Luis Bagué Quílez (ocadizdigital.es) |
Babilonia, mon amour es un ejemplo de la pervivencia del cine y sus mitos en la obra poética de los autores más jóvenes. Se trata de una mirada retrospectiva al desarrollo del cine en el siglo XX: personajes de ficción, grandes mitos del celuloide, géneros, corrientes o películas son algunos de los aspectos de los que tratan los poemas de este libro que, en opinión de A. Portela Lopa (El mito de Greta Garbo en la literatura española e hispanoamericana, 2014), "pretende sintetizar todo el glamour y el ambiente del cine a través de una poesía descriptiva e irónica, nostálgica y mitómana".
El poema elegido se centra en una de las tendencias más notables de la historia del cine, el neorrealismo italiano de los años cincuenta, y en sus películas más emblemáticas: El ladrón de bicicletas, I Vitelloni (Los inútiles), de Federico Fellini, 1953; Milagro en Milán (Vittorio de Sica, 1951); El jardín de los Finzi-Contini, película de 1970 dirigida por Vittorio de Sica, basada en la novela homónima de Giorgio Basani, de 1962; La dolce vita (1970), escrita y dirigida por Federico Fellini. No faltan las referencias a dos de los mitos eróticos del cine italiano, las actrices Gina Lollobrigida y Sofía Loren, así como a los famosos estudios de Cinecittà, para terminar con la última película del director Luchino Visconti, Muerte en Venecia (1971), símbolo del fin de una época, y con Vacaciones en Roma (del estadounidense William Wyler, 1953), en la que la capital italiana adquiere pleno protagonismo.
Otro poema del autor en este blog: "Vagón silencio".
Entrañable homenaje al Cine que todo el mundo veía y que era del bueno de verdad. Y digo esto porque ahora esos tontos de Disney publicitan una peli de aventuras sobre un río africano en los años veinte, me parece, y sospecho que estará cargado de toda la tontería con que el cine comercial actual lobotomíza al espectador, con los "golpes" de humor habituales, etc. Y no puedo evitar acordarme de ese gran peliculón que es La Reina de África en un escenario parecido, una peli inteligente destinada a la masa también pero con la ventaja de que esa masa podía disfrutar de un producto de alta calidad -que también tendría sus mensajes políticos subliminales y todo que quieras, mensajes que en ese director y esos guionistas eran rebeldes al sistema- pero que no era un producto para niños tontos como suele hacer el Holliwood actual. Tú me comprendes lo que que quiero decir...
ResponderEliminarCarlos San Miguel