Hiroshige, Puente bajo la lluvia, 1857
MIENTRAS CANTABA A LA NATURALEZA
Según Thou-Fou
Sentado en mi pabellón al borde del agua, contempla-
ba la belleza del tiempo; el sol marchaba lentamente
hacia occidente a través del cielo límpido.
Los navíos se balanceaban sobre el agua, más ligeros
que los pájaros sobre las ramas, y el sol de otoño derra-
maba su oro sobre el mar.
Cogí mi pincel e, inclinado sobre el papel, tracé ca-
racteres comparables a negros cabellos que una mujer
alisa con la mano.
Y, bajo el sol de oro, canté a la belleza del tiempo.
En el último verso, levanté la cabeza; y entonces vi la
lluvia cayendo en el agua.
Judith Gautier, El libro de jade. Versión de
Julián Gea. Ardicia, 2013
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Un poema bellísimo, Josefina, vas a conseguir hacernos a todos adictos a la poesía. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carmen. Ojalá se cumpliera lo que dices y alguien se aficionara a la poesía por este blog, pero creo que quienes lo leéis es porque ya sois adictos a la poesía.
ResponderEliminarY antes del contacto permanente entre el Extremo Oriente y Occidente ¿hubo paralelismos entre las métricas, los tipos de estrofas y la morfología de los poemas entre ambas culturas
ResponderEliminarCarlos San Miguel