Grupo
de lectura del IES Goya. Zaragoza
Reunión del día 16 Diciembre de 2013.
Obra comentada: Padres e hijos. Novela. Fecha de publicación
1862.
Autor: Ivan Turguenev, 1818-1883.
En las ya numerosas reuniones del grupo a las que he
asistido no creo recordar una obra que haya conseguido semejante unanimidad en
las calificaciones. Es conmovedora, universal, poética, evocadora,…te pone a
pensar…Te trae otro mundo, entero, su mundo, otro tiempo…hasta donde estás
tan ricamente leyendo.
¡Es lo que tienen los
clásicos! ¡Por algo son clásicos! Y en este caso, clásico ruso, además.
El argumento es
aparentemente sencillo. Familia acomodada propietaria de una hacienda. El
padre, viudo, espera impaciente la llegada de su hijo Arkadi al acabar los
estudios que cursa en San Petersburgo. Llega acompañado de un amigo estudiante
de Medicina que se define como nihilista (Basarov) y que pretende la
desaparición de toda norma, autoridad y forma de convivencia tradicional.
Arkadi está subyugado por estas ideas revolucionarias, pero le afloran
fácilmente los sentimientos de apego familiar, de amor…Pronto se ponen de
manifiesto las diferencias generacionales, percibidas por los mayores (aunque
no creáis que tanto, porque padre y tío de Arkadi tenían poco más de 40 años), con
pena y extrañeza porque sus hijos son otra persona que ya no les pertenece y a
quien no pueden guiar. Por su parte los jóvenes ven a sus padres como viejos
carrocillas, con cariño, pero viejos, y pretenden guiarles en la modernidad.
Todo se ha invertido y hay que tomar nuevas posiciones y asumir nuevos papeles.
Conocemos a los padres de Basarov y ocurre lo mismo, pero de forma más brutal
dada la forma de ser y las creencias de este. El libro está plagado de otros
personajes de diversa índole, desde siervos hasta aristócratas y políticos,
pero también analfabetos, intelectuales y pseudointelectuales. Todos ellos
mujeres y hombres. En los ambientes que estos pueblan tenemos la oportunidad de
asistir a la inminente ebullición de un cambio de tipo social, político y
religioso (la servidumbre en Rusia se aboliría poco después; otros cambios
tendrían que esperar). Hay al menos, cuatro historias de amor con diferentes
fortunas y desenlaces. Pero lo más conmovedor lo encontramos en la parte final
del libro. El autor se posiciona claramente al lado de los padres de Basarov,…
y nosotros también. Pero, no se nos niega la oportunidd de entender a Basarov y
por un resquicio se nos cuela la conmiseración hacia este personaje que quiere
y cree en la libertad, en la individualidad y en la destrucción de las ataduras
morales y religiosas con que carga el ser humano. Es nihilista despiadado, pero
muestra un gran componente del romanticismo que todavía coleaba entonces.
El modo narrativo que
utiliza Turgueniev es un estilo libre directo con un narrador omnipresente,
incluso en la mente de los personajes y que habla por ellos sustituyendo a
veces al diálogo. Es además, narrador inductor, porque como hemos mencionado se
“posiciona” de alguna manera afectivamente al lado de ciertos personajes. Lo
que ocurre es que, aunque esto sea así, los personajes que nos presenta no son
de una pieza, sino poliédricos y susceptibles de ser “comprendidos” y esto nos
da libertad para identificarnos o para empatizar con ellos.
Habla Turgueniev de la vida,
de la muerte, de las ideas, de la fugacidad de todo, del paso del tiempo, de
los sentimientos, del amor interesado y desinteresado, de la pobreza, del
desamparo, de la generosidad, de la pena y del devenir.
Por último, quiero traer
aquí un fragmento que viene como anillo al dedo para reflexionar sobre lo que
significan las diferencias generacionales ayer, hoy y siempre. Es de Rosa
Montero. El País, 14.09.97:
Soledad Álvarez“…somos unos ignorantes y no sabemos lo que han hecho, lo que han sentido y han pensado nuestros antecesores. Y así cada mísera reflexión que se nos ocurre se nos antoja nueva y deslumbrante, cuando lo cierto es que no hacemos más que repetirnos.”
“…los avances técnicos se recogen en libros y son transmitidos de padres a hijos, pero parecería que no hay manera de transmitir las búsquedas éticas y los movimientos emocionales. Errores y aciertos quedan atrás, sepultados por el olvido; y cada nueva generación vuelve a empezar, inculta y vanidosa, desde el principio…”
¡Y a esta madre también debisteis premiarla con un sobresaliente jeje
ResponderEliminarCarlos San Miguel