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domingo, 23 de enero de 2022

"En el invierno de París", de Nicolás Guillén



En el invierno de París

En el invierno de París
La pasan mal 
Los sans-abris;
La pasan mal
Los sans-logis;
La pasan mal
Los sans-nourri;
La pasan mal
En el invierno de París.

En el invierno de París
¿Qué piensas tú
Sin un ami?
¿Qué piensas tú
Solo en la rue?
¿Qué piensas tú
De ti, de mí,
Qué piensas tú
En el invierno de París?...

En el invierno de París
Viene el burgués
(que ama la vie)
Viene el burgués
y exclama: Oui! 
Viene el burgués, 
Repite: Oui! 
Viene el burgués
En el invierno de París.

En el invierno de París
Nunca se vio
Gente tan chic;
Nunca se vio
Tan fino sprit;
Nunca se vio
Là-bas o ici,
Nunca se vio
En el invierno de París.

En el invierno de París
Con calma pues
Tendrás abris;
Con calma pues
Serás nourri;
Con calma pues
se dice (on dit)
Con calme pues
En el invierno de París.

En el invierno de París
Vivir podrás
Un mes así;
Vivir podrás
Con lait, con lit;
Vivir podrás
Ya sans souci;
Vivir podrás
En el invierno de París.

En el invierno de París...
¿Pero y después?
Solo en la rue.
¿Pero y después?
Sin un ami.
¿Pero y después?
Ni lait ni lit.
¿Pero y después
sin el invierno de París?

(En Las grandes elegías y otros poemas, Biblioteca Ayacucho,
Caracas, Venezuela, 1986)

De 1955 a 1959 el poeta cubano Nicolás Guillén (1902-1989) residió en París como exiliado de la dictadura de Fulgencio Batista. García Márquez cuenta en  El escándalo del siglo que Guillén "padecía un destierro sin esperanzas en el Gran Hotel Saint Michel, el menos sórdido de una calle de hoteles baratos donde una pandilla de latinoamericanos y argelinos esperábamos un pasaje de regreso comiendo queso rancio y coliflores hervidas. El cuarto de Nicolás Guillén, como casi todos los del barrio Latino, eran cuatro paredes de colgaduras descoloridas, dos poltronas de peluche gastado, un lavamanos y un bidet portátil y una cama de soltero para dos personas donde habían sido felices y se habían suicidado dos amantes lúgubres de Senegal". García Márquez recordaba que Guillén conservó en París la costumbre muy cubana de despertarse (sin gallos) con los primeros gallos y de leer los periódicos junto a la lumbre del café. Luego abría la ventana y despertaba a toda la calle gritando las últimas noticias de América latina, traducidas del francés y en "jerga" cubana. El día 1 de enero de 1959 gritó una noticia única: "Cayó el hombre". Así anunció la derrota definitiva del dictador cubano por las fuerzas rebeldes, dirigidas por Ernesto "Che" Guevara, en la batalla de Santa Clara.

Puedes escuchar "En el invierno de París" en la voz de Marta Contreras.

3 comentarios:

  1. ¿Y no lo desterraron los chovinistas parisinos? Jajaja. Ya siento no enterarme del todo porque no sé qué significan la gran mayoría de voces francesas que emplea Nicolás Guillén; pero es muy gracioso.
    Ya me hago cargo de lo que un caribeño debe de sufrir en el exilio en la fría Europa central; más todavía si le viene impuesto por la intolerancia política.
    Lástima que aquella alegría por la caída de un dictador pronto fuera sustituida por la decepción y el dolor que llevó consigo la nueva dictadura.
    Carlos San Miguel

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