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TEMPORADA DE DESCUIDOS
Bastó una temporada de descuidos para que la maleza se adueñara del pequeño jardín. Con qué velocidad creció la zarza, cómo la mala hierba fue ganando terreno a aquello que plantamos buscando la armonía.
¿Existe la armonía?
Pregunto porque dudo que la armonía exista, porque miro el jardín tomado por las cosas que tú y yo despreciábamos y encuentro que es hermosa la vida desatada, que hay luz en el desorden, que existe una belleza sin nosotros.
AUNQUE NO LO RECUERDES
Pasarán estos años y dejarán en mí las huellas más sublimes, las de tu vida abriéndose camino, machetazos de luz en la espesura, tu risa como un claro, como el aire que brota en el centro de un bosque tan cargado de oxígeno que cantan los pulmones de alegría.
Pasarán estos años y dejarán en mí un rastro luminoso, un faro como un ancla testaruda, una razón de ser.
El yo se empequeñece asomado a lo grande.
Tras estos años ya nada será igual y, sin embargo, te olvidarás de todo.
En tu memoria vívida no encontrarás el rastro de estos años primeros. Sabrás lo que pasó por las fotografías, por las pocas historias que llegarán a ti: pobres migas de pan que nunca harán justicia a lo vivido.
Te olvidarás de todo, pero debes saber que existe una memoria sin recuerdos, un pozo cuyo fondo jamás podrás mirar, un cuarto tan adentro que te será del todo inaccesible.
Allí, como un cimiento más hondo que el cimiento, guardarás tú este amor, aunque no lo recuerdes.
(De Belleza sin nosotros, Visor, 2022)
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Belleza sin nosotros, XXIV Premio de Poesía Generación del 27, es el quinto poemario publicado por Marcos Díez (Santander, 1976).
"Este libro, ya desde el mismo título, funde en vigorosa mezcla la belleza y su herida, la palabra plena y sus vacías cáscaras, lo que nos une gozosamente a los otros y lo que nos desnuda y nos encierra en lo incomunicable. Marcos Díez despliega un mundo tan cotidiano como extraño, donde los vínculos y los cuidados conocen lo luminoso sin simplificaciones, como un mar gana en fuerza con sus costas de sombra. Uno sale de estos poemas sabiendo bien que si algo nos atrae tanto como nos asusta de la vida es su propia imperfección". Lorenzo Oliván
[Fotos: www.panoramio.com y eldiario.es, respectivamente]
¡Me encantan estos dos poemas que son tan "primaverales", ambos. Considerando la primera infancia como una primavera de la vida jejeje
ResponderEliminarY en cierto modo, puede haber un paralelismo entre el jardín "salvaje" que florece de forma ajena a nuestros planteamientos iniciales y la personalidades y derroteros del hijo que, con mucha probabilidad, no será nunca lo que o cómo los padres esperan, aunque nunca dejen de estar orgullosos de él y muchas veces superen sus expectativas (en condiciones normales
Carlos San Miguel