Yves Bonnefoy |
Hijo de un obrero ferroviario y una maestra, nació en Tours en 1923. Durante su infancia pasaba los veranos en el pueblo de Toirac (Lot), en casa de su abuelo materno, quien ejerció una notable influencia sobre el autor, pues escribió algunos libros que él mismo encuadernaba y poseía una modesta biblioteca con obras de autores clásicos. En 1932 murió su abuelo y cuatro años después, cuando el escritor tenía trece años, falleció su padre, lo que -según ha confesado- puso fin a su infancia. Al cumplir diecisiete años, una de sus tías le regaló una antología de poemas en la que, de forma premonitoria, escribió como dedicatoria: "para mi ahijado, futuro poeta". Después de estudiar matemáticas y filosofía en Tours y en la universidad de Poitiers, en 1943 abandonó los estudios de matemáticas para dedicarse, una vez instalado en París, al estudio de la historia de la filosofía y de la ciencia, en la Sorbona. Consagrado finalmente a la poesía, la literatura y la historia del arte, realizó numerosos viajes por Italia, Países Bajos y Estados Unidos. En 1968 contrajo matrimonio con la pintora estadounidense Lucy Vines, con quien tuvo una hija, Mathilde. Desde 1960 ha sido profesor en diversas universidades nacionales y extranjeras. En 1981, tras la muerte de Roland Barthes, ocupó la cátedra de Estudios comparados de la función poética en el Collège de France, donde desarrolló su brillante labor hasta 1993. Murió en París el 1 de julio de 2016, a los 93 años.
En los inicios de su carrera literaria se adhirió al surrealismo, pero lo abandonó en 1947, pues su poesía se inspiraba en el mundo sensible, mientras que el surrealismo renunciaba a la realidad por un mundo de símbolos herméticos. No obstante, las imágenes surrealistas dejaron una profunda huella en su obra, a la que se sumó la influencia de poetas tan innovadores como Gérard de Nerval, Charles Baudelaire, A. Rimbaud y Stèphane Mallarmé. En su poesía, de la que se ha dicho que consigue profundidad metafísica a partir de una enorme simplicidad estilística, reflexiona sobre el arte, el ser y el propio acto de creación poética. A través de toda su trayectoria poética, destacan dos certezas: la muerte y la imperfección. Desde la publicación de Del movimiento y la inmovilidad de Douve (1953), libro a contracorriente de la época, caracterizado por la sobriedad formal y la búsqueda interior, obtuvo el reconocimiento de la crítica y de los lectores. Entre sus obras traducidas al castellano destacan Principio y fin de la nieve (1991), La lluvia de verano (1999), Las tablas curvas (2001) y la antología Tarea de esperanza (2007).
Reputado traductor de Shakespeare, sobresale también como historiador del arte y es autor de ensayos sobre Goya, Picasso, Mondrian, Giacometti, De Chirico, Balthus, Miró o Cartier-Bresson. Es autor, asimismo, de estudios sobre Rimbaud, Baudelaire, Leopardi o André Bretón.
Eterno candidato al Nobel de Literatura, obtuvo galardones tan prestigiosos como el Gran Premio de Poesía de la Academia Francesa (1981), el Goncourt de Poesía (1987), el Cino del Duca (1995) y el premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) en Lenguas Romances (2013).
Reputado traductor de Shakespeare, sobresale también como historiador del arte y es autor de ensayos sobre Goya, Picasso, Mondrian, Giacometti, De Chirico, Balthus, Miró o Cartier-Bresson. Es autor, asimismo, de estudios sobre Rimbaud, Baudelaire, Leopardi o André Bretón.
Eterno candidato al Nobel de Literatura, obtuvo galardones tan prestigiosos como el Gran Premio de Poesía de la Academia Francesa (1981), el Goncourt de Poesía (1987), el Cino del Duca (1995) y el premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) en Lenguas Romances (2013).
Las tormentas y el cierzo sin lo más bello y perfecto del verano. Bueno, y si quieres, un límpido y fresco amanecer, antes de que el calor del Sur doblegue todo lo vivo.
ResponderEliminarY es que cuando la obra esté concluida, se acabó la oportunidad de vivir para todo candidato a ser viviente. Precisamente, el no ser algo concluso y terminado, el hecho de que la materia y la energía sigan su interminable proceso de transformación, nos han permitido vivir. Ah, y crear cosas que, creyendo que sin perfectas por estar terminadas, ya están muertas y, en relativamente corto tiempo olvidadas. ¡Vaya lío
Carlos San Miguel
Y esa manía de escribir en mayúsculas la letra inicial del verso, corresponda o no ortográficamente, es absurda e incluso fea, pienso yo.
ResponderEliminarCarlos San Miguel