Claribel Alegría, hija de salvadoreña y nicaragüense, es poeta centroamericana nacida en Estelí, Nicaragua, en 1924. Cuando tenía apenas nueve meses, sus padres, que se sintieron amenazados por estar en contra de la ocupación estadounidense de Nicaragua, emigraron a la ciudad salvadoreña de Santa Ana, donde pasó su infancia y adolescencia. Desde entonces tuvo conciencia de tener dos patrias ("Patria y Matria"), por lo que se considera "SalvaNica". En 1943 comenzó los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Loyola, en Nuew Orleans, y los finalizó en la de George Washington. Allí conoció a Juan Ramón Jiménez*, quien se convirtió en su mentor y reunió los poemas de su primer libro, Anillo de silencio (1948).
En 1947 contrajo matrimonio con el diplomático estadounidense Darwin J. "Bud" Flakoll (1923-1995), con quien tuvo tres hijas y un hijo. La compenetración intelectual de la pareja fue tal que llegaron a publicar varias obras juntos. Entre ellas, figura New Voices of Hispanic America (1962), en la que dan a conocer a los futuros autores del Boom latinoamericano, y la novela Cenizas de Izalco (1966), en la que se habla por vez primera de la masacre de campesinos e indígenas que siguió al levantamiento campesino de Izalco (El Salvador) en 1932, de la que fue testigo la escritora. También tradujeron del inglés Cien poemas de Robert Graves. Después de residir en diferentes países, regresan a Nicaragua en 1985, con el fin de colaborar en la reconstrucción del país tras el triunfo de la revolución sandinista.
Integrada en la llamada Generación Comprometida, ha publicado una veintena de libros de poesía y narrativa así como testimonios históricos. En su obra literaria se distinguen dos líneas: una de denuncia, realista y comprometida, y otra de investigación formal con un lenguaje callejero y desgarrado, incluso antiliterario. Entre sus obras poéticas, están Vigilias (1953), Acuario (1955), Huésped de mi tiempo (1960), Vía única (1965), Aprendizaje (1970), Pasaré a cobrar y otros poemas (1972), Sobrevivo, 1978, Premio Casa de las Américas de Poesía), Y este poema-río (1988), Umbrales (1997), Saudade (1999), Soltando amarras (2002), Mitos y delitos (2008), Otredad (2011) y Voces (2014). En el campo de la narrativa, ha cultivado el cuento (Tres cuentos, 1958) y la novela: Álbum familiar (1984), Despierta, mi bien, despierta (1986) y Luisa en el país de la realidad (1983). Es autora, además, de escritos políticos y testimoniales, como La encrucijada salvadoreña (1980), Nicaragua: la revolución sandinista (1980), No me agarran viva: la mujer salvadoreña en lucha (1983) y Para romper el silencio: resistencia y lucha en las cárceles salvadoreñas (1984).
El poema elegido se inscribe en la tendencia de la literatura actual a la revisión de los mitos, especialmente de las figuras femeninas, que cobran voz para dar su particular visión de su historia. La escritora reinterpreta el mito de Circe, que en la Odisea aparece como el prototipo de mujer fatal, opuesto a Penélope, la esposa fiel. Circe, consciente de su fama de hechicera caprichosa y cruel que juega con los hombres, se revela como una mujer incapaz de amar a nadie (solo al mar) y confiesa su soledad y el vacío de su existencia: "Pasional y fiel a su destino que la impulsa a jugar con los hombres, lamenta el retiro en su isla sepulcral, condenada a la soledad de sí misma y a la tediosa paz" (A. González Ovies, "Mitos de ayer y poesía contemporánea", en Mitos femeninos de la cultura clásica: creación y recreación, 2003, pág. 106).
ACTUALIZACIÓN (17-5-2017)
La escritora Claribel Alegría, de 93 años, ha sido galardonada con el XXVI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por el conjunto de su obra.
ACTUALIZACIÓN (26-1-2018)
Claribel Alegría falleció en su casa de Managua el 25 de enero de 2018 a los 93 años.
*Entrada relacionada:
Otro poema de la autora en este blog:
Claribel Alegría y Darwin Flakoll |
Mola, mola el poema. Pero no parece una revisión del mito; más bien es una confirmación, desde la confesión y el reconocimiento, de que Circe es fatal para los hombres jeje.
ResponderEliminarLa vida no deja de sorprender; sus padres temían la ocupación norteamericana de Nicaragua y la hija estudia allí y se casa con un estadounidense... En cierto modo es una contraofensiva, sí.
Carlos San Miguel