Estelas, tercer libro de Mercedes Escolano, está formado por tres partes o secciones: "Estelas", que da nombre al libro, "Soldado raso" y "Antinomia". El término estela no hace aquí referencia al rastro que deja en el agua o en el aire un cuerpo en movimiento, sino a las estelas funerarias (monumentos normalmente monolíticos), en cuyas inscripciones o epitafios se informaba sobre la identidad del fallecido (nombre, edad, profesión) y sobre el familiar que se la dedicaba; en ocasiones se añadía los logros en vida del difunto o alguna frase afectuosa. Cuando las necrópolis romanas se encontraban a las afueras de las ciudades, principalmente a los lados de las vías, era inevitable que los viandantes leyeran las inscripciones, de forma que el difunto fuera recordado más allá de la muerte; por ello era normal encontrar en los epitafios alusiones a los viajeros (como en I) e incluso pedirles que rogaran "que la tierra te sea leve". La sección "Estelas" consta de cuarenta y cinco breves y hermosas composiciones que son otros tantos cantos funerarios a la manera de las antiguas inscripciones grabadas en la piedra de las estelas.
Sobre Estelas, reeditado en 2005 por El toro de barro, ha escrito Carlos Morales [eltorodebarro.blogspot.com.es] que la autora "utilizó todo su poder evocador de una Roma reducida a escombros tras el paso de la muerte, para resucitar con la delicada y sobria precisión de sus versos las ambiciones, las debilidades y los sueños de los hombres y mujeres que fueron de otro tiempo, pero que en manos de su autora, nos son tan familiares que su sola evocación nos sobrecoge...".
¡Genial idea ésta de poesía a la manera de aquellos textos de las lápidas romanas. Además parecen reproducciones de aquéllas por su poder evocador.
ResponderEliminarUna costumbre que hoy parece increíble la de enterrar a los muertos a lo largos de las vías, y que, en cierto modo es muy poética y aleccionadora. !Seguro que no había tantos accidentes de tráfico gracias a ese recuerdo continuo de la Muerte jeje
Carlos San Miguel