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domingo, 28 de mayo de 2023

"Vivamos, querida Lesbia, y amémonos...", de Catulo



Rodin, El beso (1889), detalle


Poema V

Vivir, Lesbia, y amar. Vamos a ello.
Los chismes de los viejos amargados
nos tienen que importar menos que nada.
Puede ponerse el sol, salir de nuevo,
pero la breve luz de nuestros días
una vez que se apague, será noche
que habremos de dormir, interminable.
Dame mil besos ya, dame cien luego,
y más tarde otros mil y otra centena,
y mil más y cien más, todos seguidos.
Y al fin, cuando sumemos muchos miles,
los desordenaremos. Ni siquiera 
nosotros lo sepamos. Que no pueda
un envidioso echarnos mal de ojo
si conoce el total de nuestros besos.

(De Catulo, Poemas, Cátedra, Letras universales,
2006, ed. bilingüe de José Carlos Fernández Corte
y Juan Antonio González Iglesias)

5. Besos para Catulo

Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.
Los soles pueden salir y ponerse;
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera vida,
tendremos que dormir una noche sin fin.
¡Dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien!
Luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.

(Catulo, Poesías, Alianza, 2000, traducción,
introducción y comentario de A. Ramírez de Verger)

VERSIÓN ORIGINAL:

Carmen V

Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum seueriorum
omnes unius aestimemus assis!
Soles occidere et redire possunt:
nobis cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.
Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum.
Dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut ne quis malus invidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.


Busto de Catulo en Sirmione, Italia. (wikipedia)

Cayo Valerio CATULO (ca. 84-54 a. C.) fue un prestigioso poeta latino de finales del periodo republicano de Roma. Pocos son los datos que conocemos sobre su vida. Según la Crónica de San Jerónimo, nació en Verona en el año 87 a. C. Pertenecía a una familia acomodada con posesiones en Verona, Sirmión y cerca del Tíber. Pasó gran parte de su vida en Roma, donde hizo buenos amigos y conoció a las personalidades de la época: Pompeyo, Cicerón, Catón y César, entre otros. Se convirtió en amante de una mujer casada, una de las hermanas del tribuno P. Clodio. Compuso una colección de poesías que fueron publicadas no antes del año 54, y murió en Roma a los treinta años, es decir, en el año 57. Sin embargo, según explica Antonio Ramírez de Verger, san Jerónimo no fue exacto pues es seguro que Catulo vivía en el 55 por sus referencias a las campañas de Julio César en la Galia y Germania en dicho año y por la alusión al segundo consulado de Pompeyo, ocurrido en el mismo año. Aclara Ramírez de Verger que el año de su muerte se suele fijar en el 54 y el de su nacimiento, por tanto, en el 84, aunque no hay seguridad al respecto. La única certeza es que su muerte debió de ocurrir antes del año 32, por una alusión de Cornelio Nepote en su biografía de Ático.

Catulo pertenecía al grupo poético de los "novísimos" (poeti novi) o neotéricos, como los llamó Cicerón despectivamente. Estos reaccionaron contra la poesía tradicional romana, que se limitaba a la poesía épica y dejaba la lírica y el epigrama para los aficionados. Los neotéricos adoptaron el programa literario del poeta alejandrino Calímaco (ca. 305-240 a. C.), cuyos principios literarios  resume R. de Verger: a) preferencia por las formas literarias menores (poesía didáctica y bucólica, epigrama, himno, epilio); b) gusto por la obra acabada y pulida; c) propensión a las referencias eruditas (mitología, ciencia, geografía, astronomía); d) originalidad en los temas y en su tratamiento, y e) subjetivismo.

Así, a partir de Catulo, la poesía latina pudo emular no solo a Homero y a Menandro, como había hecho hasta entonces, sino también a los grandes líricos griegos (Safo y Alceo, entre ellos) e incluso superar el epigrama amoroso griego en una forma nueva: la elegía amatoria latina.

Gran parte de la producción poética de Catulo gira en torno a Lesbia, su gran pasión. El nombre con el que designa  a su amada es un seudónimo poético (métricamente equivalente al nombre real, como era costumbre entre los poetas amorosos). Con él quería evocar la belleza, la cultura y el refinamiento de su amada por referencia a la isla de Lesbos, patria de Safo, la poetisa que tenía un atractivo especial para ambos. La opinión más extendida identifica a Lesbia con Clodia, segunda hija de Apio Claudio Pulcro, cónsul en el 79, y esposa de Quinto Metelo Céler, gobernador de la Galia Cisalpina (la tierra de Catulo) en el 62 y cónsul en el 60. Lesbia produjo en el poeta una atracción irresistible por su belleza, su elegancia, refinamiento y cultura. Vivió con ella una apasionada y turbulenta historia de amor que pasó por las fases de felicidad, duda, reconciliación y ruptura definitiva. De sus poemas se deduce que Catulo la amó profundamente y que entendió su relación como un pacto de amor entre enamorados, con dos condiciones: amor y fidelidad. Pero, al parecer, Lesbia no entendió la relación en esos términos y sus infidelidades provocaron la ruptura. Catulo, cuya actitud hacia Lesbia y hacia las mujeres, en general, fue la de un romano tradicional, buscó un ideal de mujer que no existe y de ahí su fracaso en el amor, en opinión de R. de Verger. 

La popularidad de Catulo y de su Poema V, en particular, se ha mantenido hasta nuestros días. El poeta renacentista Cristóbal de Castillejo (h. 1490-1550) parafrasea el poema de Catulo en la siguiente composición: "Dame, amor, besos sin cuento, / asida de mis cabellos, / y mil y ciento tras ellos, / y tras ellos mil y ciento, / y después / de muchos millares, tres; / y porque nadie lo sienta, / desbaratemos la cuenta / y contemos al revés".

Ya en nuestro siglo, la poeta Aurora Luque actualiza el poema en una composición  de La siesta de Epicuro (2008), una desenfada versión feminista del poema en la que es Lesbia quien invita a Catulo al goce del amor: "Lesbia hoy // A vivir y a gozar, que son dos días / y uno sale nublado, mi Catulo. / Pasemos del acoso de chismólogos: / sus ladridos no valen medio euro. / Se enciende cada día el espectáculo. / Nuestros focos, en cambio, firman breves / contratos con la luz. Y luego llega / el apagón molesto de la muerte. / Dame mil besos, hazme mil caricias, / te haré luego otras mil, y luego ciento, / dame un millón de besos, luego otro, / diez mil abrazos, mil noches enteras. / Que sean tantos que a los paparazzi / les revienten las cámaras de fotos".

[La información sobre el autor procede de la Introducción de Antonio Ramírez de Verger, en la edición de Alianza Editorial]

1 comentario:

  1. Hala, ¡pues sí que es clásico... jajaja
    Muy chulo. Yo, claro está, no lo conocía.
    Es curiosa la diferencia entre ambas traducciones; la ideal, para mí, combinaría partes de ambas , de la más académica primera y de la más popular de Verger.
    Me sorprende que sólo pudo disfrutar tres años de la popularidad, puesto que publicó sus poemas tan tarde. ¿Y cómo sería esa divulgación tan deficiente en un mundo sin imprenta, fotocopias ni internet?
    Bueno, pues muchas gracias porque me ha gustado mucho, el poema y su contexto.
    carlos

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