Un ruego en tiempos de pandemia
... rossinyol, d'un bell boscatge Cançó popular
Cierra tus ojos, ruiseñor, pues nosotros ya los hemos cerrado para oírte cantar. Todo acaeció en la otra isla hace años, antes de que encendiéramos hogueras junto al mar.
Recuerdo una enramada oscura y silenciosa y aquel aroma a sal caliente y a sabinas. Tú viniste a romper aquel silencio y a explicárnoslo todo. Las gentes que no ven, esas que tienen las cuencas de sus ojos vacías, no saben que tú eres un poderoso símbolo; eres mínimo, humilde, mas tu canto llega mucho más lejos que la sabiduría falsa de los soberbios.
Huyó la juventud y ya no sé, ruiseñor, en qué otro paraíso de muerte cantarás, pero dicen que han vuelto tus hermanos a cantar contra ruidos y gritos, y contra las palabras airadas y vacías de este mundo. Pero aunque ya no estés, ni estén las islas, ni esté mi juventud, yo te pido que vuelvas a cerrar tus ojos, pues nosotros ya los hemos cerrado para ensoñar tu canto y gozar de la ebriedad de entonces.
Aquello acaeció una noche de junio, antes de retornar en nuestra barca de madrugada, de una isla a otra isla. La barca que, a veces, se detenía sobre el lomo negro de la mar, como si ella tampoco desease regresar a la costa.
A lo lejos las luces húmedas de los faros brillaban como lágrimas lloraban de alegría con nosotros.
De En los prados sembrados de ojos, Siruela, 2020 |
?Y la pandemia...Estamos esperando un poema que hable de ella, no de sus víctimas ni del dolor por su pérdida, o sólo de ello; quiero leer poemas que hablen de lo que ha significado para la humanidad, sobre si nos hará cambiar o, al comprobar que se cura y se vuelve a la normalidad, todo seguirá de la misma manera suicida en cuanto a la relación con la Naturaleza...cosas así de profundas.
ResponderEliminarCarlos San Miguel