del mar. El mar tiene su reflejo en otro mar, el de los plásticos de los invernaderos, que se extienden hasta los límites del Parque Nacional de la zona.

Paredes de launa [ww.trebol-a.com]
Respecto a la tierra, destacan los amarillos, ocres, sienas,  albero. Las dunas de la zona de Cabo de Gata son de unos tonos amarillentos muy claros, con algunos toques de blanco. Blanca es la arena de las playas de San José, Los Genoveses y Los Escullos; en cambio, en la zona del Golfo de Almería la arena se vuelve gris, como la piedra de los balates, en la que predominan los tonos grises. Sin embargo, antes de llegar a San José encontramos una zona de arcilla roja, que los habitantes del entorno conocen como "tierra colorá". Si levantamos la vista hacia las montañas de la zona de Tabernas nos sorprende su color violeta (mezcla del magenta y cian) debido a una arcilla llamada "launa" (en otros lugares, "láguena"), utilizada para impermeabilizar los terrados de las casas. En los barrancos aparecen tonos violetas y rosáceos, mezclados con los ocres.

En contraste con la intensidad de los colores del cielo, del mar y de la tierra, los tonos de la vegetación autóctona nunca son intensos, son verdes grisáceos, como si estuvieran aguados, mezclados con grises; verdes secos, verde olivo. No es posible encontrar ese verde intermedio entre
Níjar. /La Voz de Almería
el amarillo y el azul, ni tampoco el verde esmeralda de las aguas marinas de la costa.

El paisaje seco, polvoriento, en el que destaca la blancura de las casas enjalbegadas (cada una de las cuales contaba con su propio aljibe, cubierto con una cúpula  para evitar la evaporación, como se conservan todavía en la zona de San José)  presenta un aspecto que recuerda  al de las tierras del Norte de África; incluso es posible encontrar también algún oasis. Cuando se explotaban las minas de hierro, el mineral  se transportaba en tren hasta Almería y llegaba a los barcos a través de los cargaderos: el cable francés (hoy desaparecido) y el cable inglés, construido con hierro en la época de Eiffel, que resiste actualmente, cubierto de óxido, como testigo mudo de una época. En ese tiempo, el   viento levante arrastraba partículas de mineral de hierro que teñían de color rojizo toda la barriada de la Ciudad Jardín  de la capital, proporcionándole un aspecto singular.


                                               Lola Gómez López 
Cable inglés de Almería [liutravel.it]


*Entrada relacionada:

Para ampliar la información, son muy interesantes los siguientes vídeos, sugerencia de nuestra compañera Inocencia Torres:


No hay comentarios:

Publicar un comentario