como profesor en distintos centros educativos aragoneses hasta su jubilación. Coautor de la letra del Himno oficial de Aragón, participó en su juventud en las actividades literarias y culturales del grupo poético Niké (integrado por Miguel y José Antonio Labordeta, Guillermo Gúdel, Luciano Gracia, Benedicto Lorenzo de Blancas, Miguel Luesma, etcétera) , y fundó la revista "Albaida", que dirigió con la escritora Ana María Navales (1939-2009).
En la producción poética de Rosendo Tello se suelen distinguir tres etapas, si bien algunos estudiosos las reducen a dos. A la primera, que anticipa los temas constantes en su obra, pertenecen sus tres primeros libros: Ese muro secreto, ese silencio (1959), Elegía de la piedra (1968) y Fábula del tiempo (1969, premio San Jorge de Poesía). La segunda, de madurez, está integrada por la pentalogía Del vigilante y su fábula, formada por Paréntesis de la llama (1975), Libro de las fundaciones (1973), Balada a dos cuerdas (1979), Meditaciones de medianoche (1982) y Las estancias del sol (1990). Los libros de estas dos etapas tienen en común "la irracionalidad surrealista en la concepción del poema y la estructuración de orden clásico en la enunciación y estructuración del contenido". Con Más allá de la fábula inicia un nuevo ciclo -caracterizado por la meditación sobre el tiempo y la muerte, y por su amor a todo lo creado-, al que pertenecen: Augurios y leyendas (2000), Confesiones en víspera de domingo (1996), Hacia el final del laberinto (2005), Consagración al alba (2004) y Regreso a la fuente (2011).
La labor creadora de Rosendo Tello, "la voz más importante, rotunda y original de la poesía aragonesa de hoy", en opinión de José-Carlos Mainer, fue reconocida en 2005 con el Premio de las Letras Aragonesas por toda su trayectoria poética. En 2011 recibió el Premio Imán de la Asociación Aragonesa de Escritores.
Actualización (9/6/2024):
Rosendo Tello falleció ayer en Zaragoza a los 93 años.
Otro poema del autor en este blog:
El poema de un maestro: Rosendo Tello...
ResponderEliminarOrgullosa de tener en mi familia la voz de un poeta cuyo puño es el alma y su letra una calada de viento.
ResponderEliminarCasi sorprende que un aragonés de la seca Depresión del Ebro simbolice con la lluvia los contratiempos o las decepciones que tuercen la vida; para un aragonés del secano la lluvia supone la alegría y la oportunidad que tiene la vida de tener lugar y desarrollarse.
ResponderEliminarPara mí, más angustiosos son otros fenómenos naturales...como el crepúsculo vespertino, que todas tardes consigue angustiarme. Menos mal que, luego, la noche me tranquiliza.
Carlos San Miguel