¿Quién
velará
por
la palabra
cuando
el pájaro solitario
alce
en la noche
su
vuelo
sin
destino,
sin
consuelo
y
sin porqué?
*
* * *
(Unas
rayas en la palma de una mano, unos restos de
escritura
cuneiforme,
una partitura, unas grietas en la
falda de una
montaña,
unos posos en la taza de café, una fórmula matemática,
el
movimiento de unas nubes en el cielo, el silbido
del viento en
el
horizonte de la tundra, el surco abierto en la roca por
el agua,
las
huellas de unos pasos en la arena, unas piedras amontonadas
junto
al sendero, unas arrugas en el rostro
de un anciano, la
figuración
jeroglífica sobre un sarcófago erosionado por el
paso
del
tiempo, unas estrellas en la bóveda celeste de un desierto, un
amanecer
en la orilla del mar, un texto literario... , paisajes
para
ser
leídos por una mirada.)
*
* * *
Pero
la muerte, ¿qué clase de verdad esconde
enterrada
bajo la arena de este desierto calcinado?
Habitar
en el aire, construir sobre el agua.
De Humus,
Eclipsados, 2008
A mí me ha gustado lo sugerente que es el segundo poema, con todas esas posibilidades para mirar
ResponderEliminarCarlos San Miguel