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domingo, 27 de febrero de 2022

"Ondas de radio", de Raymond Carver

 



ONDAS DE RADIO

Para Antonio Machado

La lluvia ha cesado y ha aparecido la luna.
No entiendo nada de ondas de radio,
pero creo que viajan mejor justo después
de que llueva, cuando el aire está húmedo. En cualquier caso,
ahora podría sintonizar con Ottawa, si quisiera, o con Toronto.
Últimamente, por las noches se me ha despertado
un leve interés por la política canadiense
y sus asuntos internos. Es cierto. Pero lo que buscaba sobre todo
eran sus emisoras musicales. Podría quedarme aquí en la silla
y escuchar, sin tener que hacer nada o pensar.
No tengo televisión y había dejado de leer
la prensa. Por las noches, encendía la radio.

Cuando vine aquí pretendía escapar
de todo. Especialmente de la literatura.
Con lo que conlleva, y lo que sigue después.
Existe en el alma el deseo de no pensar.
De permanecer inmóvil. Junto a ello,
el deseo de ser estricto, sí, riguroso.
Pero el alma también es una zorra ladina,
no siempre de fiar. Y yo lo había olvidado.
Escuché cuando decía: Mejor cantar a lo que ha
desaparecido y no regresará que a aquello que sigue
con nosotros y seguirá mañana con nosotros. O no.
Y si no, bien también.
No tenía importancia, decía, que un hombre cantase.
Esa era la voz que yo escuchaba.
¿Se imaginan que alguien pensara de esa forma?
¿Que todo da igual?
¡Menuda tontería!
Pero yo pensaba esas bobadas por la noche
sentado en la silla mientras escuchaba mi radio.

¡Y entonces, Machado, tus poemas!

Fue casi como ver a un hombre de mediana edad
enamorarse de nuevo. Algo extraordinario,
y también embarazoso.
Tonterías como colgar una fotografía tuya.
Y me llevaba tu libro a la cama
y dormía con él a mano. Una noche un tren
me despertó al pasar por mis sueños.
Lo primero que pensé, con el corazón desbocado
allí en el dormitorio a oscuras, fue:
No pasa nada, Machado está aquí.
Luego pude volver a dormirme.

Hoy cogí tu libro cuando salí a dar
mi paseo. '¡Presta atención!' decías
siempre que alguien te preguntaba qué hacer con su vida.
Así que miré a mi alrededor y tomé nota de todo.
Luego me senté al sol con él, en mi sitio
junto al río donde divisaba las montañas.
Y cerré los ojos y escuché el ruido
del agua. Luego los abrí y comencé a leer
Últimas lamentaciones de Abel Martín.
Esta mañana pensé mucho en ti, Machado.
Y espero, sabiendo incluso lo que sé acerca de la muerte,
que recibieras el mensaje que te dirigí.
Pero si no, no pasa nada. Duerme bien. Descansa.
Espero que tarde o temprano podamos encontrarnos.
Y entonces te contaré yo mismo estas cosas.

(En Todos nosotros, Bartleby, Madrid, 2007. Traducción
de Jaime Priede)

En 1985 el poeta estadounidense Raymond Carver publicó Donde el agua se une a otras aguas, libro en el que incluyó este poema dedicado a Antonio Machado (1875-1939).  En él dialoga con el poeta sevillano para contarle lo que supuso para él descubrir su poesía. Carver sufría una crisis creativa y se había retirado a una casa de campo en la que no tenía televisión y su única conexión con el mundo era la prensa y la radio, que le hacía compañía por las noches. Una de esas noches escuchó a un locutor recitar  unos versos de Machado, del que no había oído hablar hasta ese momento, y experimentó tan profunda impresión (lo compara con el enamoramiento de un hombre maduro), que siempre tenía en su mesita de noche un libro del autor español. Carver se presenta leyendo a Machado y expresa su deseo de encontrase con él en la otra vida.

El pasado 22 de febrero se cumplieron ochenta y tres años del fallecimiento de Antonio Machado.

[Imagen: isostockphoto]

2 comentarios:

  1. Me gusta y me enorgullece esa devoción de un poeta extranjero por nuestro Machado. Aunque me preocupa que el tipo no supiera nada de él porque eso da idea de lo desconocida que es nuestra cultura por ahí. Y eso que se supone que se trata de un señor leído...
    Yo creo que la primera vez que comprendí, me interesó e incluso gocé de la poesía de don Antonio fue en un ejercicio de comentario de texto en 6° de EGB en el que analizamos "Al olmo viejo", al margen de que por fuerza debí de leer antes poesías más aptas para el lector infantil, como el inevitable y hermoso "Recuerdo infantil",que me gustaba mucho. Pero si hay algo muy curioso que recuerdo por su aparente intrascendencia, como algo de lo primero que me llamó la atención de esas lecturas obligatorias escolares, es un breve párrafo que se ponía como ejemplo de que al escribir debíamos buscar la claridad y la sencillez; es un párrafo de "Juan de Mairena" en el que se insta a un alumno a que "traduzca" la frase : "...los eventos consitudinarios que acontecen en la rúe" frente a lo cual, el alumno escribe: "lo que pasa en la calle". ¡Jo, y hace de esto 35 años o por ahí...
    Carlos San Miguel

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  2. Y si me permites, sigo con mis recuerdos escolares relativos a Machado:
    En el año 89 se conmemoró el cincuenta aniversario de su muerte y debió de ser motivo de mucha expectación en el mundo literario, claro...yo cursaba octavo de EGB y en esos días de febrero también lo recordamos saltando el programa para leer alguna cosa suya, su biografía, etc; lo que pasa es que ahora tengo la duda de qué pensaría de todo aquéllo nuestra profesora, -doña Carmen L., que era una monja seglar ,o algo así, ya próxima a la jubilación-. Desde luego, fue muy profesional porque tratamos el tema, aunque no sabría decir el nivel de su entusiasmo... Sea como fuere, yo guardo un buen recuerdo de aquella maestra que no era simpática pero sabía mantener su autoridad, cosa que hoy sería muy necesaria para educar a tanto elemento indisciplinado e irrespetuoso que hay en la juventud actual y que tiene un poder como nunca en la historia.
    Carlos San Miguel

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