Pigeon Island, Santa Lucía
Por el crepitar y el silbo de la palabra "agosto",
como una hoguera en la playa, por el balancearse
de blancos mástiles del puerto deportivo el miércoles
después del trabajo, regresaría y olvidaría las constantes
quejas de qué le falta a la isla, cómo no tiene
las certezas de la urbe: por un pescador que vuelve
a su pueblo con su caña cimbreña y buena pesca
que refulge como arcoíris cuando te la muestra,
por el ascua que de pronto se apaga cual cerilla
cuando el día y todo aquello que éste trajo termina,
por las luces en los muelles, por la primera estrella
que ha hecho que mi amor por la isla nunca haya menguado
mas, donde tú estés, siempre arderá cuando me haya ido,
y por la silueta leonina de Pigeon Island
y tu gato, que de una esfinge asume la postura,
por las extensas, vacías arenas de tu ausencia,
por la palabra "agosto", como un gemir de paloma.
Versión original en inglés:
For the crackle and hiss of the word "August",
like a low bonfire on a beach, for the wriggling
of white masts in the marina on a Wednesday
after work, I would come back and forget the niggling
complaints of what the island lacks, how it is without
the certainties of cities: for a fisherman walking back
to this village with his jigging rod and a good catch
that blazes like rainbows when he shows it to you,
for the ember that goes out suddenly like a match
when the day and all that it brought is finished,
for the lights on the piers and for the first star
for whom my love of the island has never diminished
but will burn steadily when I am gone, wherever you are,
and for the lion's silhouette of Pigeon Island,
and your cat that presumes the posture of
a sphinx and for the long, empty sand
of your absence, for the word "August", like a moaning dove.
De Garcetas blancas. Edición bilingüe. Introducción y prólogo de
Luis Ingelmo, Bartleby, 2010
|
No es agosto el nombre más bonito para un mes, desde luego, y su sonido a no induciría a vacacionear en ninguna parte, pero el poema mola un montón, con esas postales que evoca.
ResponderEliminarCarlos San Miguel