En este poema, escrito cuando tenía más de cuarenta años, Miguel Labordeta rememora su primera juventud, "la edad de nuestro primer amor", rota por el estallido de la Guerra Civil. El poeta, que no toma partido por ninguno de los bandos de la contienda, se erige en voz de su generación, una "generación perdida", y se pregunta "quién nos resarcirá de aquella adolescencia destruida". Este es quizá, en opinión de Miguel Díez R. y Paz Díez Taboada (Antología comentada de la poesía lírica española, 2005), el testimonio lírico "más tremendamente desolado" de entre todos los proporcionados por poetas que vivieron aquella experiencia siendo niños o adolescentes:
Sin ningún signo de puntuación, el poema avanza entrecortado y vacilante, con ritmo sinuoso, entremezclando, en aparente desorden, el asombrado mundo juvenil y los negros brochazos de la insania fraticida.
Hay algo que me llama la atención: dices que el poeta no toma partido pero uno parte de la base de que Miguel Labordeta tenía una ideología liberal (no sé si en lo económico también,pero hablo de política); entonces uno sigue imaginando y ve en los "hombres duros como el sol de verano que ensangrentan la tierra" a los sublevados - por razones de lógica cronológica y por ser Zaragoza zona de triunfo inmediato del bando nacionalista sin que haya una reconquista republicana- pero "tienen prisa por matar para no ser matados" sigue diciendo; entonces da la sensación de que el discurso justifica a los rebeldes en cierto modo... No sé si es un matiz para salvar la censura o es que toma partido por la imparcialidad a nivel subliminal, ciertamente.
ResponderEliminarCarlos San Miguel
El poema "mola" ,si es que es posible aplicar esa palabra a la estremecedora descripción de los sucesos que tuvieron lugar en la Guerra y lo que denuncia.
ResponderEliminarCarlos