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domingo, 18 de octubre de 2020

"Anquises", de Olga Novo




ANQUISES

Arrastras los pies papá
te llevo con mis ojos a la espalda
porque intentas huir de la vejez como de una guerra ancestral
te subo a mis vértebras
combadas por el peso
arrastras los pies pero yo puedo contigo
y te llevo a la espalda
hasta el final de la vida.

Arrastras el lenguaje y no acude
a tu memoria un verbo
que anidaba en la parte izquierda de tu cerebro y yo
completo tu frase con la palabra arar querer cavar tractor o mariposa   arrastras

la mente hacia el pasado
solo recuerdas aquella feria de 1952
cuando de tanto andar tus bueyes
perdieron en el monte sus pezuñas volviendo de Piedrafita
sus pies sangrando en el río
su cornamenta aún se abre en alguna de tus neuronas
y vuelves a ser un tratante de ganado cuarenta años después.

No sé hasta cuándo recordarás mi nombre
y sabrás aún que soy tu hija.
Desconozco cómo se enroscan las terminaciones nerviosas
y se crispan y a veces encuentran una luz silábica
que les indica el camino. 
Cómo es que de repente no sabes tal vez
que había que poner un pie después el otro
para poder soñar
y que si rodeas a una mujer con los brazos eso es amor
y todo lo demás
desaparece.

Porque así de sencillo es el universo.
Como el pequeño lexema al que te agarras alguna tarde
como si fuera el mango de una guadaña.
que fuiste un orador en medio del campo ante un público estupefacto
de cuervos grillos topos libélulas y ovejas
que tenías la intuición del poema en la punta de la lengua
y te explotaba en el paladar como un higo maduro
carnoso exacto y brutal.
Que sabías que en nuestro idioma se acuesta el trigo
ante una orden del viento
que la rama de las patacas arde
que existen cosas tan finas
como la lengua de una gallina...

y solo recuerdas aquella feria de 1952
cuando de tanto andar tus bueyes
perdieron en el monte sus pezuñas volviendo de Piedrafita

Papá 
cómo será 
cuando se te despalatalicen las consonantes
y veas llover desde dentro sin entender el agua
y remuevas la lengua hasta encontrar la forma más adecuada
y sonríes porque sabes 
que todavía no has caído 
definitivamente
en la curva melódica del silencio.

Recuerdas
con toda exactitud
que mamaste hasta los cinco años en los pechos de tu Benigna madre
que parió dieciséis hijos en el último cuarto de la casa
agarrada al cabecero de la cama rezándole a algún santo
rompiendo todas las aguas como quien hace añicos el mar...

Yo creo que tus ojos la ven
abiertos al más allá
cuando te quedas absorto y nadie alcanza a saber
en qué dimensión de la maravilla se ha posado tu cerebro
como las pequeñas patas de un petirrojo
sobre la rama de un peral.

Igual ves la nieve por dentro
la estructura molecular del amor
las partículas de un beso cuando se está formando en la carne de los labios y el aire

igual ves 
la energía
y no encuentras en el abecedario
herramientas para lo inefable
y por eso callas o le llamas cuchara a la lámpara
y te trabas en medio de la oración simple
y comienzas a hablar hermosamente poniendo delante la subordinada.

Porque al fin
papá
te diriges a mí sin orden en tus órdenes
y deshaces la sintaxis igual que desgranabas habas
y todo cobra el sentido profundo de cuanto no tiene lógica
ni está sometido a nada.

Igual ves la nieve por dentro
igual entiendes la sombra
y eres capaz de calcular el radio de una pasión
aunque el resultado no pueda comunicarse
más que a través de la piel.

Igual ves cómo viene a cantar el poema en el caracol del oído
y ves cómo resbala de su pico ese polvo dorado
a caerme en el tímpano
cuando empiezo a llorar con la emoción de la escritura.

Igual ves cómo se me encoge el alma
cuando se encoge la tuya.

Igual ves cómo viene a cantar el poema en el caracol del oído
y ves cómo resbala de su pico ese polvo dorado
a caerme en el tímpano
cuando empiezo a llorar con la emoción escrita
y tú solo recuerdas aquella feria de 1952
cuando de tanto andar tus bueyes
perdieron en el monte las pezuñas
volviendo de Piedrafita.

(Versión al castellano de Olga Novo)


Versión original en gallego:

ANQUISES

Arrastras os pés papá
lévote cos ollos ao carrelo
porque tentas fuxir  da vellez coma dunha guerra ancestral
eu súbote ás miñas vértebras
combadas polo peso
arrastras os pés pero eu podo contigo
e lévote ao carrelo
ata o final da vida.

Arrastras a linguaxe e non che vén
á memoria un verbo
que aniñaba  na parte esquerda do cerebro e eu
completo a túa frase coa  palabra arar querer sachar tractor ou balboreta arrastras

a mente cara o pasado
e só lembras aquela feira de 1952
cando se lles caeron os cascos aos bois volvendo de Pedrafita
e lles sangraban os pés no río
a sua cornamenta aínda se abre nalgunha das túas neuronas
e volves a ser un tratante de gando corenta anos despois.

Eu non sei ata cando lembrarás inda o meu nome
e saberás aínda que son a túa filla.
Descoñezo como se enrodelan as terminacións nerviosas
e se crispan e ás veces atopan unha luz silábica
que lles indica o camiño.
Como é  que de súpeto non sabes talvez
que había que pór un pé diante do outro
para poder soñar
e que se arrodeas unha muller cos brazos iso é amor
e todo o demais
desaparece.

Porque así de sinxelo é o universo.
Como o pequeno lexema ao que te agarras algunha tarde
como se fora o mango dunha gadaña.
Ti
que fuches un orador no medio do agro ante un público estupefacto
de corvos grilos toupas ovellas e libeliñas
Ti
que tiñas a intuición do poema na punta da lingua
e explotábache no ceo do padal coma un figo maduro
carnoso exacto e brutal.
Que sabías que a nosa lingua o trigo déitase
ante unha orde do vento
que a rama das patacas arde
que existen cousas tan finas
coma a lingua dunha pita...

e só lembras aquela feira de 1952
cuando se lles caeron os cascos aos bois volvendo de Pedrafita.

Papá
como será
cando se che  despalatalicen as consoantes
e vexas chover desde dentro sen entender a auga
e remexas a lingua ata atopar a forma máis adecuada
e sorrís porque sabes
que aínda non caíches definitivamente
na curva melódica do silencio.

Lembras
con toda exactitude
que mamaches ata os cinco anos nos peitos da mai Benigna
que parira  dazaseis fillos no último cuarto da casa
agarrada á branceira rezándolle a algún santiño
rompendo tódalas augas coma quen escacha un océano...

Eu penso que a podes ver ata cos ollos abertos
espalancados ao alén
cando ficas absorto e ninguén alcanza a saber
en que dimensión da marabilla está pousado o teu cerebro
coma as patiñas pequenas dun paporroibo riba da galla dunha pereira.

Igual ves a neve por dentro
a estructura molecular do amor
as partículas dun bico cando se está formando na carne dos beizos e o ar

igual ves 
a enerxía 
e non atopas  no abecedario
ferramentas para o inefable
e por iso calas ou lle chamas culler á lámpada a
e te trabas no medio da oración simple
e comenzas a falar feremosamente poñendo por diante a subordinada.

Porque á fin
papá
te dirixes a min sen orde nas túas ordes
e desfás a sintaxe igual que debullabas fabas
e todo cobra o senso profundo daquilo que non ten lóxica
nin está sometido a nada.

Igual ves a neve por dentro
igual entendes a sombra
e es quen de calcular o radio dunha paixón
aínda que o resultado non poida comunicarse
máis que a través de pel.

Igual ves como vén cantar o poema na caracol do oído
e lle ves esvarar do peteiro ese po dourado
e caerme no tímpano
cando empezo a chorar coa emoción da escritura.

Igual ves como se me encolle a alma
cando se che encolle a túa.

Igual ves como ven cantar o poema no caracol do oído
e lle ves esvarar do peteiro ese po dourado
e carme no tímpano
cando empezo a chorar coa emoción da escrita
e ti só lembras aquela feira de 1952
cando se lles caeron os cascos aos bois volvendo de Pedrafita.

(En (TRAS)LÚCIDAS. Poesía escrita por mujeres (1980-2016),
edición de Marta López Vilar, Bartleby, 2016)

Olga Novo. (fronterad.com)

Olga Novo
(Vilarmao, Lugo, 1975) es una voz destacada de la poesía contemporánea en lengua gallega. Licenciada en Filología gallega por la Universidad de Santiago de Compostela,  compagina la creación literaria con la docencia. Su obra poética está marcada por un profundo vitalismo telúrico, el feminismo, la memoria agraria y el erotismo. De sus tres primeros poemarios (A teta sobre o sol, 1996; Nós nus, 1997, Premio Losada Diéguez de  Creación, y A cousa vermella, 2004), la crítica ha destacado su fuerza expresiva y su personal y honda sensualidad. Posteriormente ha publicado Cráter (2011), Premio de la Crítica española, Feliz Idade (2019, Premio Nacional de Poesía 2020) y la antología bilingüe Los líquidos íntimos (2013), donde ha vertido al castellano parte esencial de su obra. Es autora, asimismo, de dos poemarios en colaboración: Magnalia (2001), con el poeta Xoán Abeleira y la pintora Alexandra Domínguez, y Monocromos (2006), con el pintor Concetto Pozati. Ha publicado también libros de ensayo y colabora en varias publicaciones culturales. 

[Imagen inicial: ub.edu]

4 comentarios:

  1. Nunca. Nunca había creído un poema tan profundo y tan poético sobre el Alzheimer. Me ha recordado el final de mi madre. No puede ser más realista. Hiperrealista. Llega al corazón. Es una poesía memorable muy bien elegida. Gracias Josefina por estas delicadas joyas que nos dedicas.

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  2. Qué bien explicas lo que es este poema y cómo nos afecta su lectura. A mí, que, por fortuna, no he vivido tan de cerca como tú el problema del Alzheimer, me emocionó profundamente. Gracias, Carmen, por compartir tu opinión y tu emoción con nosotros.

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  3. ¡Sobrecogedor! Y no digo más, que no hay palabras...
    Carlos San Miguel

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  4. Julio César Cabral27 de octubre de 2022, 20:06

    Real, dramático y a la vez bello …

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