Gil Vicente, escritor portugués, nació probablemente en Lisboa hacia 1465 y murió en Évora hacia 1536. Se cree que estudió Derecho, pero ejerció como orfebre, músico, actor, dramaturgo y poeta. Fue autor dramático en la corte portuguesa entre 1502 y 1536, con Manuel I y Juan III. Al ser una corte bilingüe, pues sus reyes estaban casados con españolas, compuso once obras en castellano, diecisiete en portugués y dieciséis en una mezcla de ambas lenguas. Después de su muerte, se imprimieron conjuntamente las cuarenta y cuatro obras que se le atribuyen en la Compilçam de todas las obras de Gil Vicente (Lisboa, 1562). Sus composiciones poéticas se encuentran intercaladas en su producción dramática; no obstante, existen -como ocurre con su obra dramática- problemas de filiación y, al parecer, algunas composiciones poéticas de Gil Vicente son atribuidas por la crítica a la tradición oral popular, de forma que no es posible distinguir con seguridad cuáles pertenece al autor y cuáles no.
El texto elegido pertenece a la Comedia Rubena (1521). Es un poema de amor en el que el autor recurre al tópico literario de la "caza de amor", a la imagen de la caza practicada con halcones y otras aves de cetrería para referirse al combate amoroso como disputa mortal entre seres altivos y soberbios. Con los primeros versos de esta composición como anuncio de la tragedia, se abre Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez. Recientemente, la escritora Begoña Oro hace del poema de Gil Vicente, pórtico de su novela juvenil Croquetas y Wasaps, la clave de interpretación de la narración.
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El texto elegido pertenece a la Comedia Rubena (1521). Es un poema de amor en el que el autor recurre al tópico literario de la "caza de amor", a la imagen de la caza practicada con halcones y otras aves de cetrería para referirse al combate amoroso como disputa mortal entre seres altivos y soberbios. Con los primeros versos de esta composición como anuncio de la tragedia, se abre Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez. Recientemente, la escritora Begoña Oro hace del poema de Gil Vicente, pórtico de su novela juvenil Croquetas y Wasaps, la clave de interpretación de la narración.
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Me gusta ese bilingüismo sin prejuicios en la corte portuguesa. Al revés también habría sido de desear para haber llegado a esa unión ibérica que no me importaría que llegara.
ResponderEliminarNo recordaba yo que Crónica de una muerte anunciada comenzara con este homenaje...
Carlos San Miguel