Tras la publicación en 2018 de Las cosas como fueron, que reúne la poesía escrita por Eloy Sánchez Rosillo desde 1974, el autor prosigue su andadura con La rama verde, aparecido dos años después. En él están presentes algunos de los temas que siempre le han preocupado, aunque enfocados con mirada distinta, desde la perspectiva que da la edad.
Esas líneas de fuerza que recorren toda la poesía de Sánchez Rosillo y que se manifiestan en este libro en toda su plenitud son: "la suma de emoción y meditación, de memoria y presente, el intimismo y la confesionalidad autobiográfica [...] o el diálogo constante del sujeto y el tiempo que tiende a ser en los últimos libros diálogo entre el sujeto y el mundo", señala Santos Domínguez, quien añade:
Es esta una poesía que se levanta sobre una luz renovada y sanadora, sobre una luz respirada cuyo fulgor se sobrepone a la destrucción y al tiempo. Y en ella la naturaleza, abierta en el mar o doméstica en el jardín, se convierte no en un decorado, sino en el paisaje existencial donde se proyecta la intimidad, igual que el pasado y el presente se iluminan uno a otro en una abolición del tiempo, en un ahora continuo que les da sentido de lo permanente, porque ser es haber sido y "lo importante es vivir, aunque el vivir nos duela, / estar vivos del todo mientras dure la vida."
El poema al que alude "En la mañana inmensa" es "La playa", en el que el presente feliz de una mañana en la playa en compañía de su hijo se contempla como condenado a desvanecerse por efecto del paso del tiempo, como un sueño que no hubiera existido nunca. En el primer poema, por el contrario, ese futuro al que alude el segundo poema se ha convertido ya en un presente en el que no ha ocurrido lo que se temía. Como observa José Luis García Martín, estos dos poemas muestran la evolución del poeta en cuanto a la concepción de la realidad: "La playa", perteneciente a su primera etapa es un poema elegíaco, mientra que el primero, de su segunda etapa, es un poema celebratorio.
¡Muy hermoso! Compruebo que éste es uno de los poetas reunidos en esta colección tuya que más me gustan. Y yo diría que había leído por aquí el poema al que se alude en el comienzo, en el que el padre y el hijo disfrutan en la playa, pero será de otro autor.
ResponderEliminarMás aterrador sería la visión de un futuro en donde quién falta es el hijo.
Carlos San Miguel
Creo que el poema al que te refieres es de Carlos Marzal, "El aprendiz de espumas".
ResponderEliminarAh, pues me parece que sí...ambos padres aprenden de sus hijos. ¡Los dos son estupendos poemas
EliminarCarlos
Subo el poema al que alude Sánchez Rosillo, "La playa".
Eliminar¡Perfecto! Ahora queda todo unido y podemos ver claramente esa evolución del pensamiento del poeta, Pero, por desgracia, la cosa no queda aquí y así; el hijo deberá un día escribir el tercer poema que de fin al tríptico porque el padre ya no podrá hacerlo cumpliéndose al fin ese miedo premonitorio de "La playa", poema del que me ha encantado eso del "ruido oscuro, terrible y velocísimo que hace el tiempo al pasar"
ResponderEliminar¡Gracias por completarlo
Carlos