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domingo, 6 de mayo de 2012

"El infinito", de Giacomo Leopardi



El infinito  
   
Amé siempre esta colina, 
y el cerco que me impide ver 
más allá del horizonte. 
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados, 
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud, 
me encuentro con mis pensamientos, 
y mi corazón no se asusta. 
Escucho los silbidos del viento sobre los campos, 
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz: 
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas, 
la realidad presente y todos sus sonidos. 
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento: 
y naufrago dulcemente en este mar.

(Giacomo Leopardi, "Canto XII". Versión de Carlos López S.)

[Selección de la alumna Sara Barquinero, 2º Bachillerato ]

El poema, considerado la cima de la poesía de Leopardi, fue compuesto, probablemente, en el invierno de 1819 y apareció por primera vez en la edición de Versi (1826), encabezando una serie de cinco composiciones que el poeta denominó "Idilli" (Idilios). En el poema, formado por quince endecasílabos blancos, el poeta, en su paraje predilecto -una colina próxima a su ciudad, Recanati-, deja a su pensamiento hundirse en la meditación sobre la infinitud, complaciéndose en su propio vértigo: "y naufrago dulcemente en este mar".

    La colina se llama actualmente "del Infinito" para recordar que desde allí, mirando el horizonte semioculto por un matorral, Leopardi tuvo su intuición de la infinitud.

Del mismo autor en este blog:
 http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2011/04/poema-de-la-semana.html

Recomendado por un lector:


Puedes escucharlo recitado  en italiano por Vittorio Gassman:

7 comentarios:

  1. Leopardi es uno de mis poetas favoritos. Un saludo grande.

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  2. Y este poema es muy hermoso en su sencillez. Nos alegra compartirlo contigo. Un saludo.

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  3. A veces, para sentir esas sensaciones no es necesario subir a las montañas más altas, las más pretendidas y frecuentadas. Esos sentimientos se sienten muy bien en los humildes cabezos de nuestro sistema Ibérico, no ya en el Moncayo, sino en los montes anónimos pardos y resecos, esteparios, que recorren la cordillera en su longitud. En ellos, la soledad, el silencio o el viento y la humildad de sus peñas rotas y de sus tomillos, aliagas y espinos son mucho más sugestivos que los cinematográficos paisajes alpinos de la alta montaña húmeda y verde.
    Carlos San Miguel

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  4. La version declamada excellente mas coherente y transparente del mensaje del poeta enfermo.

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