El número 23 de los "Cuadernos de biblioteca" reúne los textos premiados y los finalistas en las modalidades de relatos cortos y microrrelatos literarios, de recreación histórica y tema mitológico que se han otorgado en los Premios Goya 2016-2017. Las ilustraciones corresponden a los trabajos premiados en pintura y en diseño de carteles (de animación a la lectura y de convocatoria de los Premios Goya para la próxima edición).
martes, 30 de mayo de 2017
domingo, 28 de mayo de 2017
Cuatro poemas de 'Centuria de amor', de Bhartrihari
Jamini Roy (1887-1972), pintura inspirada en el arte tradicional de los pueblos Santhal
VIII
Estas jovencitas, que con el ruido del entrechocar de sus
pulseras al moverse,
el tintineo de sus cinturones y las ajorcas de sus tobillos
derrotan
a los cisnes,
¿a quién no le dejan sin voluntad propia
con sus miradas semejantes a las de inocentes gacelas
asustadas?
XV
Dichoso aquel que fatigado por los placeres del amor,
descansando su pecho en las colinas de leche de su amada
—untadas de azafrán, abultadas como la frente de un elefante
en
celo—,
cae dormido y pasa la noche en la jaula de sus brazos.
XVIII
Arriba, la densa cubierta de las nubes,
a un lado, las montañas donde danzan los pavos reales,
la tierra, resplandeciente de blancas flores kandali,
¿adónde habrá de dirigir la vista el viajero?[1]
XCIX
En verdad la luna no se ha transformado en rostro, ni dos
nenúfares azules
han alcanzado la condición de ojos, ni está hecho de oro su
esbelto cuerpo.
Extraviado en su espíritu a causa de los poetas, se afana,
desdichado,
el hombre,
buscando el cuerpo de las de ojos de gacela, aun sabiendo la
verdad, que
es piel, carne y huesos.
Bhartrhari, Centuria de amor. Edición de Eugenio
R. Luján, Akal Oriente, 2005
NOTA DEL EDITOR:
[1] La
aparición de nubes implica que comienza la estación de las lluvias,
que sorprende al viajero lejos de su amada, mientras
que la naturaleza
invita al disfrute del amor.
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Bhartrhari o Bhartrihari es un legendario poeta indio del que se decía que siete veces
había ingresado en un monasterio huyendo del mundo y otras tantas lo había abandonado para disfrutar de los placeres. Su obra figura entre los clásicos de la literatura sánscrita; sin embargo, existe total incertidumbre sobre la figura histórica que se corresponde con el autor. Normalmente se le suele identificar con el gramático autor del Vâkyapadîya, obra sobre la gramática sánscrita y la filosofía lingüística. El chino I-tsing, que peregrinó a India en el siglo VII, dice de él que era budista (afirmación que niega el contenido de su obra) y que habría fallecido hacia el año 651. Una leyenda lo convierte en rey de Mâlavâ, en el siglo VII, que habría renunciado al trono y se habría hecho asceta tras la muerte de su esposa favorita, según unas versiones, o por la traición de su amada, según otras. Otros lo hacen hijo de un brahmán y de una mujer de casta baja, y le atribuyen la autoría de la Centuria de la renuncia. Según la opinión más generalizada, habría vivido a finales del siglo IV e inicios del V.
La tradición lo considera autor de Satakatraya, denominación global de una obra de poesía sánscrita conocida también como Trisati, Las tres centurias, formada por tres colecciones de unas cien estrofas cada una: Centuria de la conducta, Centuria de amor y Centuria de la renuncia. La primera y la tercera tratan de cómo debe ser la conducta del sabio en el cumplimiento del deber moral.
Respecto a Centuria de amor, sus poemas oscilan entre el erotismo más exaltado y la radical condena de los placeres del amor. Es decir, que, como se afirma en el libro, el hombre se ve obligado a elegir entre dos opciones:
La poesía de Bhartrihari se inscribe dentro de la tradición de poemas breves, y el tipo de composición habitual es la stanza o estrofa de cuatro versos, que obliga a la condensación. Eugenio R. Luján indica que "los tres primeros versos se van cuajando de alusiones que no acaban de dar todas las claves interpretativas del texto hasta que el último [...] viene a aclarar qué es aquello a lo que realmente se está aludiendo". El estilo es recargado, con abundancia de figuras retóricas y juegos de palabras, además de un gusto quizá exagerado por la alusión indirecta y, por tanto, un empleo profuso de perífrasis rebuscadas. Se trata de una poesía muy culta, al alcance solo de un público de amplia formación.
[La información está tomada, fundamentalmente, de la introducción de Eugenio R. Luján]
había ingresado en un monasterio huyendo del mundo y otras tantas lo había abandonado para disfrutar de los placeres. Su obra figura entre los clásicos de la literatura sánscrita; sin embargo, existe total incertidumbre sobre la figura histórica que se corresponde con el autor. Normalmente se le suele identificar con el gramático autor del Vâkyapadîya, obra sobre la gramática sánscrita y la filosofía lingüística. El chino I-tsing, que peregrinó a India en el siglo VII, dice de él que era budista (afirmación que niega el contenido de su obra) y que habría fallecido hacia el año 651. Una leyenda lo convierte en rey de Mâlavâ, en el siglo VII, que habría renunciado al trono y se habría hecho asceta tras la muerte de su esposa favorita, según unas versiones, o por la traición de su amada, según otras. Otros lo hacen hijo de un brahmán y de una mujer de casta baja, y le atribuyen la autoría de la Centuria de la renuncia. Según la opinión más generalizada, habría vivido a finales del siglo IV e inicios del V.
La tradición lo considera autor de Satakatraya, denominación global de una obra de poesía sánscrita conocida también como Trisati, Las tres centurias, formada por tres colecciones de unas cien estrofas cada una: Centuria de la conducta, Centuria de amor y Centuria de la renuncia. La primera y la tercera tratan de cómo debe ser la conducta del sabio en el cumplimiento del deber moral.
Respecto a Centuria de amor, sus poemas oscilan entre el erotismo más exaltado y la radical condena de los placeres del amor. Es decir, que, como se afirma en el libro, el hombre se ve obligado a elegir entre dos opciones:
La descripción de la mujer, con sus ojos de gacela o de nenúfar, su rostro de loto, o los pliegues de su vientre, actúa como polo de oposición a la vida ascética en el bosque, la otra opción posible para el hombre.En sus composiciones se distinguen los siguientes temas: el poder de las mujeres, sus armas de seducción: su voz, su forma de andar, su cabello, su rostro, sus ojos y, sobre todo, sus miradas; la unión de los amantes, la culminación del amor; las dos alternativas: el amor y la renuncia; censura de las mujeres y de sus amantes; alabanza de los que son capaces de abstenerse de los placeres; la inconstancia en la renuncia, y las estaciones del año y el amor.
La poesía de Bhartrihari se inscribe dentro de la tradición de poemas breves, y el tipo de composición habitual es la stanza o estrofa de cuatro versos, que obliga a la condensación. Eugenio R. Luján indica que "los tres primeros versos se van cuajando de alusiones que no acaban de dar todas las claves interpretativas del texto hasta que el último [...] viene a aclarar qué es aquello a lo que realmente se está aludiendo". El estilo es recargado, con abundancia de figuras retóricas y juegos de palabras, además de un gusto quizá exagerado por la alusión indirecta y, por tanto, un empleo profuso de perífrasis rebuscadas. Se trata de una poesía muy culta, al alcance solo de un público de amplia formación.
[La información está tomada, fundamentalmente, de la introducción de Eugenio R. Luján]
lunes, 22 de mayo de 2017
Encuentro con la escritora Teresa Garbí
Día
8 de mayo de 2017
Sesión
de “Leer juntos hoy”
El lunes 8 de mayo de
2017 tuvo lugar la sesión de “Leer juntos hoy” en la Biblioteca del IES “Goya”,
que contó con la asistencia de la autora de Sakkara,
Teresa Garbí, venida desde Valencia para esta reunión.
Tras unas palabras introductorias, a lo largo de dos horas, el grupo de lectura del IES “Goya” –del que forman parte antiguos compañeros de Universidad de la autora– tuvo la oportunidad de departir animadamente con Teresa Garbí, quien respondió ampliamente a todas las preguntas que se le formularon.
Tras unas palabras introductorias, a lo largo de dos horas, el grupo de lectura del IES “Goya” –del que forman parte antiguos compañeros de Universidad de la autora– tuvo la oportunidad de departir animadamente con Teresa Garbí, quien respondió ampliamente a todas las preguntas que se le formularon.
Así, confirmó que, tal y
como sugerían algunos de los presentes, los relatos que componen este libro
están íntimamente ligados a su biografía. Sorprendió explicando que incluso
aquellas historias más alejadas en el tiempo y en el espacio, como Caín y Abel –que cuenta un episodio de la guerra civil española de
1936– o El color de las grosellas –que
narra la muerte de un niño judío a manos de los nazis en un lugar de Baviera– remiten a
experiencias familiares.
Respondió también a las
preguntas sobre “L.”, el personaje de nombre misterioso y de inequívocas
resonancias kafkianas, que protagoniza Parada
en blanco y La masa gris. Es un
personaje que pertenece a su mundo narrativo desde hace años. Lo creó para el
relato titulado La noche blanca, que
aparece en su libro El bosque de Serbal
y tiene la particularidad de que tras su inicial se desarrollan personajes
tanto masculinos como femeninos.
Ante varios comentarios
referidos al cuento titulado La masa gris,
la autora desveló que se trataba de un sueño, una pesadilla más bien, que tenía
con frecuencia en su infancia y que, por fin, ha materializado en las palabras con
las que ha compuesto esta historia inquietante.
Aclaró, asimismo, que el
personaje del profesor de Literatura que protagoniza Un montón de arena, si bien guarda similitud con algún personaje
real perteneciente a su ámbito laboral en Valencia, quiere ser realmente la
suma de muchos buenos profesionales entregados a la difícil tarea de revivir la
Literatura de épocas pasadas y emocionar a un joven auditorio actual.
La sesión con la
escritora zaragozana resultó entrañable y muy amena. Las dos horas, entre
preguntas y comentarios, pasaron volando. Y al finalizar, se le hizo entrega de
una pieza de Cerámica de Teruel con la firma de Goya como recuerdo. Por su
parte, Teresa Garbí hizo entrega de varios libros firmados para la Biblioteca
del Instituto.
De todo ello da cuenta el
reportaje gráfico realizado por Lola Gómez, que recoge los momentos más
significativos de este grato encuentro literario.
Francisca
Soria
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