Mirto en flor |
HORACIO (Quintus Horatius Flaccus) fue un poeta latino (Venusia, 65-Roma, 8 a. C.), considerado como modelo de la lírica clásica. Hijo de un esclavo liberto, estudió en Roma y Atenas, donde conoció a Marco Bruto (uno de los asesinos de César), que lo nombró tribuno militar de sus soldados, y recorrió con él Macedonia y Asia. En la batalla de Filipos (42 a. C.) se enfrentaron al ejército de Marco Antonio y Octavio (futuro emperador Augusto) y fueron derrotados. La concesión de una amnistía general le permitió regresar a Roma, donde trabajó como escribano y empezó a componer versos. El poeta Virgilio lo introdujo en el círculo de Cayo Mecenas, quien lo presentó al emperador Augusto y le regaló una propiedad en las colinas de Sabina, donde se retiró a escribir. Como poeta cultivó todos los géneros (Sátiras, Épodos y Epístolas), pero sobresalió en las Odas (Carmina), en las que trata sobre todo los temas del amor y del "carpe diem" (invitación a disfrutar del presente mientras sea posible), adoptando las más bellas formas de la poesía griega. Su Epístola a los Pisones o Arte Poética se convirtió en la base de la teoría estética y de la preceptiva literaria occidental.
El texto elegido es un fragmento de una oda de Horacio (la cuarta del libro primero), en el que el poeta invita a Sestio a disfrutar de la vida antes de que la muerte, implacable con todos, lo impida. En este poema, en pocos versos, se concitan motivos o tópicos literarios tan universales como el carpe diem, el tempus fugit y el poder igualatorio de la muerte.
En el mundo clásico, el mirto, arbusto adecuado para tejer coronas vegetales, se asociaba a la diosa Afrodita (deidad del amor y el erotismo) así como a la eterna juventud, por su hoja siempre verde. Las coronas de mirto se usaban en banquetes y celebraciones para representar el culto a la amistad y a la eterna juventud y sus placeres.
Fauno era una divinidad romana asociada al dios griego Pan. Dios de los bosques salvajes, de los campos, de los rebaños y de las llanuras, se le representa con la mitad superior del cuerpo de hombre y la mitad de una cabra. Es un ser lascivo y voluptuoso aficionado a perseguir a las ninfas.
Estupenda la traducción de Jesús Royo! :) Servitas Vitae!
ResponderEliminarMuy buena idea la de traer poesía clásica original de la época, poesía en donde, como ocurre con el teatro, ya está todo lo que durante siglos se ha venido insistiendo.
ResponderEliminarAh, el Latín...el mundo nunca debió perderlo como lengua universal y sustituirlo por esa cosa del Inglés. ¿Qué sus palabras son muy largas...¡Pues para eso están las abreviaturas a las que tan dados eran los romanos en sus inscripciones pétreas...
No sabía yo que Bruto había mandado militarmente la respuesta republicana ante los "imperialistas".
Carlos San Miguel