Casablanca
Ve una y otra vez a Ilsa, Rick y Laszlo: en el cine (siempre que anuncian su película asiste con fervor casi religioso), en la pantalla de la sala de su casa, en la de su recámara, en la laptop, en el celular.
Su obsesión empieza a preocupar a sus amigos. Él los ignora, absorto, ve una y otra vez entrar a Ilsa y Laszlo al café de Rick, revive las escenas de amor en París, escucha embelesado As time goes by, admira el carisma del líder de la resistencia, el encanto de Ilsa, lo conmueve el dolor de Rick.
Vuelve a ver el film siempre con la loca esperanza de que alguna vez al fin sean Ilsa y Rick quienes suban al avión.
(En Los pescadores de perlas. Los microrrelatos de 'Quimera', ed. de Ginés S. Cutillas, Montesinos, 2019, pág. 191)
Dina Grijalva |
Anteayer vi otro trozo (no hay manera de verla entera nunca porque aunque no lo parezca todo son obligaciones) y, sin duda, uno de los momentos más emotivos es el de la Marsellesa acallando a ese himno germano y (supongo) imperialista.
ResponderEliminarCarlos San Miguel