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domingo, 3 de octubre de 2021

"Al otoño" (To Autumn), de John Keats

 
Viñedos en la región de Umbría, Italia. MAURIZIO RELLINI


AL OTOÑO

 

I

 

    Estación de nieblas y frutos maduros

         compañera íntima del sol que madura,

    que con él conspiras para bendecir y llenar

         de fruto las viñas que los tejados rodean;

    para colmar de manzanas los árboles cubiertos de musgo,

         y hacer que el corazón de la fruta madure;

              que crezca la calabaza, y las cáscaras de avellana se llenen

         de pulpa sabrosa; que nazcan brotes nuevos,

    flores tardías que hagan creer a las abejas

    que jamás han de acabar los días cálidos,

              pues el verano sus panales ha colmado.

 

II

 

    ¿Quién entre los de tu especie, no te ha visto a menudo?

         Quien sea que te busque puede a veces encontrarte

    Sentada con descuido en el suelo del granero,

         tu cabello agitado por ráfagas de viento;

    o profundamente dormida en los surcos labrados,

         ebria por los efluvios de la adormidera, mientras tu hoz

    evita el siguiente haz y sus flores entrelazadas.

    Y, a veces, cual espigador, mantienes

         la carga firme sobre tu cabeza al cruzar el arroyo;

         o con mirada paciente, junto al lagar,

    vigilas hora tras hora los últimos olores.

 

III

 

    ¿Dónde están las canciones de primavera? Sí, ¿dónde están?

         No pienses en ellas, que también tú tienes tu música,

    mientras nubes ligeras florecen en el ocaso

         y tiñen de rosa pálido las llanuras;

    y un coro de lamentos entonan los insectos

         entre los sauces del río, y se alejan

              o se hunden en el viento ligero que nace o muere;

    y los corderos adultos balan ruidosos desde las colinas;

         cantan las cigarras, y con voz atiplada

         el petirrojo silba desde el jardín en flor;

               y golondrinas en bandadas revolotean en el cielo.

 

    Versión original:

 

TO AUTUMN

 

I

 

    Season of mists and mellow fruitfulness,

       Close bosom-friend of the maturing sun;

    Conspiring with him how to load and bless

       With fruit the vines that round the thatch-eves run;

    To bend with apples the moss'd cottage-trees,

       And fill all fruit with ripeness to the core;

          To swell the gourd, and plump the hazel shells

       With a sweet kernel; to set budding more,

    And still more, later flowers for the bees,

    Until they think warm days will never cease,

          For summer has o'er-brimm'd their clammy cells.

 

II

 

    Who hath not seen thee oft amid thy store?

       Sometimes whoever seeks abroad may find

    Thee sitting careless on a granary floor,

       Thy hair soft-lifted by the winnowing wind;

    Or on a half-reap'd furrow sound asleep,

       Drows'd with the fume of poppies, while thy hook

          Spares the next swath and all its twined flowers:

    And sometimes like a gleaner thou dost keep

       Steady thy laden head across a brook;

       Or by a cyder-press, with patient look,

          Thou watchest the last oozings hours by hours.

 

III

 

    Where are the songs of spring? Ay, Where are they?

       Think not of them, thou hast thy music too,—

        While barred clouds bloom the soft-dying day,

       And touch the stubble-plains with rosy hue;

    Then in a wailful choir the small gnats mourn

       Among the river sallows, borne aloft

          Or sinking as the light wind lives or dies;

    And full-grown lambs loud bleat from hilly bourn;

       Hedge-crickets sing; and now with treble soft

       The red-breast whistles from a garden-croft;

          And gathering swallows twitter in the skies.

 

En Poemas escogidos, ed. bilingüe de Juan V. Martínez

Luciano, Pedro Nicolás Payá y Miguel Teruel Pozas,

Cátedra, Letras Universales, 4ª ed., 2011.



"Al otoño", considerada la culminación de la obra literaria del poeta romántico John Keats (1795-1821) y uno de los mejores poemas de la lírica inglesa de todos los tiempos, es la última oda compuesta por el autor, que la escribió el 19 de septiembre de 1819, después de un paseo por las afueras de Winchester. Fue incluida en el libro Lamia, Isabella, La víspera de Santa Inés y otros poemas (1820).

Dividida en tres partes de once versos cada una, agrupados en  una cuarteta de Shakespeare (abab) y un septeto (cdecdde), el poema es una celebración del otoño, contemplado no como una estación melancólica, sino como una época de completa madurez y fertilidad. La oda ha sido objeto de muy variadas interpretaciones por parte de la crítica. Para unos, el poema se centra en la belleza del otoño, que depende de su devenir reflejado en las sucesivas partes, desde el momento anterior a la cosecha, la cosecha misma, y el vacío posterior que precede al invierno. Para otros se trata de un recorrido por los sentidos: comienza con el tacto, continúa con las sensaciones visuales y concluye con las auditivas. Otros lo interpretan como un recorrido que va  desde el mundo de lo vegetal al de lo humano y acaba en el mundo de los animales. Finalmente,  Barnard ha visto en el poema una interconexión, implícita en todo el poema, entre madurez, muerte y regeneración (Juan V. Martínez Luciano).

2021 es el año del bicentenario de la muerte de John Keats, acaecida en Roma el 23 de febrero de 1821. 

2 comentarios:

  1. Al final de la segunda parte hay un "La" descolgado que queda feo. Y tendrás que corregir alguna fecha que has llevado al siglo XX jejeje.
    Me gusta pero me resulta raro que hable al otoño como si fuera una mujer...yo siempre lo había caracterizado como un laborioso hombre de campo de mediana edad.
    Carlos San Miguel

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    1. Parece que ando algo distraída. Gracias, Carlos.

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