EL BLOG DE LA BIBLIOTECA "IRENE VALLEJO" DEL IES GOYA DE ZARAGOZA


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domingo, 29 de junio de 2014

"Mi ventana se asoma a Regent's Park", de Ana María Navales

Apunte de Inmaculada  Martín


Mi ventana se asoma a Regent’s Park.
Soy esa piedra que nace junto al hombre,
un ojo tras otro por el camino
de luciérnagas estériles. Gotea su llanto
sobre el césped oscuro de mi piel,
y muere en la curva del día
a las puertas del infierno.
Perdidos estamos en la mirada de la fuente,
abriendo en el agua estelas de palabras.
Extraños, moribundos,
pájaros secos entre hileras de sombras,
dóciles al oleaje del vino y al recuerdo
que adorna la tarde de frágiles tormentas.
El viento derriba biombos y nombres
desencadena las hojas, despeina el río,
corre hacia mí, enamorado y solo,
aulla lenguajes clandestinos. Arranca mi vida
y deposita en el horizonte su fuego
de sedientas palomas olvidadas.

Ana María Navales, de Los labios de la luna, 1987

Ana María Navales (Zaragoza, 1939-Borja, 2009). Poeta, narradora y ensayista. Doctora en Filosofía y Letras por la universidad de Zaragoza, en cuya facultad de Filosofía y Letras fue profesora de Literatura hispanoamericana. Fundó y dirigió la revista 'Albaida'. Fue codirectora de la revista 'Turia', del Instituto de Estudios Turolenses. 

Es autora de   poemarios como En las palabras (1970), Junto a la última piel (1973), Restos de lacre y cera de vigilias (1975), Del fuego secreto (1978, premio San Jorge de poesía), Mester de amor (1978, accésit de Adonáis), Tentación de la sombra (1980), Los espías de Sísifo (1981), Nueva y vieja estancia (1982, premio José Luis Hidalgo), Los labios de la luna (1987), Los espejos de la palabra (1991), Hallarás otro mar (1993) y Lo que la vida oculta (2004). Travesía del viento (Poesía 1978-2005) reúne su obra poética casi completa, de la que la escritora eliminó sus tres primeros libros , además de otros poemas. Las constantes en su poesía, en opinión de la autora, son "la ironía, un sensible intelectualismo, una dominada subjetividad y, más allá de un aparente desarraigo en soledad, la poesía es para mí un camino de integración con los seres y las cosas. Podemos añadir vitalismo, intimismo, despegue de un heterodoxo surrealismo que quizá se advierta al principio de mi trayectoria."

Como narradora, ha publicado los libros de relatos Dos muchachos metidos en un sobre azul (1976, dos de cuyos cuentos fueron galardonados, respectivamente, con el premio Mor de Fuentes 1975 y el premio Silarus 1975 en Italia), Paseo por la íntima ciudad y otros encuentros (1987), Cuentos de Bloomsbury (1991, 1999, 2003), Zacarías, rey (1992), Tres mujeres (1995) y Cuentos de las dos orillas (2001), además de las novelas El regreso de Julieta Always (1981), La tarde de las gaviotas (1981) y El laberinto del Quetzal (1985, premio Antonio Camuñas 1984).

En 2001, el Gobierno de Aragón le concedió el Premio de las Letras Aragonesas en reconocimiento al conjunto de su obra.

sábado, 28 de junio de 2014

Leer juntos "Etham Frome"

Leer juntos, grupo II:

Sesión de 9 de junio de 2014
Obra: Etham Frome
Autora: Edith Wharton

 
Literatura de la levedad, casi no pasa nada. No hay trama, no hay acción, una historia sencilla.

Pero en ese “no pasar nada” de la vida rural en la América profunda de finales del s. XIX se desencadena el gran drama vital: el amor prohibido, la ruptura y el desenlace. Y la mayor tragedia, el final no deseado.

La novela trascurre en una pequeña y fría ciudad del estado de Massachusetts, en pleno invierno, cuando la nieve es el único elemento luminoso del paisaje y las comunicaciones cierran la comunicación de las personas. Una vida sencilla, aparentemente placentera, de acuerdo con las normas y cánones establecidos en la comunidad, se trunca por un extraño y no explicado accidente. Tres personas quedan profundamente dañadas, aunque su vida sigue largamente.

Los primeros hechos de la novela nos los cuenta un observador externo. Un “transeúnte” que pasaba por allí y conoce al personaje, Etham Frome, y circunstancialmente, también por causa de la nieve, su entorno, dos mujeres enfermas, inválidas, a su cargo y cuidado. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

La segunda parte, el núcleo de la novela, nos lo cuenta un narrador omnisciente que nos va descubriendo la realidad. Nadie más lo puede contar, pues nadie más  conoce  la verdad, aunque intuya los sentimientos. Este narrador es el alter ego del protagonista, pero no es él pues él nunca contaría su historia, una historia acorde a la naturaleza humana, pero terriblemente confrontada con las normas de la vida de una aldea rural. La propia autora explica en un prólogo por qué no pueden explicar la historia los vecinos del lugar y los conocidos de los protagonistas. Desconocen los hechos, no saben lo que sucedió y por qué.

El observador vuelve al final de la novela a presentar la conclusión. Ha comprendido el drama. Ha triunfado el destino, la bondad y también el amor.

La autora, Edith Wharton (Edith Newbold Jones, 1862 –1937), pertenecía a una acomodada familia de Nueva York. Casada convenientemente, se divorció posteriormente y llevó, posteriormente, una vida independiente entre Estados Unidos y París. Escribió la novela Etham Frome en 1911, poco antes de su divorcio y en 1921 ganó el Premio Pulitzer por La edad de la inocencia (dominaba la lengua francesa y escribía habitualmente en los dos idiomas, francés e inglés). Posteriormente fue tres veces nominada al Premio Nobel. Una constante de su obra es la crítica a la conservadora y retrógrada sociedad decimonónica, personificada en la alta burguesía o en la intransigente sociedad rural, a la que retrata magníficamente en esta novela.

Dos de sus novelas fueron llevadas al cine: Etham Frome (John Madden, 1991) y La Edad de la Inocencia (Martin Scorsese, 1993). Casi un siglo después de ser escritas y de la vida de la autora, este hecho demuestra la trascendentalidad e intemporalidad de su literatura.

Como siempre un animado debate acompaño a la presentación de la novela. Acuerdo unánime en la facilidad y agrado de la lectura, en la sensación primera de sencillez y facilidad, y la enorme cantidad de ideas y pensamientos tras su final.

Con esta novela dimos por concluido el curso 2013-2014 y nos emplazamos de nuevo para el próximo mes de septiembre.

Adjunto la valoración incluida en la Memoria de esta actividad:

En el grupo II queremos destacar la interesantísima aportación de los alumnos asistentes. La interacción “generacional” (alumnado, profesorado, familias, profesoras jubiladas), basada en el respeto, la confianza y un alto nivel intelectual, convierte nuestra tertulia literaria en una fuente de conocimiento, reconocimiento, relación y amistad.
Nuestra valoración del desarrollo de la actividad, en su conjunto, ha sido muy positiva.

                                                                                                                 Concha Gaudó

jueves, 26 de junio de 2014

¿Qué leer este verano?

Si estás preparando tus vacaciones y no has decidido todavía qué libros incluir en la maleta, El hacedor de sueños te presenta su propuesta de lecturas para este verano y te recuerda que no cerramos por vacaciones. Seguiremos en contacto si tú quieres y te  invitamos a enviarnos tus   propias propuestas u opiniones sobre tus  lecturas más recientes.

Un año más te deseamos FELIZ VERANO Y FELICES LECTURAS. 





martes, 24 de junio de 2014

"La evolución de Calpurnia Tate", de Jacqueline Kelly

La evolución de Calpurnia Tate, de Jacqueline Kelly, es uno de esos libros que te marcan y te hacen pensar en los pequeños detalles que contiene la vida y que muchas veces no apreciamos,  a pesar de que son los que nos hacen más felices.

Jacqueline Kelly, escritora neozelandesa, nació en 1964 y estudió medicina y abogacía antes de dedicarse a la escritura. Esta fue su primera publicación, la cual le hizo conseguir un gran éxito internacional.

En la portada se distingue la silueta de una niña, remarcando elementos como el delantal que lleva sobre el vestido, prenda típica del siglo XIX en las mujeres, y el cazamariposas que sostiene en la mano derecha, ligeramente escondido detrás de ella debido a las críticas de la mujer en la ciencia. La niña se encuentra rodeada de naturaleza y se aprecian elementos como un microscopio, un tarro y un cuaderno en la parte inferior del dibujo.

En el marco espacio-temporal se describe una ciudad de Texas llamada Caldwell, situada en el condado de Fentress. La historia se desarrolla durante el verano de 1899.

La historia gira alrededor de una familia de siete hermanos de los que Calpurnia Virginia Tate (Calliee Vee) es la menor. Aparece repetidamente su hermano mayor, quien adquirirá mayor importancia conforme avance la historia; pero no es uno de los personajes más importantes, sino que este lugar lo ocupa su abuelo, el capitán Walter Tate, superviviente de la guerra de Secesión, actual miembro de la “Natural Geographic Society.” Su madre, obsesionada con instruir a su hija para que sea una señorita, hace todo lo posible para que aprenda a coser, cocinar y tocar el piano; Calpurnia (una niña de doce años contraria  a esas actividades, que le parecen aburridas) decide buscar otra alternativa a la que dedicarse.

Calpurnia siente una irresistible curiosidad por lo que hay en el laboratorio de su abuelo, el cual se pasa la mayoría de su tiempo metido ahí, investigando algo que parece ser muy importante. Calpurnia, aburrida de sus tareas de señorita,  se atreve a cruzar la línea entre lo convencional y lo extraordinario.

Al principio el abuelo se muestra adusto hacia la niña, pero poco a poco irán conectando de una manera especial; Calpurnia se adentra en un mundo singular en el que la naturaleza, las especies y subespecies cobrarán un papel muy importante. El abuelo, fiel seguidor de Charles Darwin, intentará inculcarle los valores que este naturalista propone, a pesar de que la sociedad no concibe el evolucionismo como algo viable. Abuelo y nieta, después de muchos días de investigación, descubren una nueva especie de mariposa a la cual el abuelo le pone el nombre de su nieta en su honor.

A pesar de no ser un best-seller con una trama previsible y personajes estereotipados como el héroe o antihéroe, merece la pena leerlo ya que ofrece una temática completamente diferente y una visión nueva de la vida,  enseñándonos que tenemos que perseguir aquello que nos haga felices, sin importarnos los juicios que los demás hagan sobre nosotros. Mi personaje favorito es el abuelo, pues se dedica completa y enteramente a lo que le apasiona, la ciencia, y no deja de luchar hasta que consigue su objetivo, acompañado de su nieta, la cual hasta entonces era un miembro más de la familia.

                                                                                          Isabel Gil de la Fuente, 1º Bachillerato F

Aquí puedes ver el tráiler del libro preparado por Clara Berges:

domingo, 22 de junio de 2014

"Desde aquella mañana", de Clara Janés



Desde aquella mañana
estoy corriendo
camino de Praga.
Se me caen los días de las manos,
me resbala la vida,
y siento
que el universo
recoge para mí sus estaciones,
el viento del otoño,
las nieves y los fríos del invierno
doblados como sábanas
en el armario oscuro
del devenir.
Busco en mi propia imagen la belleza de antaño,
y voy tirando al paso
los gestos que no tienen
la pura transparencia de la flor del almendro.
Deshilo los ropajes que me esconden,
me deshago del lastre de mi cuerpo.
Quiero llegar desnuda,
para que nada entorpezca nuestro encuentro.
Vacía de mí misma,
para acoger todo tu sufrimiento.

Y me viene todo el llanto
a los ojos
al pensar en tu puerta
cerrada de tres vueltas.

      Clara Janés, de Kampa, 1986



Clara Janés Nadal (Barcelona, 1940), hija del editor y poeta Josep Janés, es licenciada  en Filosofía y Letras, carrera que inició en Barcelona y concluyó en Pamplona, y Maître ès lettres en literatura comparada por la Sorbona. Ha cultivado géneros tan diversos como el teatro, la narrativa, el ensayo, la biografía o la crítica literaria, pero es conocida fundamentalmente por su obra poética y por su excelente labor como traductora, en especial de los poetas checos Vladimir Holan y  Jaroslav Seifer. Ha vertido también al castellano a Marguerite Duras, Nathalie Sarraute, Katherine Mansfield y William Golding, así como a poetas turcos y persas. Su labor de difusión de la poesía turca fue reconocida en 1992 con el premio de la Fundación Tutav, de Turquía. En 1997 recibió el Premio Nacional de Traducción por el conjunto de su obra.

Las clases de literatura de José Manuel Blecua Teijeiro (1913-2003) , en especial  la lectura de un poema de san Juan de la Cruz, fueron el desencadenante   de su vocación poética. Clara Janés concibe la poesía como canto, como ritmo que vincula al yo poético con la naturaleza, pero al que se accede por el silencio. Su poesía, caracterizada por la sutileza y la desnudez ornamental, ha sido traducida a más de veinte idiomas y reconocida con premios como el Ciudad de Barcelona 1983 por Vivir, el Ciudad de Melilla 1998 por Arcángel de sombras, el Gil de Biedma  por Los secretos del bosque o el de Universidad de León por Épsilon o el jardín de las delicias (2014). Su producción poética se encuentra recogida, entre otros,   en los siguientes volúmenes: Las estrellas vencidas (1964), Límite humano (1974), En busca de Cordelia y Poemas rumanos (1975), Antología personal (1979), Libro de las alienaciones (1980), Eros (1981), Kampa (1986), Fósiles (1987), Rosas de fuego  y Diván del ópalo de fuego (1996), La indetenible quietud (1998), El libro de los pájaros (1999) y Paralajes (2002).

Kampa, un largo poema de amor al maestro Vladimir Holan*  (1905-1980), toma su título del nombre de la isla de Praga donde el poeta  vivía recluido junto a su esposa, desde que el régimen comunista de su país prohibiera su obra en 1948. Cuando Clara Janés conoce la obra de Holan llevaba seis años sin escribir: en 1971, cae en sus manos el libro del poeta checo  Una noche con Hamlet y otros poemas, por el que queda fascinada, lo que la impulsa a escribir de nuevo y a ponerse en contacto con él. En La voz de Ofelia, la escritora explica la especial relación que se trabó entre ambos, que va desde el silencio inicial  de la  primera visita en 1975, pues hablaban idiomas distintos, hasta la plena identificación (Janés llega a desear que su carne y su sangre sean sustituidas por las de Holan). Aprende checo y traduce al castellano los poemas de Holan. Después lo visitó varias veces, la última en 1979. En esta ocasión, el poeta, ya muy enfermo, se niega a recibirla, pero su mujer le entrega  el poema inédito "Una noche con Ofelia", escrito por Holan en 1972, antes de conocerla. Cuando lo lee,  Clara Janés descubre  que Holan había intuido la existencia de la escritora y el encuentro de ambos antes de que se produjera: la Ofelia de Holan es de Barcelona  ("Ofelia soy yo", dice la autora) y una noche sale del Orfeó Catalá para ir a su encuentro y entregarle una conchas marinas, como las que le lleva Clara Janés en esta visita para acompañar unos versos.   Janés considera  a Holan un aliento vivificador, el Orfeo que  saca de los infiernos del alejamiento de la poesía a Clara/ Eurídice y provoca en ella una auténtica resurrección poética.

Puedes escuchar otro poema de Kampa, cantado por Clara Janés:


jueves, 19 de junio de 2014

Toma y lee: libros seleccionados

Foto: André Kertész


Libros seleccionados por los alumnos de 3º D del IES Goya que participaron en el programa TOMA Y LEE1

Os ofrecemos la lista de libros seleccionados por los alumnos de 3º D del IES Goya que participaron en el programa Toma y Lee. Hemos incluido fragmentos de las reseñas de los editores o de algunos blogueros. ¿Te apetece leer alguno este verano? Puedes encontrarlos en la biblioteca del instituto. ¡Que los disfrutes!

1.- David Lozano, Hyde
Un grupo de estudiantes ha sido seleccionado para formar parte de un experimento: el proyecto Hyde. Deberán convivir en un gran caserón apartado del mundo durante una semana sometidos a una terapia subliminal aparentemente inofensiva. Pero cuando se produce el primer asesinato, todo se dispara bajo un ritmo frenético de persecución y sospecha.
2.- Daniel Handler, Y por eso rompimos
La relación de Minnie y Ed ha terminado. Después de tanto tiempo, de tantas experiencias juntos, ella ha decidido ponerle punto y final a su noviazgo. Y para que quede claro que no existen dudas al respecto, ha decidido devolverle a Ed todos los objetos que, mientras estuvieron juntos, ella recopiló con ilusión y cariño, y que ahora solo le provocan dolor. Junto a ellos, incluye además una carta donde le explica las razones de su decisión mientras va deshilachando poco a poco los recuerdos de todo el tiempo que pasaron juntos.
3.- Ramson Riggs, El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares
Jacob creó un vinculo muy especial con su abuelo, que le contaba extrañas historias y le enseñaba fotografías de niñas levitando y niños invisibles. Ahora, siguiendo la pista de una misteriosa carta, emprende un viaje hacia la isla remota de Gales en la que su abuelo se crió. Allí, encuentra vivos a los niños y niñas de las fotografías aunque los lugareños afirmen que murieron hace muchos años.
4.- Patrick Carman, Skeleton creek, El diario de Ryan 1
Ryan rozó el misterio y a punto estuvo de morir. Ahora está atrapado en su casa. No puede confiar en nadie, ni siquiera en sí mismo. Sus padres le han prohibido ver a Sarah, su mejor amiga, así que mientras Ryan, solo y aislado, trata de escribir todo lo que está ocurriendo, ella vuelve a investigar, arriesgando su vida para alcanzar la verdad. Para comunicarse con su mejor amigo, Sarah filma vídeos de todo lo que averigua y luego le manda a Ryan contraseñas para que él pueda verlos por Internet. Los dos juntos descubrirán que el pasado es peligroso, que el presente está lleno de trampas y que el futuro es mortal.
5.- Elizabeth Eulberg, El club de los corazones solitarios
Si la protagonista se llama Penny Lane, sus hermanas son Lucy (In the sky with diamonds) y (Lovely) Rita, sus padres se conocieron el día del asesinato de John Lennon y son vegetarianos convencidos porque Sir Paul McCartney lo es, y el club que da título al libro viene de la canción Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, es de suponer que el espíritu de los cuatro de Liverpool impregne las páginas de esta historia, ¿verdad? En cierto modo, así es, pero lo más valioso de la novela de Elizabeth Eulberg no son las canciones de The Beatles, es la lección sobre amistad y superación que transmite.
6.- Orson Scott Card, El juego de Ender,
La Tierra se ve amenazada por los insectores, una raza extraterrestre completamente ajena a los humanos, a los que pretende destruir. Para vencer a los insectores es necesario un nuevo tipo de genio militar, y por ello se ha permitido el nacimiento de Ender, quien en cierta forma constituye una anomalía viviente: es el tercer hijo de una pareja en un mundo que ha limitado estrictamente a dos el número de descendientes. El niño Ender deberá aprender todo lo relativo a la guerra en los videojuegos y en los peligrosos ensayos de batallas que realiza con sus compañeros.
7.- Ricardo Gómez Gil, Juegos, inocentes juegos (XIII Premio Alandar)
¿Hasta qué punto son diferentes el mundo real y el virtual? Sebastian se hace esta pregunta día tras día. Él es un chico como cualquier otro: discute con su madre, sale con sus amigos, quiere tener novia…; sin embargo, hay una cualidad que le diferencia del resto de personas: es un verdadero experto en videojuegos. Esta afición le hace aceptar una extraña pero atractiva oferta: probar simuladores a cambio de dinero. Lo que él no sabe es que lo que sucede en su ordenador es real y que los drones que pilota están matando a gente inocente.
8.- José Antonio Cotrina, La canción secreta del mundo.
Ariadna es un misterio para todo el mundo, incluso para sí misma. ¿Por qué su ojo izquierdo es completamente negro? ¿Cómo pudo ser rescatada inconsciente de un incendio sin ninguna quemadura? ¿Está en peligro la gente que la rodea? Su familia la adora pero ella no recuerda absolutamente nada de su vida anterior a los catorce años. Sabe que la encontraron en una casa abandonada que se había incendiado, llena de cadáveres y que fue la única superviviente. Evan, un joven misterioso que parece conocerlo todo sobre Ariadna, aterriza en su vida y la pone patas arriba, haciendo que ella se cuestione todo lo que cree y lo que es ahora. Porque la Ariadna que le pinta Evan no es la que ella esperaba.
9.- Sarah Mlynowski, Diez cosas que hicimos y que probablemente…
Si tuviese la oportunidad, ¿qué chica de dieciséis años no se mudaría con su mejor amiga para vivir lejos de sus padres? Eso mismo pensó April aunque para conseguirlo tuviese que contar una pequeña mentira. Pero ella y su compañera de piso, Vi, se creen totalmente responsables y capaces de cuidar de ellas mismas. April, una chica que no dispone de demasiada libertad se encuentra, de repente, con toda la del mundo, y aprovecha para hacer realidad algunos de sus deseos... solo que muchas veces hay que tener cuidado con lo que se desea...



1Toma y Lee es un programa de animación a la lectura patrocinado y coordinado por el Departamento de Educación del gobierno de Aragón y realizada por Página Trece S.L con la colaboración de Librería París S.L.

domingo, 15 de junio de 2014

"Carta a Georgina Hübner en el cielo de Lima", de Juan Ramón Jiménez



CARTA
A GEORGINA HÜBNER
EN EL CIELO DE LIMA

                      … Pero a qué le hablo a usted de mis pobres
               cosas melancólicas; a usted, a quien todo sonríe?
                    … con un libro en la mano, ¡cuánto he pen-
 sado en usted, amigo mío!
                  … Su carta me dio pena y alegría; ¿ por qué
             tan pequeñita y tan ceremoniosita?

                        Cartas de Georgina al poeta.—Verano de 1904.


El cónsul del Perú me lo dice: “Georgina
Hübner ha muerto”…
                                       ¡Has muerto! ¿Por qué?
                                                     [¿cómo? ¿qué día?
¿Cual oro, al despedirse de mi vida, un ocaso,
iba a rosar la maravilla de tus manos
cruzadas dulcemente sobre el parado pecho,
como dos lirios malvas de amor y sentimiento?
…Ya tu espalda ha sentido el ataúd blanco,
tus muslos están ya para siempre cerrados,
en el tierno verdor de tu reciente fosa,
el sol poniente inflamará los chuparrosas…
¡ya está más fría y más solitaria La Punta
que cuando tú la viste, huyendo de la tumba,
aquella tarde en que tu ilusión me dijo:
“¡Cuánto he pensado en usted, amigo mío!”…

   ¿Y yo, Georgina, en ti? Yo no sé cómo eras…
¿Morena? ¿Casta? ¿Triste? ¡Sólo sé que mi pena
parece una mujer, cual tú, que está sentada,
llorando, sollozando, al lado de mi alma!
¡Sé que mi pena tiene aquella letra suave
que venía, en un vuelo, a través de los mares,
para llamarme “amigo”… o algo más…no sé…
algo que sentía tu corazón de veinte años!

—Me escribiste: “Mi primo me trajo ayer su libro”…

—¿Te acuerdas? —Y yo, pálido: “Pero… ¿usted
                                                          [tiene un primo?”

   Quise entrar en tu vida y ofrecerte mi mano
noble cual una llama, Georgina… ¡En cuantos barcos
salían, fue mi loco corazón en tu busca…
yo creía encontrarte, pensativa, en La Punta,
con un libro en la mano, como tú me decías,
soñando, entre las flores, encantarme la vida!…

   Ahora, el barco en que iré, una tarde, a buscarte,
no saldrá de este puerto, ni surcará los mares,
irá por lo infinito, con la proa hacia arriba,
buscando, como un ángel, una celeste isla…
¡Oh, Georgina, Georgina! ¡Qué cosas!… mis libros
los tendrás en el cielo, y ya le habrás leído
a Dios algunos versos… tú hollarás el poniente
en que mis pensamientos dramáticos se mueren…
desde ahí, tú sabrás que esto no vale nada,
que, salvado el amor, lo demás son palabras…

   ¡El amor! ¡El amor! ¿Tú sentiste en tus noches
el encanto lejano de mis ardientes voces,
cuando yo, en las estrellas, en la sombra, en la brisa,
sollozando hacia el sur, te llamaba: Georgina?
Una onda, quizás, del aire que llevaba
el perfume inefable de mis vagas nostalgias
¿pasó junto a tu oído? ¿Tú supiste de mí
los sueños de la estancia, los besos del jardín?

   ¡Cómo se rompe lo mejor de nuestra vida!
Vivimos… ¿para qué? ¡Para mirar los días
de fúnebre color, sin cielo en los remansos…
para tener la frente caída entre las manos,
para llorar, para anhelar lo que está lejos,
para no pasar nunca el umbral del ensueño,
ah, Georgina, Georgina! ¡Para que tú te mueras
una tarde, una noche… y sin que yo lo sepa!

   El cónsul del Perú me lo dice: “Georgina
Hübner ha muerto”…
                                       Has muerto. Estás, sin alma,
                                                                         [en Lima,
abriendo rosas blancas debajo de la tierra…

   Y si en ninguna parte nuestros brazos se encuentran,
¿qué niño idiota, hijo del odio y del dolor,
hizo el mundo, jugando con pompas de jabón?

                               Juan Ramón Jiménez, de Laberinto (1910-1911) 

Laberinto está dividido en seis secciones, cada una dedicada a una mujer distinta. El poema elegido es el sexto de  "Tesoro", sección dedicada a Graciella, hermana de una mujer puertorriqueña  a la que conoció el poeta cuando estudiaba en la universidad de Sevilla. "Carta a Georgina Hübner en el cielo de Lima" es  el poema más conocido, debido quizá al motivo que lo originó, pues  en su génesis se borran los límites entre la realidad y la ficción. 

En 1903 Juan Ramón había publicado Arias tristes, que, acogido con entusiasmo por la crítica, divulgó la fama del poeta por todo el mundo de habla española. Los poemas de este libro fueron apareciendo en Blanco y Negro, donde los leyeron los jóvenes peruanos Carlos Rodríguez Hübner  y José Gálvez. Deseosos, según explicaron más tarde, de hacerse con un ejemplar  del poemario, se sirvieron de una joven imaginaria que en cartas dirigidas al autor le revela la profunda impresión que le habían causado sus versos y termina pidiéndole un ejemplar del mismo. Georgina era el nombre atribuido a la joven y también el de una prima de Carlos  Rodríguez Hübner, que colaboró en el engaño, según Howard T. Young, si bien no está claro si la autora de las cartas fue la propia Georgina u otra persona (probablemente, el poeta Gálvez, capaz de encontrar el tono adecuado  para  mantener el interés de Juan Ramón). 

El poeta de Moguer, que se enamoraba con facilidad, cayó en la trampa y pronto mostró su deseo de viajar a Lima para conocer a su admiradora. La alarma causada por el anunciado viaje, llevó a Georgina a pedir a los jóvenes que pusieran fin al engaño. Estos, después de tres cartas en las que se informaba de que Georgina, enferma de tisis, se había refugiado en un lugar de veraneo llamado La Punta, y un silencio de varios meses, decidieron poner fin a la existencia de Georgina. Efectivamente, cuando el cónsul de Perú en Sevilla decidió hacer averiguaciones, a petición de Juan Ramón, recibió un telegrama notificándole la muerte de Georgina. La noticia causó profunda impresión en el poeta y le inspiró este poema. Tres frases de la última carta son, precisamente, las que sirven de epígrafe al poema.

Cuando más tarde Juan Ramón descubrió el engaño, decidió olvidarse del asunto. Posteriormente, ya en el exilio y con la perspectiva que da el tiempo, escribió en La Prensa: "En suma, yo tuve una gran ilusión y escribí un poema que se hizo famoso y que Neruda aprovechó bastante en sus versos de aquella época y en otros de después. Nada me pesa el engaño, ya lo saben Georgina Hübner, los que participaron en la farsa y la exquisita escritora de las epístolas, que tengo a su disposición." Y en Vida (2014), su autobiografía, reconoce: "Sea como sea yo he amado a Georgina Hübner, ella llenó una época de vacío y para mí ha existido tanto como si hubiera existido. Gracias, pues, a quien la inventara".

El escritor santanderino Juan Gómez Bárcena parte de este episodio de la vida de Juan Ramón Jiménez para crear un fresco de la sociedad limeña de principios del siglo xx en su novela El cielo de Lima, cuyo   comienzo reproducimos a continuación:
Al principio es sólo una carta ensayada muchas veces, queridísimo amigo, estimado poeta, muy señor mío; un comienzo diferente para cada pliego que acaba rasgado bajo el escritorio, lustre de las letras españolas, distinguido Ramón Jiménez, admirado maestro, compañero. Al día siguiente la sirvienta mulata barrerá las pelotas de papel esparcidas por el suelo y las confundirá con poemas del señorito Carlos Rodríguez. Pero esta noche el señorito no escribe poemas. Fuma un cigarro tras otro con su amigo José Gálvez y juntos sopesan las palabras precisas con que dirigirse al Maestro. Antes han buscado su último título por las librerías de toda Lima y sólo han encontrado una edición resobada de Almas de violeta, que ya han leído muchas veces y cuyos versos son capaces de recitar de memoria. Y ahora garabatean tantas palabras que un instante después sonarán ridículas, noble amigo, insigne pluma, nuestro más audaz renovador de las letras, acaso usted, en su infinita bondad, no tendría un gesto para con nosotros sus amigos del otro lado del Atlántico, sus fervorosos lectores del Perú —pues ha de saber, don Juan Ramón, que acá seguimos sus versos con una admiración de la que acaso no tenga noticia—; no sería muy inoportuno por nuestra parte rogarle nos hiciera llegar un ejemplar de su último libro, de esas arias tristes suyas imposibles de hallar en Lima; no sería, ah, un abuso esperar esa pequeña atención de usted sin remitirle las tres pesetas de su precio.
   Cuando se cansan beben pisco. Abren las ventanas para asomarse a las calles desiertas. Es una noche sin luna, corre el año 1904; apenas son unos niños de veinte años, con la juventud suficiente para sobrevivir dos guerras mundiales y celebrar el trofeo de Perú en la Copa de América, casi treinta y cinco años más tarde. Pero por supuesto ahora no saben nada de eso. Sólo rasgan un papel tras otro, en busca de unas palabras que saben imposibles. Porque con la última carta arrojada al suelo comprenden por fin  que no conseguirán su ejemplar firmado de Arias tristes por mucho que lo llamen admirado prócer de las letras y honra de España y las Américas; ni una sola línea a vuelta de correo si le confiesan que son sólo dos señoritos jugando a ser pobres en una buhardilla de Lima. Hay que adornar la realidad, porque al fin y al cabo eso es lo que hacen los poetas, y ellos lo son, o al menos sueñan con serlo a lo largo de muchas noches en vela como ésta. Eso es exactamente lo que están a punto de hacer ahora, el poema más difícil, uno que no tenga versos pero sepa conmover el corazón de un verdadero artista.
   La primera vez parece una broma pero luego resulta que no es una broma, uno de los dos dice casi sin pensarlo: sería más fácil si fuéramos una mujer bonita, verías cómo entonces a don Juan Ramón se le iba el alma en contestarnos, esa alma suya de violeta, y entonces se interrumpe de pronto, los dos jóvenes se miran un momento y casi sin quererlo la travesura ya está urdida, ríen, se felicitan por la ocurrencia, intercambian palmadas y vasos de pisco, y a la mañana siguiente se reúnen en la buhardilla con un pliego de papel perfumado, que Carlos se ha acordado de robar del escritorio de su hermana. Es también el propio Carlos quien escribe; tantas veces se burlaron en el liceo de su caligrafía de mujer, de letras redondas y suaves como una caricia, y por fin ha llegado la hora de sacarle algún partido. Cuando usted quiera, señor Gálvez, dice conteniendo la risa, y juntos comienzan a recitar esas palabras largamente maduradas para las que sólo necesitan papel verjurado y un escribiente con letra de mujer; ese poema sin versos que no recogerá ningún libro pero que está a punto de hacer lo que sólo sabe la mejor poesía: nombrar lo que nunca  antes ha existido y darle vida.
   De esas palabras nacerá Georgina, tímidamente al principio, porque así es como escogen que sea, una jovencita miraflorina que suspira con los versos de Juan Ramón y cuya candidez les hace reír en las pausas. Una muchacha que de tan ingenua sólo puede ser bonita. Es ella la que pide un ejemplar de Arias tristes; ella la que está tan avergonzada por su atrevimiento; ella la que ruega al poeta que la disculpe y la comprenda. Falta la firma y con ella un apellido sonoro y poético, que acuerdan tras un largo debate en el que agotan las bebidas y las pastas: Georgina Hübner. 
                                 (Juan Gómez Bárcena, El cielo de Lima, Salto de página, 2014, pp. 11-13)


sábado, 14 de junio de 2014

Despedida de LEER JUNTOS-ESO

 ACABA EL CURSO LEER JUNTOS –ESO Y SE DESPIDE HASTA SEPTIEMBRE

El pequeño club de lectura de los alumnos de ESO del IES Goya quiere despedirse desde el blog de la biblioteca con un “¡Hasta el próximo curso!”

Con nuestras reuniones periódicas hemos conseguido crear un espacio único y muy nuestro en el que hemos dado cabida al análisis y la reflexión, hemos compartido ideas, sentimientos, e incluso confidencias. Y todo ello mediante un diálogo libre, abierto, sin prejuicios, que ha permitido manifestar dudas, saciar curiosidades, resolver incertidumbres y, sobre todo, conocernos un poquito mejor y pasar momentos muy agradables. Y todo esto en torno a un libro, ¡qué maravilla!, (y a algunas chocolatinas, pastas, chuches…).

A nadie le ha importado que fueses o no el alumno más brillante de la clase, el más o el menor popular, el mejor o el peor deportista. Aquí solo nos importa saber que disfrutas con la lectura y que compartes con nosotros ese gusto por la letra impresa que te lleva a desentrañar fascinantes vidas de personajes de toda índole, a internarte en espacios sugerentemente descritos, a sumergirte en todas las diversas atmósferas recreadas, a empatizar con los demás, esto es, a comprender al ser humano y a reconocernos en todas sus virtudes y mezquindades. Esta es la magia de la literatura.

Comenzamos el curso disfrutando con la actualísima novela juvenil Croquetas y wasaps de la zaragozana Begoña Oro. Nos apasionamos con un clásico, Romeo y Julieta de William Shakespeare, y volvimos a reunirnos para ver fragmentos de la película Shakespeare in love del director John Madden (en la que trabajan los actores Gwyneth Paltrow y Joseph Fiennes). Continuamos con otra novela de éxito internacional, La lección de August, en esta ocasión la autora es americana: Rachel Palacio. Regresamos a las letras españolas con la premiada Una habitación en Babel, de Eliacer Cansino, y finalizamos con otra obra de teatro importantísima e imprescindible para la historia de nuestra literatura del siglo XX: Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo. Combinando y alternando la literatura juvenil con la literatura para adultos, la revisión de los clásicos españoles con la de los universales, el teatro con la novela, o cuestiones tan actuales como la emigración con otras miserias también nuestras como las de la posguerra hemos llegado, sin apenas darnos cuenta, a final de curso. ¡Ah! Y no queremos olvidarnos: también asistimos a la presentación del penúltimo libro de María Frisa, otro de sus 75 consejos.

Mediante el programa de animación a la lectura Toma y Lee, actividad patrocinada y coordinada por el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón y llevada a cabo por Página Trece con la colaboración de Librería París (César Muñío), pudimos conocer numerosos títulos juveniles. El entusiasmo y la pasión con los que Nerea Marco nos presentó los contenidos y la forma de aquellos libros nos contagió de inmediato. Votamos los que más nos gustaron y estos días hemos recibido el resultado de nuestra elección. Hay un poco de todo: novela de misterio, romántica, cercana a la ciencia-ficción, realista o fantástica. Y de entre esos títulos y otros, que no obtuvieron votos pero que a nosotros nos llamaron la atención, hemos elegido ya un par para leer durante estas vacaciones de verano: La canción secreta del mundo de José Antonio Cotrina y Palabras envenenadas de Maite Carranza. Queremos saber por qué el ojo izquierdo de Ariadna es completamente negro y adentrarnos en el mundo de imaginación desbordante de Cotrina. También nos sentimos atraídos hacia esas “palabras envenenadas” que denuncian la hipocresía de una parte de la sociedad y la necesidad de denunciar los abusos a menores. Muchas gracias al Departamento de Educación, a Página trece y, cómo no, a César y Esther de la Librería París.

Y a estas novelas, de nuevo nos gustaría sumar alguna obra literaria de las que sentimos como imprescindibles: ¿Otelo?, ¿El Camino?, ¿El árbol de la ciencia?, ¿El extranjero?, ¿Las brujas de Salem? Nos estamos haciendo mayores pero no tanto como para no seguir atentos a las novedades juveniles: nuestra querida Ana Alcolea acaba de publicar El secreto del galeón. ¡Cuántos proyectos! Pero son ya para el próximo curso porque ahora nos vamos de vacaciones.
    
                                                                                                        Grupo de Lectura

domingo, 8 de junio de 2014

"Canto del sur", de Li Qingzhao





 CANTO DEL SUR

(Nan Ge Zi)


Vía Láctea:

                  río de estrellas

girando por el cielo


          todos los estores se han bajado


el frío va conquistando

      mi lecho y mi almohada

      llenos de lágrimas


        entonces me levanto


me desabrocho el vestido de seda


        solo quiero saber

qué tiempo es ya de la noche


se han desprendido algunos pétalos verdes

      de los lotos que ornan mi ropa

y hay menos filamentos de oro en sus raíces

pero todo es igual que siempre:

        la estación

                                este vestido


únicamente mi pena

         no es la misma de antes.


                   (Li Qingzhao, de Poesía completa. Versión: Pilar Gómez
 España. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2010)

Li Qingzhao, poetisa china de la dinastía Song, vivió entre 1084 y 115o. Nació en una familia de letrados en  Li Cheng (actual Jinan). Estudió historia y literatura china y pronto comenzó a destacar no solo  como escritora, sino también en la interpretación con la lira, la caligrafía, el ajedrez y la pintura. A los 18 años  contrajo matrimonio con el hijo del primer ministro, Zhao Mingcheng,  estudioso y coleccionista de objetos arqueológicos, con quien compartía intereses artísticos. Por su profesión, Zhao viajaba continuamente mientras Li quedaba en casa esperando la llegada de su amado esposo. Sin embargo, esta vida pacífica y armoniosa se vio truncada por la invasión de los soldados de Kin (o Jin), que redujeron su mansión a cenizas. Su esposo murió en 1129 y Li Qingzhao consiguió llegar a Hangzhou, al sur,  con algunas piezas arqueológicas que había conseguido salvar y los borradores de los 'Registros de los Grabados en Bronce y Piedra', acabados por  Zhao en 1117. A la ordenación de estos borradores dedicó la autora algunos años de su vida. 

En su poesía podemos distinguir dos etapas,  separadas por su desplazamiento hacia el sur tras la muerte de su esposo. En la primera, sus poemas hablan de la vida de las mujeres en sus aposentos. Así, "Como un sueño" o "Lamento de un príncipe" describe la vida despreocupada que llevaba en esos momentos, mientras que en otros poemas ("Ebria bajo la sombra de las flores", "Flauta sobre la terraza del Fénix" o "Una ramita de flores de cerezo") expresa sus anhelos de amor o la nostalgia por la ausencia de su amado. Las penurias vitales de la huida y la soledad tras la muerte de su esposo hicieron más profunda su poesía, que refleja la vida en el exilio ("Encantos de la danza budista de una cantora" y "Lenta, lenta canción"), expresa su preocupación por la situación de su país ("La alegría de las eternas uniones") o muestra el dolor causado por el desarraigo en "El orgullo de los pescadores".  Consciente de que los días felices se han evaporado para siempre, expresa en su poemas el sentimiento de fugacidad de la vida frente a la naturaleza, que siempre permanece. Li Qingzhao mezcla los sentimientos con el entorno en una poesía salpicada de citas literarias, pero en la que abundan las expresiones coloquiales y los rasgos propios de la lengua oral, cuyo resultado es de tan extraordinaria belleza que ha hecho que sea considerada la mejor poetisa de la historia de China. 

miércoles, 4 de junio de 2014

Premios Goya 2014



El número 14 de los cuadernos de biblioteca reúne los mejores trabajos presentados a los Premios Goya 2014 en las modalidades de  ensayo, relato y poesía en castellano. Las ilustraciones corresponden a los trabajos premiados en pintura y fotografía .

domingo, 1 de junio de 2014

"Idilio muerto", de César Vallejo


                IDILIO MUERTO

     Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita
de junco y capulí;
ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

     Dónde estarán sus manos que en actitud contrita
planchaban en las tardes blancuras por venir;
ahora, en esta lluvia que me quita
las ganas de vivir.

     Qué será de su falda de franela; de sus
afanes; de su andar;
de su sabor a cañas de mayo del lugar.

     Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje,
y al fin dirá temblando: “Qué frío hay . . . Jesús!”
Y llorará en las tejas un pájaro salvaje.

                      (César Vallejo, de Los heraldos negros, 1918)

Los heraldos negros es el primer poemario publicado por César Vallejo (1892-1938). En él es evidente el influjo del modernismo, tanto en el  lenguaje como en la utilización de imágenes simbolistas; sin embargo, la tendencia a reflejar lo cotidiano en muchos poemas y el empleo de recursos propios de la lengua oral, indican que se aleja ya del Modernismo al uso. Además, en esta obra muestra una sombría visión -el título lo manifiesta simbólicamente- de un mundo donde el ser humano sufre sin encontrar alivio para su dolor.

El poema elegido es una nostálgica evocación de su tierra (el poeta era originario de Santiago de Chuco, en la sierra peruana),  asociada a la figura femenina de Rita, mujer que representa el universo cultural andino,  caracterizada por la dulzura ("sabor a cañas"), la belleza y la gracilidad ("de junco y capulí").  El poeta presenta dos mundos contrapuestos: el mundo rural de la sierra y el mundo urbano donde se sitúa el yo poético (Bizancio es, en realidad, Lima, donde Vallejo intenta olvidar un amor desgraciado). El primero es el mundo del pasado, el paraíso perdido, el lugar del amor, ya muerto para siempre (el título lo indica con claridad); un mundo asociado  a los gratos momentos vividos junto a Rita, añorados pero irrecuperables. Por el contrario, en el presente urbano de Lima el poeta parece dormitar en lugar de vivir, ya que la ciudad le resulta asfixiante y la lluvia empapa su alma de tristeza (el pájaro salvaje que llora parece una alusión al propio poeta). Poco importa quién fue la mujer que inspiró este conocidísimo poema, pero los estudiosos de la obra de Vallejo se han propuesto  averiguarlo: la opinión mayoritaria la identifica con Rita Uceda, madre del revolucionario Luis de la Puente Uceda; según otros, se trataría de Martina Gordillo Peláez, vecina de César Vallejo.

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