Emily Dickinson (Amherst, Massachusets, 1830-1886) fue una poeta estadounidense. Creció en un ambiente puritano y pasó casi toda su vida sin salir de su habitación, dedicada a contemplar la naturaleza circundante, a la lectura de sus autores favoritos (Shakespeare, los místicos, Keats, las hermanas Brontë y Barret Browning, entre otros) y a la composición de sus poemas, unos 1750, en los que refleja los conflictos morales e intelectuales de su tiempo. Su obra se publicó en 1890. A partir de los años veinte empezó a ser valorada por la crítica, y actualmente está considerada una de las figuras fundamentales de la lírica estadounidense. En sus poemas, poblados de imágenes y símbolos, transgredió voluntariamente las normas de la métrica, el ritmo y la sintaxis. Su poesía, sencilla y profunda, se interroga sobre la naturaleza y los sentimientos, sobre la vida y la inmortalidad.
Puedes leer otro poema de la autora en este blog:
Maravilloso!!
ResponderEliminarEstamos de acuerdo. Gracias.
EliminarYa sabemos que Nadie hace todas las cosas enumeradas; al menos Nadie a Quien acudir con implementos de vuelo cuando la Vida evacue nuestra carcasa y lo que creemos espíritu se funda en negro por la desconexión neuronal.
ResponderEliminarEstamos realmente solos, doña Emily, aunque ni yo pueda creerlo al decirlo porque es inasumible.
Carlos San Miguel
Pero eso no quita para que sea un espléndido poema que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarCarlos