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domingo, 12 de febrero de 2017

"Nunca pude llegar al fondo de tus ojos..." de Juan Rejano


Foto: Sophie Thouvenin


XXX

Nunca pude llegar al fondo de tus ojos,
tristes como dos cruces en el páramo,
aunque su fuego todavía me abrasa.
Habitado por ti, lleno hasta el borde
de tu ternura inmensa, enajenado
amante, río cautivo fui siempre. Tu adorable
presencia quise un día trascender: como avaro
del gozo que no tuve, te soñé adolescente,
te imaginé en las horas en que aún se ignoraban
nuestras manos. Anduve, sin plantas, los parajes
por donde el sueño mismo te llevó...
                                                                  Pero nunca,
mientras fuiste la sola certeza de mi vida,
pude llegar al fondo de tus ojos.
La frustración me queda del marino
que navegó las vastas praderas oceánicas
y conocer no pudo su abisal hermosura.

                    De La tarde, 1975

Juan Rejano (Puente Genil, Córdoba, 1903- Ciudad de México, 1976) fue un poeta y periodista español. Pertenece al grupo poético del 27 y es un significado nombre de la poesía en el exilio.
   En 1925 comienza el servicio militar en África, y en 1927, tras la Guerra de Marruecos, se estableció en Málaga, donde trabajó como bibliotecario de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, se casó en 1932 con  Carmen Marchal y nacieron sus dos hijas. Allí trabó amistad con los poetas Emilio Prados*, Manuel Altolaguirre* y José María Hinojosa, quienes encauzaron su vocación poética, y colaboró en la revista Litoral. Durante los primeros años de la República trabajó como secretario de la editorial Cénit, en Madrid, y pasó la Guerra Civil entre Málaga, donde fue subdirector de El Popular, y Valencia, ocupado en tareas de propaganda republicana y como redactor de Frente Rojo, órgano del PCE, en Valencia y Barcelona. 
    Al finalizar la contienda, se vio obligado a exiliarse y, tras un breve paso por campos de concentración franceses, marchó a México, adonde llegó el 13 de junio de 1939 a bordo del buque Sinaia, en un viaje organizado por el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles y por la organización mexicana Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles. Ya en América se volcó en la escritura de poesía, quehacer que compaginó con el periodismo cultural y la crítica literaria. Su labor como periodista está vinculada a El Nacional, de México, en cuyo suplemento cultural (Revista Mexicana de Cultura), que dirigió desde 1947 hasta 1957 y de 1969 a 1975, publicó la serie "Cuadernillos de señales". Dirigió también las revistas Romance (1940) y Ultramar (1947), y colaboró en revistas del exilio español tan significativas como España Peregrina, Cuadernos Americanos, la segunda etapa de Litoral o Las Españas.  Falleció en México el 4 de julio de 1976, cuando estaba preparando su retorno a España.
     De Rejano se ha dicho que se hizo poeta en el exilio fundamentalmente, con títulos como Memoria en llamas (1942), prologado por Pablo Neruda, Fidelidad del sueño (1940-1941), El Genil y los olivos (1944), Fulgor violento (1947), Cantar del vencido (1954), Oscuro límite (1948), Noche adentro (1949), Constelación menor (1950),  Libro de homenajes (1961) y La tarde (1975), entre otros. Una mínima parte de sus poemas son de signo político (Rejano llegó a ser miembro del comité central del PCE): "Oda española a Dolores Ibárruri", "En la muerte de Stalin" o "Canto a la Unión Soviética". Reunió la mayor parte de sus versos en Alas de tierra, Poesía (1942-1973) (México, UNAM, 1975). Después de su muerte aparece en España el volumen La mirada del hombre. Antología (Madrid, Editorial Casa de Campo, 1978), con una selección realizada por el autor de toda su poesía publicada en México y desconocida en España.

*Entradas relacionadas:


Juan Rejano en Venecia, 1964

1 comentario:

  1. Que nunca pudo conocer del todo a su amada, su pasado y su interior, la causa de su triste mirar... ¡Muy precioso e inteligible. Así, sí jeje
    ¿Y nunca sospecharía de la terrorífica verdad sobre Stalin Claro, que es muy fácil hablar a toro pasado y con todo el conocimiento (el real o el difundido interesadamente) que hoy se tiene, pero otros marcaron distancias con Moscú.
    Carlos San Miguel

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