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domingo, 26 de junio de 2016

"Viento de bodas", de Philip Larkin



                         VIENTO DE BODAS


No paró el viento en todo el día de mi boda
      y mi noche de bodas fue noche de gran viento,
y tanto golpeaba la puerta del establo
que tuvo que salir a cerrarla dejándome
a la luz de las velas, boba, oyendo la lluvia,
viendo en la palmatoria rizada mi semblante,
sin ver nada. Al volver dijo que estaban
inquietos los caballos. Me apenó 
que a algún hombre o bestia le faltase esa noche
mi felicidad.

                           Ya de día,
bajo el sol, sigue todo revuelto por el viento.
Él ha ido a ver las inundaciones. Llevo
al gallinero un cubo medio roto.
Dejo el cubo y contemplo. Viento por todas partes,
acosando entre nubes y bosques, agitando 
mi delantal y la ropa tendida.
¿Se puede tolerar que el gozo de mis actos
lo condicione el viento como un hilo sus cuentas?
¿Y tendré que dormir ahora que mi cama 
es compartida con este alba perenne?
¿Puede incluso la muerte desecar estos lagos
de reciente placer y terminar con nuestra
postración de ganado sobre las aguas fértiles?


VERSIÓN ORIGINAL EN INGLÉS:


                    WEDDING-WIND

The wind blew all my wedding-day,
    And my wedding-night was the night of the high wind;
And a stable door was banging, again and again,
That he must go and shut it, leaving me
Stupid in candlelight, hearing rain,
Seeing my face in the twisted candlestick,
Yet seeing nothing. When he came back
He said the horses were restless, and I was sad
That any man or beast that night should lack
The happiness I had.

                                      Now in the day
All's ravelled under the sun by the wind's blowing.
He has gone to look at the floods, and I
Carry a chipped pail to the chicken-run,
Set it down, and stare. All is the wind
Hunting through clouds and forests, thrashing
My apron and the hanging cloths on the line.
Can it be borne, this bodying-forth by wind
Of joy my actions turn on, like a thread
Carrying beads? Shall I be let to sleep
Now this perpetual morning shares my bed?
Can even death dry up
These new delighted lakes, conclude
Our kneeling as cattle by all-generous waters?

    De Un engaño menor. Versión de Álvaro García.
La Veleta, 1991


El escritor británico Philip Larkin nació en Conventry en 1922. Miembro de una familia de clase media, pasó su infancia y adolescencia en su ciudad natal, de la que su padre llegó a ser tesorero. Se familiarizó con la poesía a través de la lectura  de Ezra Pound y T. S. Eliot, sus primeras influencias, a las que sumó después el simbolismo de Yeats (presente en sus primeros libros), la poesía de Auden y, sobre todo, la de Thomas Hardy. A edad temprana  también nació su afición al jazz y se manifestó  la tartamudez que lo acompañaría siempre.  Por su miopía quedó exento de ir al frente durante la Segunda Guerra Mundial y estudió literatura en Oxford (1940-1943). 
   A mediados de la década de los cincuenta, junto a algunos universitarios de Oxford -entre los que se encontraban Robert Conquest, Kingsley Amis, Tom Gunn, Donald Davie y Elizabeth Jennigs- formó un grupo poético denominado "The Movement" (El Movimiento) que se propuso recuperar una vertiente de la poesía inglesa, representada a principios de siglo por T. Hardy, que había quedado interrumpida por la Primera Guerra Mundial y el impacto de Yeats y de Eliot. 
  Trabajó como bibliotecario en distintas ciudades (entre ellas, Belfast, donde pasó cinco años) antes de hacerlo (desde 1955) en la universidad de Hull, donde en 1965 alcanzó el puesto de primer bibliotecario. Fue crítico de jazz del diario Daily Telegraph entre 1961 y 1971. Larkin, hombre adusto al que Eric Homberger definió como "el corazón más triste del mercado de posguerra", no se casó nunca, pero tuvo algunas relaciones amorosas importantes, entre otras,  con  Ruth Bowman (a quien llegó a pedir matrimonio) y con la profesora de inglés Monica Jones, a la que dedicó su libro Un engaño menor. Se convirtió a partir de los sesenta en el principal poeta inglés posterior a Auden*. Cuando en 1984 fue propuesto para ocupar el puesto de poeta laureado, lo rechazó alegando que le había abandonado el impulso de escribir. Murió en Hull en 1985. A pesar de la controversia provocada por la publicación en 1992 de sus cartas y de su biografía oficial, en 2003 fue elegido el poeta más querido de Gran Bretaña.

Larkin es, en palabras de Álvaro García, "el cantor de la renuncia, la normalidad y las clases medias" ("para mí la pérdida es lo que para Wordsworth** los narcisos", bromeó el propio autor). Se trata de un poeta de producción lenta, que corregía incansablemente. En 1945 apareció su primer poemario, El barco del norte, en el que ya se manifiesta su característico pesimismo. Le siguieron Un engaño menor (1955), con el que le llegó el reconocimiento; Las bodas de Pentecostés (1964) y Ventanas altas (1974), considerada su mejor obra. La suya es una poesía austera y perturbadora, de extraordinaria perfección formal y lenguaje excepcionalmente claro y directo, que refleja experiencias cotidianas y trasluce un profundo pesimismo. Escribió además las novelas Jill (1946) y Una chica en invierno (1947), y editó la antología The Oxford Book of Twentieth Centuy English Verse (1973).

En el poema elegido, el único escrito por Larkin desde una perspectiva femenina, persiste todavía  la influencia de Yeats. Un yo femenino evoca su noche de bodas y su primera mañana de casada, con un marido ausente ocupado en los asuntos prácticos de la granja.

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1 comentario:

  1. Imaginaba yo, según iba leyendo, que era un poema del lejano Oeste norteamericano y me iba gustando la idea de encontrarme con poesía sobre vaqueros e indios (algo así como el equivalente poético a los relatos fantásticos de Ambrose Bierce) pero la cosa se ha quedado en Gran Bretaña y a mitad del siglo XX...
    Para otra ocasión, que seguro que hay autores de esa temática de colonos y pieles rojas.
    Carlos San Miguel

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