(diariodeloriente.es)
MARIPOSA
Hace casi un siglo, mi padre,
a la edad de —creo— diez años,
caminaba tres millas a través del bosque
en ruta hacia el colegio,
a lo largo de la orilla, bordeada de juncias,[1]
del río, repleto de caudal y anguilas, orlado de juncos,
color ocre fangoso;
dejando un rastro de histéricas moscas negras,[2]
con las manos, entonces ya anchas y hábiles,
asomando por las raídas mangas.
A lo largo del sendero, observaba
cada detalle: hongos y excrementos, plantas silvestres,
caracoles y lirios, licopodio,[3]
helechos y conos.
Debía ser una eterna
inspiración para él: entre
el deseo de conocimiento y de alabanza
no existían límites.
Un día vio un tronco mojado que flotaba
despacio, río abajo,
y encima, una mariposa, del azul de unos ojos.
Fue el momento (me enteré después)
que lo lanzó a cambiar su vida
hacia un mundo arcano
de microscopios y números,
distintivos en la solapa, automóviles y viajes,
lejos de las diez millas
de bosques devastados
a los que nunca llamó pobreza,
y del ocre río, moviéndose en meandros;
de alguna manera, siempre soñó aquello,
intentando, en vano, regresar.
NOTAS DE LA TRADUCTORA:
[1] Planta
semejante al junco propia de sitios húmedos;
tiene el tallo triangular, es aromática y medicinal.
[2] Mosca del
género simulium que muerde y chupa la
sangre,
liberando un anestésico, coagulante y vasodilatador.
[3] Plantas
trepadoras, que no están relacionadas con el musgo,
con hojas en forma de aguja o escama; es también
medicinal.
VERSIÓN ORIGINAL EN INGLÉS:
BUTTERFLY
My father, ninety years ago, at the age of —my guess— ten, walked three miles through the forest on his way to school along the sedgy wetfoot shore of the brimming eel-filled rush-fringed peat-brown river, leaving a trail of jittering blackflies, his hands already broad and deft at the ends of his fraying sleeves. Along this path he noticed everything: mushroom and scat, wildbloom, snail and iris, clubmoss, fern and cone. It must have been an endless breathing in: between the wish to know and the need to praise there was no seam. One day he saw a drenched log floating heavily downstream, and on it a butterfly, blue as eyes. This was the moment (I later heard) that shot him off on his tangent into the abstruse world of microscopes and numbers, lapel pins, cars, and wanderings, away from the ten square miles of logged-out bushlots he never named as poverty, and the brown meandering river he was always in some way after that trying in vain to get back to.
De La puerta. Traducción de Pilar Somacarrera.
Bruguera, Barcelona, 2009
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Margaret Atwood es más conocida como novelista que como poeta, a pesar de que ha publicado más de veinte poemarios por los que ha sido incluida entre los grandes poetas de la literatura anglosajona actual. La puerta es un apasionante recorrido por sus vivencias personales, desde la infancia hasta la madurez. En el poema seleccionado evoca la figura de su padre, el trayecto que debía recorrer a diario para llegar al colegio y el despertar de su vocación cuando descubrió un día una hermosa mariposa azul. Carl Edmund Atwood se convirtió en zoólogo y sus investigaciones sobre entomología forestal le obligaron a residir al norte de Quebec, Ontario y Toronto, pero siempre añoró el territorio de su infancia.
Licopodio./Foto: Holm Riebe (fotocomunity.de) |
[Imagen 2: juncia real (Wikipedia)]
Qué bonito homenaje a su padre y a la patria de sus abuelos.
ResponderEliminarCarlos San Miguel